Los cuatro grandes bancos acreedores de Sacyr, a los que se ha sumado La Caixa, presentarán hoy una propuesta a Lukoil para traspasarle el príéstamo de 5.175 millones con que la constructora financia la participación del 20% en Repsol que la rusa quiere comprar junto a otro 9,9%. Fuentes de la operación aseguran que Lukoil está dispuesta a aportar activos y bonos como garantías añadidas a los propios títulos de Repsol.
Las cuatro entidades financieras que encabezan el sindicato acreedor del príéstamo con el que Sacyr entró en Repsol a finales de 2006 (en total, 48 bancos y cajas) mantuvieron ayer una segunda reunión, en la que participó tambiíén La Caixa, para elaborar una propuesta de refinanciación a la rusa Lukoil. Se trata de que el grupo ruso se subrogue un críédito de 5.175 millones de euros con nuevas condiciones y garantías añadidas que cubran la diferencia entre el precio que prevíé pagar por Repsol (entre 27 y 28 euros por acción) y el valor actual de las acciones, que ayer cerraron a 14,85 euros, tras descender un 1%.
A travíés de videoconferencia los representantes de estas cinco entidades (el Santander, Caja Madrid, Calyon y Citi, además de La Caixa) mantuvieron contacto con los de Lukoil quienes, según fuentes próximas a la reunión, se avinieron a aportar garantías adicionales para financiar su pretendida participación en Repsol. Estos avales consistirían en activos del balance del grupo ruso (probablemente reservas de crudo, que son su gran valor) y en títulos (bonos) emitidos por Lukoil fuera de Rusia.
Además, el gigante necesitaría financiar 4.000 millones más para optar al 9,9% de Repsol que La Caixa y Caixa Catalunya han pactado vender tambiíén. Desde ámbitos empresariales se asegura que esta cantidad la prestaría la primera de estas cajas, que figura en la operación como vendedor y prestamista.
Aunque desde comienzos de esta semana ha cundido el desánimo respecto a la operación, por las dificultades financieras y la intensificación de las presiones políticas contra la misma, el hecho de que Lukoil exprese su disposición a aportar garantías abre una vía a la que algunos consideran 'la única tabla de salvación de Sacyr', que soporta una deuda de 18.500 millones. Estas dificultades han tirado a la baja de la cotización de la constructora que preside Luis del Rivero, que ayer descendió un 8,1%, hasta 7,42 euros.
Poner de acuerdo a casi medio centenar de bancos es tambiíén una dificultad añadida, aunque las entidades van a empeñar toda su voluntad en la negociación para evitar males mayores, como un concurso de acreedores de Sacyr, que le sería mucho menos beneficioso. Además, el tiempo juega en contra de una operación que 'o se cierra pronto o puede frustrarse', señalan fuentes del sector.
Confusión
Las dudas reinan en torno al íéxito de la operación. Además de una nueva implicación de la italiana Eni, que ya rechazó en su día la propuesta de Sacyr, las especulaciones han girado en torno a una posible entrada de la SEPI en Repsol que ayer rechazó tajantemente el presidente del Gobierno, Josíé Luis Rodríguez Zapatero. En el primer caso, fuentes solventes niegan el interíés de ninguna otra empresa europea por Repsol, 'y menos con el revuelo que ha provocado el interíés de Lukoil'.
Tambiíén carecen de fundamento, según las mismas fuentes, las propuestas que se atribuyen al ministro de Industria, Miguel Sebastián, de crear un fondo soberano que sirviera para rescatar a la petrolera. En última instancia, si Sacyr no pudiese colocar Itínere, dadas las dificultades con que está tropezando en las negociaciones, hay quien propone que La Caixa comprará este grupo de autopistas valorado en 2.500 millones más una deuda de 5.013 millones, lo que proporcionaría a la constructora un balón de oxígeno durante unos meses. En ese tiempo se podría hallar una solución, aunque de darse el caso, la entidad catalana pediría cambios en la gestión del grupo de construcción y servicios.
Dimite de la Vega
Jesús Fernández de la Vega, hermano de la vicepresidenta primera del Gobierno, ha presentado su dimisión como director de la Fundación Repsol, cargo al que accedió el 13 de noviembre. Con su renuncia, quiere evitar que su nombre se utilice de 'manera insidiosa'.