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La crisis de la panameña Zona Libre de Colón (ZLC) entra en su cuarto año consecutivo tras conocerse de una nueva caída en la actividad económica en marzo pasado, informaron reportes de prensa.
Cifras preliminares extraoficiales, publicadas por el diario La Estrella, dan cuenta que el comportamiento financiero del enclave fue 24 por ciento inferior a igual mes de 2015, tercer año consecutivo de la contracción económica.
Las estadísticas adelantadas de la ZLC (las oficiales son de la Contraloría General) dan cuenta que las importaciones se redujeron en 27 por ciento al comparar el tercer mes del 2016, con el de 2015, lo que empresarios explican a partir de la necesidad de reducir inventarios, ante el lento movimiento del comercio.
Igualmente las reexportaciones sufrieron un descenso del 21 por ciento en el período analizado, lo que hizo mirar hacia el mercado domíéstico como alternativa y se convirtió en el principal destino, seguido de Colombia, Puerto Rico y Costa Rica, confirmó la fuente.
Entre las causas fundamentales de la situación actual de la segunda mayor zona franca del mundo, despuíés de Hong Kong, están la alta dependencia de los mercados de Colombia y Venezuela, países que enfrentan crisis económica internas, además de las acciones proteccionistas colombianas a las importaciones panameñas.
A ello analistas locales incorporan la contracción económica de Amíérica Latina, el cambio de política comercial de China que priorizó su mercado interno y la alta dependencia de los clientes colombianos y venezolanos.
No obstante, los empresarios asentados en la ZLC consideraron que su situación es causada por los altos costos de operación y tras largas discusiones, lograron que el Ejecutivo aprobara en marzo pasado modificaciones de algunas tasas e impuestos.
Implementación de una ventanilla única, seguridad jurídica, creación de un fondo o fideicomiso que administrarían autoridades de Colón y venta en línea, son algunas de las medidas complementarias para oxigenar a la casi septuagenaria área comercial.
Una válvula de escape podría representar la apertura de comercios al detalle dentro de la ciudad de Colón, con ventas libre de impuestos, aunque a juicio de expertos esto podría traer soluciones de empleo para los pobladores de la urbe, pero no compensaría la píérdida de mercados de la ZLC.
En un encuentro con periodistas en febrero pasado, Augusto Arosemena, ministro de Comercio e Industrias, opinó que el futuro del enclave se perfila "con una reorientación estratíégica" incluido el cambio del modelo de comercio de reexportación con altos inventarios en almacenes.
Comienzan a desarrollarse en el país centros regionales de distribución de transnacionales, tanto en Colón como en la sureña zona franca de Panamá Pacífico, donde producen, reempacan mercaderías con la información y señalización imprescindible para la red minorista, entre otras acciones de valor agregado, informó.
Surse Pierpoint, gerente general de la zona franca colonense, complementó el criterio de Arosemena cuando señaló a periodistas que hay dos ZLC paralelas: la de las multinacionales, "que vemos que crece", y la tradicional, "que está agonizando".
En esta última se encuentran los empresarios locales, quienes más sufren la caída en la demanda de sus clientes.