Por... Alan Levin
Especialistas de la NASA desarrollaron sustancias que funcionan como el teflón en los aviones y evitan que insectos se adhieran a las superficies, lo que mejora el flujo de aire en las alas y el fuselaje.
Hasta ahora, las sustancias desarrolladas por la NASA sólo han impedido alrededor del 40 por ciento de las adherencias de insectos. (Cortesía)
Lo último en diseño de aviones es evitar los insectos.
Científicos de la NASA patentan sustancias que actúan a la manera de utensilios de cocina antiadherentes: impiden que insectos muertos se adhieran a superficies de modo tal de mejorar el flujo del aire en las alas y el fuselaje.
Los nuevos revestimientos podrían resolver uno de los problemas más persistentes de la aviación: cómo aprovechar un flujo de aire llamado “flujo laminarâ€, que reduce de forma drástica el roce y mejora la eficiencia del combustible. Hasta ahora, eso ha sido casi imposible de lograr en el mundo real porque hasta los elementos más pequeños –como partes de insectos- desencadenan una turbulencia aíérea que afecta la corriente de aire.
“Creo que sin duda vamos por buen caminoâ€, dijo en una entrevista Fay Collier, gerente del Proyecto de Aviación Responsable con el Medio Ambiente. “Ha sido un enorme paso adelanteâ€.
De decenas de materiales probados primero en túneles de viento y luego –el año pasado- en las alas de un Boeing 757, se consideró que el grado de íéxito de dos justificaba que la NASA los pusiera a disposición de compañías privadas mediante licencias. Hasta ahora, el mejor material sólo ha impedido alrededor del 40 por ciento de las adherencias de insectos, y los científicos preferirían un porcentaje de íéxito mayor, dijo Collier.
ENORMES POSIBILIDADES
De todos modos, en tanto crece la presión para que las líneas aíéreas sean más eficientes en tíérminos de combustible y reduzcan su impacto en el medio ambiente, la eliminación de la contaminación por insectos es una zona que tiene enormes posibilidades para futuros diseños. Los aviones emiten el 3 por ciento de los gases de invernadero en los Estados Unidos, según la Agencia de Protección Medioambiental, EPA por la sigla en inglíés, y se pronostica que ese porcentaje crecerá en tanto el gobierno impone límites más estrictos a otras fuentes de emisiones como los autos.
En teoría, crear fuselajes y alas de aviones con superficies similares a espejos que puedan mantener un flujo de aire constante, tendría grandes ventajas, dijo Mark Drela, un profesor del Massachusetts Institute of Technology que se especializa en aerodinámica.
“En un avión, es algo gigantescoâ€, dijo Drela. “Es colosal. Es como que un auto pase de 20 millas por galón a 200â€.
Cuando el aire fluye a travíés del ala de un avión, lo hace con turbulencia, como pequeñas olas que chocan. Si el flujo se mantiene constante, forma capas de diferentes velocidades con un mínimo de arrastre entre una y otra, lo que permite una notoria mejora de la eficiencia.