Por... María González
A comienzos de este mes saltaba la noticia: distintos organismos de protección de datos europeos a nivel nacional, entre ellos al parecer la Agencia Española de Protección de Datos, se habían unido a Alemania, Países Bajos y Bíélgica para investigar a Facebook. En concreto, quieren saber cómo la red social gestiona la información de sus usuarios europeos y tambiíén la procedente de otras apps de su propiedad, como WhatsApp o Instagram.
A Facebook, obviamente, esto no le ha hecho especial gracia. Richard Allan, vicepresidente de Public Policy en Europa, firma hoy un artículo de opinión en el Financial Times en el que explica las posibles consecuencias de que Facebook tenga que cumplir las políticas de privacidad de los 28 países miembros, en lugar de cumplir la legislación irlandesa como hacían hasta ahora.
En íél se recoge toda una declaración de intenciones:
"Para las compañías de Internet, las regulaciones nacionales supondrían obstáculos serios. Los costes de Facebook se incrementarían, y los usuarios de Europa recibirían la llegada de nuevas funcionalidades con más retraso, o directamente ni llegarían".
Para Richard Allan, Facebook cumple las normas de Irlanda ya que tienen allí su sede europea y, como país comunitario que es, esto debería ser suficiente para el resto de países. "El proyecto de la integración europea [...] se fundó sobre un importante principio: eliminar las barreras que mantienen a la gente separada y hacer que la vida sea más fructífera. Algunas autoridades de la UE parecen haber olvidado esta máxima", añade.
Al principio, y según añade Allan, los reguladores nacionales de privacidad y protección de datos (como la AEPD en España) consultaban a los reguladores irlandeses cuando tenían alguna duda sobre Facebook. "Así es como se supone que la regulación europea debe funcionar: si un negocio cumple la regulación implementada en su país, puede operar en el resto de la UE". Sin embargo, el hecho de que varios países hayan iniciado investigaciones por su cuenta presenta el riesgo de "volver a las regulaciones nacionales", algo inasumible para muchos según su argumento ya que existen 28 naciones en Europa.
Facebook dice que ellos cumplen la legislación (privacidad y protección de datos) de Irlanda y que eso es suficiente para operar en la UE
Además de los usuarios, Allan defiende que las principales víctimas de algo así serían otras empresas pequeñas europeas: "el próximo proyecto importante podría no ver nunca la luz del día" y "podría detener a las startups antes incluso de que íéstas hayan empezado". Para íél, este movimiento pone el riesgo la economía digital europea y la solución es clara: "la mejor forma de que ellos [los reguladores nacionales europeos] resuelvan sus diferencias es trabajar juntos, como han hecho en el pasado".
Mercado único, reguladores, impuestos...
í‰ste es un conflicto más de los muchos que algunas multinacionales tecnológicas están sufriendo en tierras europeas. Además del proceso de la UE contra Google, algunos países, como Reino Unido, se han tomado la justicia por su mano para evitar que estas compañías aprovechen las ventajas fiscales de otros territorios (como Irlanda) para no pagar impuestos en su país. La UE tambiíén está estudiando el caso.
Tecnológicas como Facebook y Google tienen actualmente varios conflictos en Europa
A todo esto hay que sumar el supuesto super-regulador europeo que se encargaría de supervisar las actividades de este tipo de empresas en territorio comunitario. En cualquier caso, parece que durante el mes de mayo tendremos noticias importantes, y es que la Unión Europea se pronunciará al respecto de crear un mercado único digital a petición de las operadoras y tambiíén de las grandes tecnológicas que, como Google o Facebook, defienden tener que acogerse a un mismo conjunto de reglas en lugar de a las de los 28 países comunitarios.