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Autor Tema: Jun: El pueblo español que funciona con Twitter...  (Leído 137 veces)

OCIN

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Jun: El pueblo español que funciona con Twitter...
« en: Junio 19, 2016, 02:37:19 pm »
Por... New York Times Syndicate


Josíé Antonio Rodrí­guez Salas, alcalde de Jun, un pueblito ubicado a las afueras de Granada, maneja la mayorí­a de las comunicaciones de la localidad por medio de Twitter, como la cita con el doctor o la comunicación con la policí­a y funcionarios públicos.

Cuando nació Martina, la hija de Josíé Antonio Rodrí­guez Salas, en abril, íél, como muchos orgullosos padres nuevos, recurrió a los medios sociales para compartir la noticia.

Sin embargo, Rodrí­guez Salas, el alcalde de Jun, un pueblito ubicado en las faldas de una montaña, en las afueras de Granada, en el sur de España, no publicó un mensaje en su propia cuenta de Twitter.

Más bien, escribió un mensaje breve desde @martinajun, una cuenta en Twitter que habí­a creado para su reciíén nacida, en el que decí­a:


Martina RM @martinajun
Acabo de nacer a las 3.55 con 3 kilos y 110 gramos
04:05 - 4 abr 2016 · Granada, Spain, España
  1 1 Retweet   9 9 me gusta


Para los más de 400 mil seguidores de Rodrí­guez Salas en la red social, su acción no fue una sorpresa. Ello se debe a que el polí­tico español ha pasado gran parte de los últimos cinco años convirtiendo a Jun, cuya población apenas si rebasa los 3 mil 500 habitantes, en uno de los usuarios más activos de Twitter, de cualquier parte del mundo.

Para los habitantes del pueblo, más de la mitad de los cuales tienen cuentas en Twitter, su principal forma de comunicarse con los funcionarios del gobierno local es, ahora, por medio de la red social. ¿Necesita consultar al míédico local? Enví­e un rápido mensaje por Twitter para hacer una cita. ¿Ve algo sospechoso? Hágaselo saber al policí­a de Jun con un tuit.

La gente en Jun todaví­a puede usar los míétodos tradicionales, como llenar formatos en el ayuntamiento para obtener servicios públicos. Sin embargo, Rodrí­guez Salas dijo que al manejar la mayorí­a de las comunicaciones de Jun por medio de Twitter, íél no solo ha reducido un promedio de 13 por ciento, o cerca de 380 mil dólares, el presupuesto local cada año desde el 2011, sino que tambiíén ha creado una democracia digital en la que los habitantes interactúan en lí­nea casi a diario con funcionarios municipales.


“Todos pueden hablar con todos los demás cada vez que quieran”, señaló Rodrí­guez Salas en su oficina, rodeado de parafernalia de Twitter. “Estamos en Twitter porque es ahí­ donde está la gente”.

Al incorporar a Twitter a cada aspecto de la vida cotidiana, hasta el menú del almuerzo de la escuela local se manda a travíés del medio social, este pueblo español se ha convertido en banco de pruebas de cómo los municipios podrí­an, al final, utilizar a las redes sociales para ofrecer servicios públicos.

“Jun es una de un grupo de islas de innovación en el sector público”, notó Arthur Mickoeit, un investigador que hasta hace poco era asesor en gobierno digital en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en Parí­s. “Están accediendo a los medios sociales para mejorar los servicios públicos”.

El que Jun abrazara a Twitter no sucedió de un dí­a para el otro.

Se eligió como alcalde a Rodrí­guez Salas, un polí­tico de carrera, en el 2005, el año previo a la fundación de Twitter, despuíés de haber fungido como vicealcalde. En el 2011, les pidió a todos los empleados municipales, desde su subalterno hasta el barrendero, que abrieran cuentas en Twitter y enviaran mensajes sobre sus actividades diarias. El objetivo, dijo, era crear una mayor rendición de cuentas y mayor transparencia en cuanto a cómo se regí­a a Jun. Rodrí­guez Salas agregó que escogió a Twitter en lugar de a Facebook porque aquíél permite interacciones más rápidas.

