Soy un torero, he vuelto a la plaza despuíés de retirarme». La vocación pedagógica de Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) le ha convertido a sus 75 años en un gurú de la economía con miles de fieles seguidores. Desde su blog, donde ya acumula 1,6 millones de visitas de todo el mundo, este padre de 12 hijos y abuelo de 36 nietos se ha convertido en una referencia para entender la crisis y los efectos económicos que la rodean. Más de 350 medios de comunicación se han hecho eco de sus consejos y está preparando un libro. ¿La clave de su íéxito? Explicar con claridad, de forma campechana pero certera, tíérminos tan indigestos como hipotecas subprime o TAE. «Si te dicen que tu dinero está en un Mortgage Backed Securities convertido en Collateralized Mortgage Obligations, significa en español que lo has perdido». Su nick (¡toma ya!) es LAP.
-Explíqueme por quíé estamos en crisis, por favor.
-Le voy a explicar lo único que síé. En resumen, hace siete años la Reserva Federal americana redujo los intereses y eso condujo a que se dieran críéditos a todo hijo de vecino sin solvencia y luego esos críéditos se extendieron a todo el mundo y nos han enganchado. Esas hipotecas no se sostenían por sí solas, y encima dieron tantas que se les acabó el dinero; así que cogieron las hipotecas y las convirtieron en paqueticos que vendieron por todo el mundo. Al quedarse sin liquidez, se empezaron a prestar dinero unos a otros en el mercado interbancario. Y resulta que los intereses en ese mercado se miden por el euríbor, y al final lo suben y pasa que usted y yo pagamos más por la hipoteca. Aquí nos partíamos de risa viendo las tonterías económicas que hacían los americanos, y ahora nos hemos dejado de reír de pronto. Esto es el resumen muy resumido.
-¿La gente sabía aquí que su dinero dependía de lo que hacían en EE UU?
-Lo ignorábamos todos. Hasta los bancos y las cajas de ahorros del mundo. Que lo ignoremos nosotros, es lo normal. Que meta mi nómina en mi caja de toda la vida es lo habitual. Lo que no síé es que un segundo despuíés esa nómina está en Oklahoma, y dos segundos despuíés esa nómina está prestada a uno de estos individuos sin solvencia. Pero tampoco lo sabía el director de mi oficina ni el presidente de la caja.
-¿Quiíén lo sabía?
-Que no suene a farol. Lo que me sorprende mucho es que yo en enero me di cuenta cuando me puse a darle forma a todo esto copiando las informaciones de los periódicos. ¿Por quíé lo sabía yo y oficialmente no lo sabía nadie? Es curioso... Llego a la conclusión de que lo sabía mucha gente.
-¿Alguien tuvo que orquestar ese sistema financiero?
-Lo empiezan a preparar los bancos americanos con lo que llaman unos productos financieros estructurados. Esto, ni usted ni yo sabemos lo que es, pero otra gente que sí debía saber lo que eran, tampoco lo sabían. Al final, los van comprando mucha gente y viene el problema. ¿Era algo orquestado? Ya lo matizaríé en la conferencia, pero creo que ha sido una combinación de sinvergí¼enzas y estúpidos. Y prefiero al sinvergí¼enza, porque se puede convertir y ser bueno, pero el segundo no tiene solución.
-¿No ha recibido presiones por sus comentarios en el blog?
-Nadie. Todo el mundo es bueno...
-Incluso le invitan a dar charlas.
-Sí, pero de momento no me ha invitado ningún banco.
-¿Cómo empezó toda esta fama?
-Cada vez que me llaman famoso, siempre digo que le pongan 6 comillas a la derecha y otras 6 a la izquierda. Empecíé hace años a hacer un diccionario para mí. Copiaba conceptos que veía en los periódicos y las explicaciones de lo que eran entre paríéntesis. Por ejemplo, si ponía concurso de acreedores, y entre paríéntesis antigua suspensión de pago; yo copiaba. Ahora tiene 600 vocablos. A finales de enero, puse el vocablo crisis 2007-2008. Era muy inocente y pensíé que acabaría en el 2008. Pero en lugar de salirme 3 líneas, me salieron 10 páginas. Y lo puse como anexo al diccionario. Entonces se lo mandíé a dos amigos, y íése fue mi fallo, del que estoy muy contento. Uno de ellos se lo mandó por correo a otros 3 amigos. Al cabo de unos días, un hijo mío me dijo que le había llegado a su correo. Y decía el mejor piropo que me han echado: 'no sabemos quiíén lo ha escrito, pero por el estilo seguro que es un joven universitario'. ¡A los 75 años!
-Y ahí se desató.
