Bloomberg
La Comisión Europea determinó que la firma debe pagar por infringir normas fiscales, sin embargo tanto el país como la compañía estadounidense han señalado que apelarán.
Unos 14 mil 500 millones de dólares (13 mil millones de euros) más intereses es lo que Apple debe a Irlanda en impuestos atrasados según una decisión de la Comisión Europea que ordenó a la empresa de Tim Cook a pagar al país.
Pero ni el gobierno de Irlanda ni Apple quieren hacerlo, y la empresa ya anunció que apelará el dictamen de la institución para que no se le obligue a aportar una cantidad que dobla a la recaudación del impuesto de sociedades del país en 2015 y que equivale a 3 mil dólares por habitante.
El ministro de Finanzas irlandíés, Michael Noonan, se comprometió a luchar el martes contra la decisión de la Comisión: "Hacer cualquier otra cosa, sería como comer las patatas de la siembra", dijo Noonan a una emisora de radio.
Los estímulos impositivos que reciben las empresas extranjeras en Irlanda es uno de los motivos que encuentran corporaciones como Google o Facebook para trasladarse al país, famoso por su política fiscal beneficiosa para las compañías.
Apple es una de las 700 empresas estadounidenses que tiene unidades en el país y emplea a unas 140 mil personas, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Irlanda, motivo por el que el gobierno de Enda Kenny busca cuidar su relación con el gigante tecnológico.
Incluso cuando Irlanda se vio obligada a buscar un rescate internacional hace seis años se resistió a cambiar su política fiscal a la hora de gravar a las empresas.
POCOS IMPUESTOS, MUCHAS GANANCIAS
Según la investigación que llevó a cabo la Comisión Europea, el gobierno de Dublín permitió que Apple redujera los impuestos a pagar sobre sus beneficios entre 1991 y 2007.
Para Apple la cantidad atrasada es relativamente pequeña. Hasta el mes pasado, obtuvo unos 232 mil millones de dólares en ganancias, de los que 214 mil procedían en el extranjero.
La compañía generó alrededor de 4 mil millones de dólares al mes durante 2015, por lo que los atrasos en el pago de impuestos serían absorbidos por tres meses de ganancias.
La firma abonó un 1 por ciento del impuesto de sociedades sobre sus beneficios en Europa en 2003 y un 0.005 por ciento en 2014.
Según las leyes fiscales europeas, las autoridades tributarias de los países miembros no pueden ofrecer beneficios a empresas particulares ya que sería considerado como una manera de ayuda pública.
"Estas normas garantizan que todas las empresas compitan en igualdad de condiciones", dijo Margrethe Vestager, jefa de Competencia de la Unión Europea.
Sin embargo, Apple no quiere comprometer su imagen y niega que sea una cuestión de dinero: "Se trata de nuestra reputación", afirmó Peter Vale, socio de impuestos en Grant Thornton Irlanda.
"No es la cantidad, el problema per se es la idea de que Irlanda estíé jugando con los impuestos y la idea de que nosotros hagamos tratos especiales", señaló.
"El dictamen de la Comisión no tiene precedentes y sus implicaciones son graves y de gran calado. Lo que propone en realidad es sustituir las leyes fiscales irlandesas por otra versión, la que la Comisión opina que debería haber sido".
"Esto supondría un golpe demoledor para la soberanía de los Estados miembros de la Unión Europea en lo referente a sus propios asuntos fiscales y al principio de la certidumbre del ríégimen jurídico en Europa" dijo la empresa con sede en California a travíés de un comunicado.
"Irlanda ha anunciado que tiene la intención de presentar un recurso contra la decisión de la Comisión y Apple hará lo mismo. Confiamos en que la orden de la Comisión quede sin efecto", apuntó la compañía.
El gobierno afirmó que incluso si fuera a tomar el dinero en efectivo, las normas europeas le obligan a utilizar el monto para pagar parte de sus 180 millones de euros en deuda nacional, antes que gastarlos en el presupuesto.
El partido de la oposición Sinn Fein dijo que el gobierno de Enda Kenny no debe de apelar la decisión de la Comisión, calificando la postura como "una farsa" y añadió que no hay "ninguna justificación" para impugnar el fallo y tratar de que los irlandeses no recuperen el dinero que se les adeuda.