Por... CARLOS PARODI
Cuando hay abundancia de dólares el tipo de cambio tiende a bajar y cuando hay escasez, la tendencia es hacia el alza. Eso es el libre mercado y en su determinación influyen muchos factores. Piense usted lector, en los dólares que entran (exportaciones, inversión extranjera, etc.) y los que salen (importaciones, salida de dólares buscando otros destinos, etc.). Si entran más que los que salen, el tipo de cambio baja. Si pasa lo contrario, entonces sube.
Pero hay más. La disminución del tipo de cambio en este año se debe básicamente a dos factores:
1. En primer lugar, la FED (Banco Central de los Estados Unidos) ha anunciado que, ante la incertidumbre económica mundial, todavía no subirá su tasa de interíés, un proceso conocido con el nombre de “normalización monetariaâ€.
Lo que sucede es que las expectativas importan. Mientras la FED señalaba que pronto subiría su tasa (como ocurrió en 2015), ello se asociaba con un aumento futuro en el tipo de cambio. ¿Por quíé? Porque los dólares, atraídos por la tasa de interíés, saldrían de los mercados como el peruano, habría menos dólares y entonces subiría su precio, que es el tipo de cambio. Eso ocurrió a lo largo del año pasado. ¿Quíé se espera ahora? Pues que la FED suba su tasa en diciembre, en el mejor de los casos. Como no se espera el aumento inmediato del tipo de cambio, no se compra dólares “esperando que suba†y como consecuencia, no sube. Importa mucho lo que los inversionistas “creen que va a hacer la FEDâ€.
2. En segundo lugar, la economía mundial está inundada de dólares. Desde diciembre de 2008, la FED inyectó enormes cantidades de dólares para reactivar su economía, luego del estallido de la crisis financiera de setiembre de ese año. Reciíén en 2014 terminó el proceso de inyección de liquidez conocido bajo el extraño nombre de “Quantitative Easing†(QE).
Sin embargo, los analistas señalan que ante la debilidad de la economía mundial, no sería imposible que se ponga en marcha otro QE. Por lo tanto, a la inmensa cantidad de dólares, se sumaría eventualmente, una nueva inyección. Aquí las expectativas entran en juego. Si los inversionistas piensan que habrá muchos dólares en el mundo, pues tambiíén piensan que el tipo de cambio no subirá y como consecuencia no compran y no sube.
Note usted lector, que parece que todo depende de las expectativas. Lo que pasa es que recibimos cada minuto un enorme volumen de información para tomar decisiones. Pero no olvide: nadie conoce el futuro, por lo que las expectativas suponen un riesgo.
Suerte en sus inversiones...