-Sí, porque mi hijo lo metió en un blog. Y ya llevamos 1.600.000 visitas. Hay visitas de Burundi. Y pienso: por favor, ¿a quiíén le importa lo que yo digo en Burundi? Pues por lo menos hay uno al que le interesa.
-¿Y no tiene la sensación de que esa terminología tan compleja a veces se emplea a propósito para que no entendamos nada?
-Lo peor es que al que habla no se le entienda y encima no quiera que se le entienda. Si yo te hablo de hipotecas subprime, seguramente no lo entiendes; si te hablo de hipotecas porquería, sí lo entiendes. Todo lo que no entiendas, la culpa es del otro, no es tuya.
-¿La clave es preguntar?
-Pregunte lo que no entienda y tal y como usted habla: dónde está mi dinero, cuánto le di y cuánto me dará por mi dinero. Porque si preguntas dónde está tu dinero, y te contesta que en un Mortgage Backed Securities convertido en Collateralized Mortgage Obligations, tú piensas: '¡quíé bien!'. Eso quiere decir, traducido al español, que lo has perdido.
-La gran pregunta: ¿cuánto durará?
-Durará mucho. Para saber el por quíé es muy fácil. Hay que conocer la dimensión. Si la crisis fuese de 500 dólares, pues los ponías tú y yo, y resuelto. Si la crisis es de no síé cuántos miles de millones de dólares, pues a lo mejor yo no puedo poner mi parte. Cuando algún político español dice que la crisis financiera quedará finiquitada en dos meses, habría que decirle: ¡cállase, hombre! Mire, 2009 entero. Y el 1 de enero del 2010, siempre digo que me llamen. Así que ese día descolgaríé el telíéfono.
-¿Le parecen eficaces las medidas anticrisis que ha adoptado el Gobierno español? ¿Y las decisiones de la Cumbre de Washington?
-Todos los gobiernos están adoptando las mismas medidas. En la reunión del 14 de octubre, a la que por cierto no acudió el ministro de Economía, el Gobierno español adoptó una serie de medidas que se pueden resumir en tres. Primero, posibilidad de entrar en el capital de los bancos que lo están pasando mal; segundo, aval del Estado para cuando vayan a pedir dinero fuera, y tercero, que el Estado pueda comprar paquetitos de hipotecas sanas a los bancos. Da la impresión de que esta última medida no está funcionando.
-¿Y funcionarán?
-Me parece a mí que esto se le ha ocurrido a Gordon Brown. En teoría, son medidas correctas. Sobre la primera, el secretario de Estado de Economía dijo al día siguiente que no teníamos dinero. Luego, Miguel Sebastián, ministro de Industria, dijo que sí teníamos dinero y que acudiremos a los mercados exteriores. ¿Sabe cuánto cobran de intereses todos estos que sí tienen perras? Entre el 7% y el 14% anual. Igual al tercer año a lo mejor tengo que ir a otro fondo soberano para que me ayude a pagar el interíés del primer fondo soberano. De fondo soberano en fondo soberano, vamos a acabar mal. Estas medidas, por ahora, no están funcionando nada bien.
-¿Algún miembro del Gobierno le ha pedido consejo?
-Nadie. Y tampoco lo harán. Y no les estoy esperando. Yo discurro como cualquier otro.
-¿Cuántas veces se ha topado con esa frase de 'estamos en ello', que tanto detesta, al analizar las declaraciones de los políticos y de los responsables económicos?
-Lo de 'estamos en ello' quiere decir: no tengo ni idea de quíé tengo que hacer; vamos a ver si se resuelve solo. En estos momentos hay un desconcierto absoluto, y por eso creo que esta crisis es la más grave que ha habido nunca.
-¿Por quíé apellida ninja a la crisis?
-Lo copiíé de un sitio donde un periodista decía que en Amíérica llamaban ninjas a las personas sin ingresos fijos, ni empleo ni propiedades. La clásica persona a la que tú no le dejarías ni tres euros. Pues estas fueron a las personas que buscaron los bancos. ¿Por quíé? Pues porque había muchos y se les podía cobrar un poquito más por el mayor riesgo. No hace falta ser doctor en Economía para darse cuenta de que el negocio estaba sobre palitos.
-¿Se arriesga a darme soluciones?
-Por el tamaño salvaje de la crisis, corremos el peligro de quedarnos en el diagnóstico. Me ha dado por decir que en cuanto se acabe mi conferencia, prohibido hablar de crisis. Hay que pensar: en mi negocio voy a hacer esto y esto; y en mi familia voy a hacer esto y esto... Vamos a sacar adelante lo que podamos, si no nos quedaremos acurrucados en casa llorando