Bloomberg
Cuando las cosas se ponen feas, los más ricos comienzan a vender acciones, de acuerdo con un estudio que analizó los peores días de la más reciente crisis financiera.
Cuando la cosa se pone fea, el uno por ciento más rico de Estados Unidos empieza a vender.
Esa es la conclusión de un nuevo estudio que sostiene que las personas con los ingresos más altos vendieron acciones en forma desproporcionada en los peores días de la crisis financiera.
El porcentaje de ventas de los que tenían los mayores ingresos aumentó “marcadamente†en los días que siguieron a los picos de volatilidad, de acuerdo con datos sobre millones de ventas informadas al gobierno estadounidense entre 2008 y 2009.
Trazar un mapa de los patrones de venta en los períodos de turbulencias financiera es algo que interesa a los investigadores que tratan de descubrir la base psicológica de acontecimientos como la última crisis financiera, cuando las acciones estadounidenses perdieron más de 10 mil millones de dólares de su valor.
La principal conclusión a la que llegó el estudio fue que las personas reaccionan con diversos grados de urgencia ante señales de problemas y podría ayudar a identificar los sesgos de comportamiento que contribuyen a los colapsos del mercado.
“Las personas con ingresos muy, muy altos son desproporcionalmente propensos a vender una serie de acciones durante una crisis financieraâ€, dijo telefónicamente Daniel Reck, estudiante de doctorado del departamento de economía de la Universidad de Michigan y uno de los autores del trabajo. “Es difícil decir exactamente en quíé medida son responsables las personas de altos ingresos en relación a todas las demás, pero sin duda contribuyen a que haya más volatilidadâ€.
MOTIVOS PARA VENDER
Una explicación de esta divergencia es que los ricos tienen más que perder por persona y son más sensibles a las conmociones financieras, aunque sólo se trata de una especulación, añadió Reck.
Otra es que creen ser mejores para predecir la dirección futura del mercado. Una tercera posibilidad es que los inversores que ganan menos sean reacios a vender con píérdida, una tendencia cognitiva conocida como “efecto disposiciónâ€.
Para el estudio, los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Michigan analizaron unos 273 millones de formularios 1099-B del Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglíés) que registran las ventas de acciones y de fondos de inversión, comparándolos con los niveles de ingresos brutos y graficándolos con relación a la fluctuación del índice CBOE Volatility.
Para tomar en cuenta el hecho de que los ricos poseen más acciones, el estudio se centró en los cambios en los niveles “normales†de venta de papeles entre grupos clasificados por rango de ingresos en años anteriores a la caída de Lehman Brothers Holdings Inc.
“Observamos que, a partir de septiembre de 2008, el porcentaje del volumen de ventas atribuido al 0.1 por ciento más acaudalado y de otros grupos de máximos ingresos, aumenta marcadamente hasta comienzos de 2009. Entre 2008 y 2009 las ventas de estos grupos están relativamente más asociadas a las turbulencias del mercado de valores medidas por el VIX (índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago)â€, escribieron.
El estudio dice que específicamente un aumento de alrededor del 10 por ciento en la volatilidad del mercado se correlacionaba con un aumento de 3.3 por ciento en el volumen de ventas proveniente del sector más acaudalado de la economía y haciendo de lado a los inversores de menores ingresos. Cuando el VIX subió 25 por ciento, las ventas de los súper ricos aumentaron proporcionalmente casi 8 por ciento.
Usando los promedios de ventas de acciones de los distintos niveles de riqueza, los autores estimaron que el impacto en el excedente de las ventas del sector más rico pudo haber influido en aproximadamente 142 millones de dólares en el mismo día del colapso de Lehman, y de 1.7 mil millones en los 10 días despuíés de lo que fue considerada como la quiebra más grande de la historia.
Entre las cifras del estudio no figuran las compras de acciones, que permitirían tener los datos de las ventas netas. Tambiíén es posible que las personas aumenten los niveles de ventas, pero de sus cuentas de retiro durante las crisis.
En conclusión, ¿las personas que vendieron durante la caída de 2008 fueron culpables de un sesgo de comportamiento relacionado con los tiempos del mercado o sólo eran buenos operadores? Ambas cosas podrían ser ciertas.
Alguien que vendió a principios del desplome bursátil evitó, por lo menos, una parte de la mayor píérdida de valor de las acciones desde 1937. El S&P 500 cayó 57 por ciento en la última crisis bursátil.
Al mismo tiempo, mantener las acciones desde su nivel máximo que tocó en 2007 no fue una propuesta que llevara a perder dinero. El S&P 500 ha registrado un retorno anualizado de casi 6 por ciento desde el máximo de octubre de 2007.
El documento, titulado "Who Sold During the Crash of 2008-9? Evidence from Tax-Return Data on Daily Sales of Stock", fue coescrito por Reck, su compañero candidato a doctor Bryan Stuart, los profesores de economía de Michigan Stefan Nagel y Joel Slemrod, el profesor de contabilidad de la Universidad Estatal de Ohio Jeffrey Hoopes y el analista de investigación del IRS Patrick Langtieg.