Por Damií S. Bonmatí
En la primera potencia financiera del mundo, hay 16.7 millones de adultos sin banco.
Uno de cada 13 hogares en Estados Unidos no usa servicios bancarios para gestionar su economía domíéstica, según datos de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), la agencia federal que asegura los depósitos de los consumidores.
Entre las minorías hispana y afroamericana se concentra una notable parte de los estadounidenses sin cuenta. Tambiíén entre hogares de bajos ingresos, sin empleo y jóvenes.
Precisamente entre hispanos la tasa de personas sin banco duplica la media nacional: un 17.9% de los hogares latinos vive sin banco, muy por encima de la media nacional del 7.7%.
Según el estudio de 2013 de FDIC, el último disponible sobre los sin banco, hay una causa mayoritaria que explica el fenómeno: falta de dinero.
El 57.5% de los encuestados declaró no disponer de suficiente dinero para mantener una cuenta abierta o para cumplir con el balance mínimo que requieren las entidades bancarias.
Cuentas en números rojos
“Para algunas familias con bajos ingresos, sus balances son tan bajos que muchas veces acaban en negativo, y esas sanciones pueden acumularse muy y muy rápidoâ€, comenta por telíéfono la profesora Joann Weiner, de George Washington University, que ha investigado sobre el asunto.
Vivir sin banco en Estados Unidos
Adelina, 34 años, es uno de los rostros de los sin banco. Es guatemalteca, madre soltera de cuatro hijos e indocumentada. No guarda casi dinero en su casa en Homestead, una zona agrícola del sur de Florida, porque no tiene dinero para guardar.
"Nunca tuve cuenta en el banco porque no alcanzo el dinero", dice en el salón de su casa.
Trabaja en el campo, recogiendo tomates y frijoles, limpiando malas hierbas. A duras penas paga los 120 dólares de gastos de luz y agua, y los 500 dólares de renta por la casa, oscura y estrecha, con dos habitaciones, cocina y jardín en la parte de atrás. La comida la paga con las ayudas federales de alimentación, los food stamps.
Desconfianza, comisiones y mal críédito
Otras razones que explican no tener banco son la falta de confianza en las instituciones financieras, problemas con el historial de críédito y las comisiones por los servicios bancarios. Dos factores más parecen tener una especial incidencia entre los hispanos.
Primero, no tener un tarjeta de identificación (ID) para abrir una cuenta. Hay familias indocumentadas con cuentas básicas en el banco, pero probablemente no son la mayoría, que ve este trámite administrativo como un riesgo a ser detenidos.
De los grandes bancos consultados por Univision Noticias, solo Bank of America respondió a la pregunta de si personas indocumentadas tenían cuentas bancarias en su compañía. Y lo hizo sin detalles. Una portavoz de la compañía se limitó a decir que cumplen con todos los requisitos legales.
Y segundo factor, la crisis financiera de 2008 se cebó especialmente con las sucursales bancarias de zonas de bajos ingresos. Se calcula que el 90% de las 1,800 oficinas cerradas despuíés de la crisis estaban situadas en barrios pobres.
El auge de las tarjetas de prepago
Y de esa realidad, aparecen nuevas formas de pago que sustituyen al banco tradicional. Grandes superficies como Walmart y Kmart, presentes en estas áreas, ofrecen tarjetas prepago, que permiten insertar dinero y pagar solo con lo que se tiene, sin comisiones o penalizaciones.
Entre 2012 y 2014, el uso de estas tarjetas creció un 50%, según un estudio de Pew Charitable Trusts sobre los servicios de prepago. Los usuarios tienden a ser afroamericanos, tener entre 30 y 50 años, estar desempleados o ingresar menos de 50,000 dólares al mes.
Y la estrategia de las grandes compañías de supermercados tiene lógica: tres de cada cinco usuarios dice comprar productos cotidianamente en las tiendas en las que recargan sus tarjetas con el efectivo o el cheque que han cobrado.
Sin embargo, la lista de opciones para mover dinero sin banco es larga: órdenes monetarias, cobro de un cheque en efectivo, remesas al extranjero o casas de empeños, por ejemplo. Tambiíén existen los payday loans, anticipos de dinero en efectivo a devolver cuando se cobre el próximo salario.
En las puertas de estas tiendas, todos los clientes dicen los mismo: es una medida de urgencia, pero lo usan.
Tengan o no banco, el costo de esta opción es elevado. Por cada 100 dólares prestados, el cliente debe pagar unos intereses de entre 15 y 30 dólares, en promedio. Más que en cualquier banco.