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Autor Tema: ífrica: El arca espectral...  (Leído 73 veces)

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ífrica: El arca espectral...
« en: Mayo 28, 2016, 10:39:06 am »
Por... Guadi Calvo


Es por lo menos paradójico que durante más de cuatro siglos, la misma Europa que secuestró, humilló, transportó y vendió en los mercados esclavistas europeos y americanos a más de 100 millones de africanos, solo contando los que llegaron vivos a destino (no hay números de las grandes mortandades que se producí­an en las navegaciones) hoy blinde sus fronteras para evitar que los descendientes de aquellos esclavos con que se amasaron ingentes fortunas ingleses, belgas, holandeses, franceses, portugueses y españoles no puedan llegar a sus costas.
 
Solo en lo que va del año, tras el pacto entre la Unión Europea y Turquí­a puesto en marcha el 20 de marzo último, la llegada de refugiados al sur de Italia, alcanzó la cifra de 37785. En el mismo periodo 1370 refugiados han muerto en el intento, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
 
Este último martes, la fotografí­a del naufragio de una barcaza en aguas libias, con cerca de 570 personas, de las que se cree se ahogaron “solo” entre 30 y 40, se ha convertido en tapa de los principales diarios del mundo, tanto como la del pequeño Aylan Kurdi, el niño sirio-kurdo que apareció ahogado en una playa turca, tras zozobrar  la lancha en que se habí­a embarcado con su familia rumbo a Grecia en septiembre del año pasado, huyendo de su ciudad natal Kobani, en el marco de la guerra en Siria. Guerra creada y financiada por los Estados Unidos, la Unión Europea y sus socios regionales (Turquí­a, las petromonarquí­as del Golfo e Israel).
 
Sin duda, este es un nuevo y espectacular naufragio, no por el número de ví­ctimas, sino por lo impresionante de la fotografí­a, ya que ha habido naufragios recientes con 300 y 400 muertos, casi 5 mil en 2015. Pero esto solo es parte de muchos otros que se avizoran, tal vez en este mismo momento, tal vez en unos dí­as, porque nadie que conozca mí­nimamente la situación en ífrica puede creer que uno o mil naufragios más podrán detener a los millones de hambreados que aspiran por un lugar en la próxima lancha que ya está partiendo desde los puertos libios, controlados por bandas armadas que solo responden a sus propios intereses sea Estado Islámico, al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI),  Farj Libia o como quieran llamarse ese dí­a.
 
El negocio de la trata de personas, del embarque ilegal de refugiados se ha convertido en una fuente extraordinaria de riqueza para muchos traficantes e incluso fuente de financiación para las organizaciones terroristas.
 
En estos momento más de 800 mil personas, el mayor flujo migración africana moderna, se encuentran esperando un lugar en cualquiera de esas lanchas que parten desde puertos libios rumbo a Italia, 800 mil personas que han llegados desde los lugares más recónditos del continente.
 
El cruce de refugiados a travíés del Mediterráneo central, ha aumentado más de 4 veces desde el 2013, la OIM ha confirmado que cerca de 182 mil inmigrantes llegaron a Italia procedentes de Libia, desde comienzo del 2015.
 
Europa olvida que entre 1870 y 1914, 35 millones de sus hijos la abandonaron hambreados en búsqueda de refugio en los otros continentes a los que hoy se cierra y si extendemos el perí­odo, desde el siglo XVI al XX, la cifra alcanza a los 80 millones de almas que abandonaron el continente.

 
Parafraseando a Robert Capa
 
El extraordinario fotógrafo húngaro Robert Capa, que mucho sabí­a de guerras dijo alguna vez “La guerra es como una actriz que se está volviendo mayor. Es cada vez menos fotogíénica y cada vez más peligrosa”, en eso se ha convertido la “realidad” de nuestros dí­as, y así­ es la realidad de millones de africanos que pugnan por abandonar el continente que parece moverse como un arca.
 
Desde el sur, los africanos escapan de las guerras que han dejado a sus naciones arruinadas (Angola, República Democrática del Congo); desde el este, intentan fugar de un servicio militar indefinido (Eritrea, el gran aliado de Israel en la región, con más de 40 mil personas que han huido solo en 2015) y conflictos internos (Sudán, Sudán del Sur, Etiopí­a, Somalia); desde el oeste, gobiernos corruptos y arbitrarios, despóticos donde la cárcel y la muerte es la respuesta a cualquier demanda social (Nigeria, Gambia, Ní­ger; Burkina Faso, Ghana).  Solo entre 1974 y 1992 el número de refugiados africanos llegó al 385%.
 
Los paí­ses emisores son tanto del Magreb como de ífrica subsahariana, pero es en esa región del continente donde las crisis sociales y económicas se profundizan, donde el subdesarrollo crónico no da más posibilidades a la población que la fuga, además de la violencia polí­tica y íétnica.
 
Habrí­a que tener en cuenta que para 1960 ífrica se auto abastecí­a de alimentos, lo que se revirtió drásticamente tras las intervenciones neocolonialista esencialmente por parte de Francia y los Estados Unidos, que llegaron para explotar los subsuelos del continente.
 
El factor multiíétnico ha sido la piedra de toque para que las oligarquí­as locales y las potencias coloniales, pudieran generar infinidad de guerras y conflictos (Ruanda 1994).
 
Durante los años noventa, las tres cuartas partes de las naciones subsaharianas estaban en guerra o en situaciones de extrema violencia. Lo que llevó a paí­ses como Eritrea, por ejemplo, en su conflicto con Etiopí­a a destinar el 36% de su PBI a la compra de armas.
 
De los últimos 50 paí­ses con el í­ndice de desarrollo más bajo, 40 son africanos; de los casi mil millones de africanos 340 son clasificados como pobres, 460 millones tienen dificultades para alimentarse y 50 de ellos padecen hambre crónica. 300 millones no tienen acceso a agua potable, ífrica subsahariana cuenta con casi 30 millones de infectados de VIH y solo en dos conflictos armados Darfur (2003-2009) y los sucesivos conflictos de la República Democrática del Congo se han producido 7 millones de muertos.
 
A estos males hay que sumar la devastación ambiental, como por ejemplo por la explotación petrolera en el delta del rí­o Ní­ger; la tala de los bosques que han abierto las puertas a la desertificación, a consecuencia de la evaporación de los grandes lagos como el del Chad, están convirtiendo al continente africano en un arca espectral.   


Suerte en sus vidas...


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...