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El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob J. Lew, arribará a Puerto Rico para poner de relieve la profundización de la crisis fiscal que golpea al país, mientras aguarda por una solución del Congreso Federal.
Será la segunda ocasión en este año (estuvo el pasado 20 de enero), que Lew viene a una reunión con el gobernante puertorriqueño Alejandro García Padilla sin que la Cámara de Representantes inicie los pasos concretos para sacar a este Estado Libre Asociado (ELA) del pantano en que se encuentra con una deuda pública de 70 mil millones de dólares.
Incapaz de asumir sus responsabilidades con los acreedores, lo que provocó que el pasado lunes García Padilla decretara un impago parcial de la deuda de 422 millones del Banco Gubernamental de Fomento (BGF, central), esta isla del Caribe bajo dominio de Estados Unidos desde 1898 clama por una solución urgente.
La llegada de Lew a Puerto Rico responde al continuo compromiso de la administración del presidente Barack Obama con el ELA para superar su crisis fiscal, según estableció el Departamento del Tesoro en declaraciones escritas.
"El secretario Lew pondrá de relieve cómo la crisis de la deuda ya ha dañado la salud, la seguridad y el bienestar de los 3,5 millones de estadounidenses que viven en Puerto Rico", se indicó.
Los puertorriqueños, a los que en 1917 se impuso la ciudadanía norteamericana, son tratados con desdíén por los líderes del Partido Republicano, que controlan el Congreso, aunque nada ha hecho tampoco el Partido Demócrata.
Lew reiterará su llamado a la acción del Congreso federal para que ofrezca a Puerto Rico acceso una reestructuración ordenada de su deuda y una supervisión independiente que no le reste capacidad a su gobierno interno.
El secretario del Tesoro estuvo a principios de mayo en la ciudad californiana de Los Angeles para discutir los problemas financieros de Puerto Rico durante la semana del National Small Business, aparte de cabildear por una reestructuración ordenada de la deuda de 70 mil millones de dólares, a la par de una junta de control fiscal.
El gobernador García Padilla ha sostenido desde hace casi un año que la deuda es insostenible para los puertorriqueños, por lo que ha reclamado una renegociación ordenada junto a un plan de crecimiento económico, ya que la isla está en contracción desde hace una díécada.
En su anterior estancia en Puerto Rico, Lew reconoció que, aún usando todas las herramientas del Departamento del Tesoro, no es suficiente para sacar a Puerto Rico del atolladero económico sin que medie una acción del Congreso federal.
