Por... Roberto Castellanos Fernandez
El canje monetario decretado por el gobierno indio polarizó los debates políticos en esta nación, en especial en el parlamento, que cerró hoy sus puertas tras un mes de sesiones sin apenas discutir otro tema.
La retirada de circulación de los billetes de 500 y mil rupias (7,5 y 15 dólares), anunciada por el primer ministro Narendra Modi el 8 de noviembre, copó la agenda del legislativo cuando trabajó en la llamada Sesión de Invierno, ya que gran parte de ese periodo estuvo paralizado.
Según la ONG PRS Legislative Research, ambas cámaras del hemiciclo aprovecharon en ese lapso solo un 17 por ciento del tiempo previsto, la cifra más baja en los últimos seis años.
La entidad señaló que la productividad de la Lok Sabha (Cámara baja) fue de apenas un 15 por ciento en tanto la Rajya Sabha (la Alta) alcanzó un 19 por ciento.
Mientras la primera perdió 97 horas de interrupciones por las protestas de la oposición, la segunda desaprovechó 90 horas.
En este tercer y último periodo de sesiones anual, el legislativo apenas sancionó un proyecto de ley, de los 19 presentados para su examen y aprobación.
Desde mediados de noviembre las escenas de ataques verbales, recriminaciones, acusaciones y denuncias se multiplicaron entre los legisladores, pese a los llamados al diálogo y la concordia.
'Tengo ganas de renunciar (...) Esto nunca ocurrió en la Cámara', afirmó L.K. Advani, miembro de la Lok Sabha y dirigente del gubernamental Bharatiya Janata Party (BJP), tras la suspensión ayer de los debates por los altercados.
Este jueves sucedió lo mismo en la Rajya Sabha, donde los miembros del BJP impidieron hablar al líder de la oposición en el órgano, Ghulam Nabi Azad.
Dejamos constancia que en ambas cámaras el partido gobernante no permite trabajar. 'Es la primera vez en la historia de la India', subrayó Azad.
Lo cierto es que las acciones de protesta comenzaron desde la apertura de la sesión de invierno, el pasado 16 de noviembre, cuando la oposición, encabezada por el Partido del Congreso, exigió una explicación a Modi por el canje monetario.
Mientras el Ejecutivo afirma que la medida busca combatir la falsificación de los billetes, la corrupción y la evasión de impuestos, sus adversarios estiman que solo favorece a los sectores más ricos.
La iniciativa provocó enormes colas en los bancos y cajeros automáticos de esta nación, habitada por casi mil 300 millones de personas, una situación que obligó a las autoridades a limitar la cantidad de dinero a extraer o a canjear, con el consiguiente malestar de la población.
En las filas para cambiar los billetes solo encontramos pobres y personas honestas no a los ricos o acaparadores de dinero mal habido, consideró el vicepresidente de Partido del Congreso, Rahul Gandhi.
Según el político, el verdadero motivo de la medida es permitir a los bancos recolectar dinero suficiente para renunciar a los príéstamos otorgados a las grandes corporaciones e industriales.
Esa formación nunca combatió la corrupción o el dinero negro durante su gobierno. La corrupción y las estafas alcanzaron su punto máximo durante esa íépoca, por lo tanto no es de extrañar su rechazo al proceso actual, respondió el ministro de Finanzas, Arun Jaitley.
Aunque en las primeras semanas el proyecto encontró respaldo en diversos sectores, los inconvenientes elevaron las críticas con el paso del tiempo, aupados por la oposición, que no dejó de lanzar acusaciones y denuncias.
Un sondeo de LocalCircles, una plataforma de participación ciudadana, reveló que apenas un 39 por ciento de los encuestados considera buena la implementación del plan, 12 puntos menos que hace tres semanas.
En contraste, 36 por ciento cuestionó la forma en que se hizo el canje de los billetes, un aumento de 11 puntos.
El gobierno afirma que a mediano y largo plazo la economía nacional saldrá beneficiada, pero ya el Banco Asiático de Desarrollo rebajó sus previsiones de crecimiento de la India para 2016 de 7,4 a 7,0 por ciento debido al cambio.