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Autor Tema: EL VENENO MENTAL  (Leído 327 veces)

Scientia

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EL VENENO MENTAL
« en: Febrero 02, 2016, 12:31:04 pm »
EL VENENO MENTAL

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En la medicina tibetana tanto la mente, como el cuerpo y e incluso el medio ambiente están profundamente relacionados.

 

En primer lugar, necesitamos saber un poco acerca de los elementos. La visión tibetana es que todos los fenómenos de la existencia se componen de los cinco elementos: espacio, viento, fuego, agua y tierra. El entorno externo se compone de ellos, así­ como de nuestros cuerpos y de las cualidades de nuestra mente. Los elementos son particulares cualidades energíéticas que, en sus estados más densos, tambiíén asumen sus formas familiares. El viento tiene la cualidad del movimiento. El fuego tiene la cualidad del calor y de l transformación. El agua tiene la cualidad de la fluidez y la cohesión. La tierra tiene la cualidad de la solidez y la estabilidad. Y el espacio es la suma de los otros cuatro elementos. Es el responsable de la creación del espacio de separación entre las cosas.


 
Los elementos exteriores son nuestro entorno externo. Estos son la tierra, los rí­os, los vientos, etc., todo lo que nos es familiar, así­ como la atmósfera. El aire que respiramos contiene los cinco elementos y su equilibrio se desplaza en un ciclo de 24 horas, que a su vez afecta a la calidad de nuestra respiración.

Los elementos interiores son la composición de nuestros cuerpos. Básicamente, el elemento tierra son nuestros músculos y huesos. El elemento agua es el lí­quido en nuestro cuerpo. El elemento del fuego es la temperatura de nuestro interior, nuestro metabolismo y el catalizador para las reacciones quí­micas. El elemento del viento es la respiración, la activación de las neuronas y el flujo de pensamientos. Y el espacio es lo que mantiene todo en su lugar apropiado, permite la apertura entre las cíélulas, así­ como el tránsito a los intestinos.

 

En la medicina tibetana, la composición del cuerpo se describe además como los siete constituyentes. Estos son: nutrición, sangre, carne, grasa, hueso, míédula y esencia.

Los elementos secretos son las caracterí­sticas de nuestra mente. Hay 80 diferentes emociones, pero en aras de la simplicidad, podemos decir que las emociones negativas concluyen en estos cinco: el orgullo, el apego, la ira, los celos y la ignorancia. Se trata de un estado impuro de los cinco elementos, tierra, agua, fuego, viento y espacio, respectivamente, que causan estas emociones. Cuando los elementos se purifican y equilibran, estas emociones se vuelven más puras y se manifiestan como la devoción y la calma, el altruismo y la generosidad, la paciencia y la compasión, el aprecio y el amor y la generosidad y ecuanimidad.
LOS TRES HUMORES

La Medicina Tibetana se centra en profundidad en los llamados tres humores: biliares (tripa), el viento (pulmón) y flema (Beken). Estas son las sustancias vitales del cuerpo y, en conjunto, son responsables de todas las funciones corporales. Los tres humores perfectamente entrelazan el nivel bruto, fí­sica del cuerpo y el nivel sutil, mental.

Los humores, como todas las cosas, se componen de los elementos. La bilis es el elemento fuego, el viento es el elemento viento y flema son los elementos de la tierra y del agua. Hay cinco tipos de humor cada uno, cada uno con una ubicación y función especí­fica. Cuando estos humores se convierten fuera de equilibrio en relación el uno al otro, siendo deficiente o excesiva, la enfermedad comienza a ocurrir.

Los tres humores son los que permiten que nuestro cuerpo funcione, pero ya que pueden llegar a ser tan fácilmente desequilibrado, tambiíén llevan la semilla de la enfermedad dentro de nuestros cuerpos. Por esta razón, en la medicina tibetana, se dice que todos tenemos la enfermedad no manifestada dentro de nosotros. Tan pronto como la causa y la condición aparecen, la enfermedad se manifestará.

Los tres humores tambiíén están vinculados a los tres venenos mentales. Cuando la bilis está fuera de equilibrio provoca la ira. Cuando el viento está fuera de balance causa el apego. Cuando está fuera de la flema causa la ignorancia o el engaño. Por esta razón, los desequilibrios en la mente y las emociones causan directamente los desequilibrios en los sistemas del cuerpo. Las emociones negativas causan la enfermedad.

Por lo tanto, la curación del cuerpo tambiíén significa la curación de la mente. Si alguien está siempre enojado, no importa lo que hacemos para tratar el hí­gado, si la ira no es tratada, el hí­gado se siguen sufriendo.

Por eso, en la medicina tibetana se dice que todo lo que sea beneficioso es medicina, y que el sufrimiento es la enfermedad. La salud del cuerpo depende de la mente, por lo que es importante que nosotros nos encargamos de nuestra felicidad. Cuando somos ignorantes, conseguimos causar problemas para nosotros y para los demás. Perpetuamos el ciclo del sufrimiento y nos enfermamos. Necesitamos la sabidurí­a. La sabidurí­a nos dice cómo cuidar de nuestros cuerpos y mentes. La sabidurí­a final es el amor.