Bloomberg
Mondelez International, la empresa creadora de estas galletas, percibe el 70 por ciento de sus ganancias en el extranjero, pero aún así no se siente amenazada por Trump, analistas piensan que falta poco para que el electo presidente la voltee a ver.
Durante la campaña, Mondelez, dueño de la icónica marca de galletas, fue una de las empresas contra las que arremetió el presidente electo Donald Trump por crear empleos fuera del país, junto con gigantes como Ford, Carrier y Boeing.
Pero mientras esas otras tres empresas ya han tenido sus roces post electorales con Trump de una u otra forma -desencadenando fuertes fluctuaciones en las acciones y compromisos corporativos para revisar los planes de inversiones- Mondelez curiosamente no. En vista del actual ritmo de tuiteo del presidente electo, parece que es sólo cuestión de tiempo antes de que la compañía vuelva a caer bajo la lupa.
Mondelez no estaba interesada en discutir su plan de acción para cuando llegue ese momento, pero los expertos dicen que indudablemente está preparada para una respuesta rápida.
“Lo último que quieren hacer es tener una marca que estíé siendo atacadaâ€, dijo Richard Frisch, un consultor de comunicaciones de crisis. “No cabe duda de que tienen un plan de crisisâ€.
Las apuestas son altas. El mes pasado, cuando Trump escribió en Twitter que los costos del programa de los F-35 estaban “fuera de controlâ€, las acciones del fabricante de armamento Lockheed Martin se desplomaron, perdiendo casi 2 mil millones de dólares en participación de mercado.
“Nunca hemos tenido un presidente electo que pudiera mover las acciones a su voluntadâ€, dijo Richard Levick, fundador de la firma de comunicaciones que lleva su nombre. “Un tuiteo de Trump se clasifica entre los principales riesgos del añoâ€.
“Nunca las volveríé a comerâ€
Por otro lado, cuando una compañía es conciliadora, puede ser recompensada. Las acciones de Ford Motor subieron casi 4 por ciento luego de que anunciara que cancelaría su expansión en Míéxico avaluada en 1 mil 600 millones de dólares.
Hope Hicks, una portavoz de Trump, no respondió a una solicitud de comentarios.
Mondelez despertó la ira de Trump en agosto de 2015, cuando señaló que la firma eliminaría mil 200 puestos de trabajo en Estados Unidos luego de trasladar la producción de Oreo a Míéxico. “Nunca las volveríé a comerâ€, prometió Trump.
Su afirmación no era completamente cierta. El gigante de refrigerios había decidido invertir 130 millones de dólares en una planta existente al sur de la frontera para mejorar la producción de galletas, en lugar de destinar el dinero a una fábrica en Chicago. Con la medida se eliminaron aproximadamente 600 puestos de trabajo.
Los candidatos demócratas Bernie Sanders y Hillary Clinton rápidamente intervinieron, y en el programa The Late Show de Stephen Colbert se burlaron de la promesa de Trump de no volver a comer Oreos. Pero luego la controversia se desvaneció.
Mondelez, que genera más de 70 por ciento de sus ingresos fuera de Norteamíérica, señaló que ha invertido cerca de 450 millones de dólares en plantas dentro de Estados Unidos desde 2012, cuando se escindió de Kraft Foods.
“Continuamos haciendo inversiones donde tenga sentido y eso incluye a Estados Unidosâ€, dijo Laurie Guzzinati, portavoz de la firma con sede en Deerfield, Illinois. Agregó que la compañía no ha recibido comunicaciones de la administración entrante.
Mondelez podría estar en una mejor posición que Boeing o Ford, por ejemplo, para resistir la presión de un tuiteo de Trump. No es un gran contratista del gobierno, haciendo aviones para el Ejíército, por ejemplo, y convencer a los consumidores para boicotear una marca de galletas es difícil. Esto podría debilitar la capacidad de Trump de tener un impacto negativo duradero sobre la compañía de 26 mil 500 millones de dólares, según Frisch.