Los empleados de Jun tambiíén empezaron a pedirles a los habitantes que verificaran sus cuentas de Twitter en el ayuntamiento, un proceso relativamente simple para revisar las identificaciones gubernamentales de la gente con sus perfiles en lí­nea para asegurar que se respondiera a sus inquietudes en lí­nea.


Un inicio

Los funcionarios comenzaron con servicios básicos, como mantenimiento público, dejando que la gente tuiteara cuando viera una luminaria rota o una calle que necesitara que la limpiaran.
Rodrí­guez Salas dijo que tales actividades forjan buena voluntad entre los habitantes, quienes en un principio abrí­an cuentas en forma esporádica. Sin embargo, desde el 2013, la actividad en lí­nea se ha vuelto casi universal a medida que las personas iban viendo cómo utilizaban el servicio sus vecinos.

Marí­a Josíé Martí­nez, la jefa de tecnologí­a informática de Jun, tambiíén organizó cursos en el centro comunitario para impartir clases de Twitter básico, como enviar mensajes directos y utilizar la etiqueta correcta en las campañas locales.

Una etiqueta reciente que han utilizado los habitantes es #EndesaMeEstresa para resaltar los problemas con Endesa, una compañí­a local de servicios públicos. Despuíés de que se confrontó a la compañí­a con los enojados tuits de Jun, rápidamente arregló los apagones, dijo Rodrí­guez Salas. Una portavoz de Endesa declinó hacer comentarios.

“Podemos checar si realmente están trabajando o no”, dijo Paco Castellano, un habitante que hace poco abrió una cuenta en Twitter, en su mayor parte, para vigilar a los funcionarios locales.

Rodrí­guez dijo que estas interacciones han hecho que el ayuntamiento sea más eficiente, justo cuando el presupuesto de Jun _ como el de muchos pueblos españoles _ está bajo tensión. Es raro que los funcionarios reciban llamadas o visitas de personas que buscan ayuda, agregó.

El uso de Twitter tambiíén redujo la necesidad de algunos empleos. Jun redujo su fuerza policial en tres cuartas partes, a un solo policí­a, poco despuíés de haber recurrido a Twitter como su principal forma de comunicación, cuando los habitantes empezaron a tuitear sobre problemas potenciales directamente al alcalde.

“No tenemos un policí­a”, dijo Rodrí­guez Salas. “Tenemos 3,500”.

Jun no ha pasado desapercibido para Twitter. Dick Costolo, el director ejecutivo de la compañí­a hasta el 2015, estuvo de visita en el verano, y dejó las huellas de sus manos en el cemento debajo de un obelisco que hasta arriba tiene el logotipo de Twitter, un pájaro azul. El Instituto de Tecnologí­a de Massachusetts, con financiamiento de esa compañí­a, ha analizado cómo los habitantes del pueblo se han beneficiado al utilizar a la red social. Jun no recibe dinero de Twitter por usarlo.

No obstante, la dependencia de Jun en Twitter no ha sido abrazada universalmente.

Algunos habitantes cuestionan que se permita que una compañí­a que cotiza en bolsa, como Twitter, ayude a brindar servicios gubernamentales.

“¿Debe una municipalidad enorgullecerse de reducir su fuerza de trabajo para subcontratársela a un compañí­a internacional?”, preguntó Richard Rogers, un profesor de nuevos medios en la Universidad de Amsterdam.

Para Josíé Marí­a de la Torre Sarmiento, un arquitecto, la oportunidad de enviar tuits rápidamente sigue siendo preferible a entregar formularios cuya tramitación es frecuente que se lleve semanas.

“Yo trabajo en mi casa y uso servicios por internet todo el tiempo”, dijo durante un proceso de verificación que se llevó cinco minutos. “¿Por quíé no puedo hacer lo mismo cuando uso servicios públicos?”.


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