Por... Zenyazen Flores
En el foro "El Futuro del Trabajo" organizado por la OIT se trató el tema de gravar a las máquinas y utilizar parte de esos recursos para capacitar a los humanos que hayan sido desplazados por robots.
La introducción de robots en la industria se acelerará en los siguientes años debido a que cada vez los procesos son más automatizados, y ante ese panorama, en el foro El Futuro del Trabajo se abordó la propuesta que plantea que las empresas que utilicen robots deberían pagar impuestos por la “plantilla†de máquinas que haya en el centro de trabajo.
Esta propuesta ha sido antes mencionada por personajes como Bill Gates.
Robert Skidelsky, catedrático de la Universidad de Warwick (Reino Unido), propuso durante el foro organizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fijar un impuesto a los robots, y advirtió que no es una represalia, pues más bien se trata de que los recursos recaudados se utilicen, por ejemplo, en la capacitación de los trabajadores que serían desplazados por una máquina.
"Hay que abrir el debate de poner impuestos a los robots para que cueste más que contratar personas o, en otras palabras, gravar menos el trabajo humano que la mano de obra robótica. El futuro del trabajo es importante no sólo por el miedo a que la automatización va a destruir empleosâ€, expuso el experto en conferencia magistral.
Dijo que uno de los argumentos para poner impuesto a los robots es crear un fondo que aglutine los recursos y se utilicen para capacitación de los trabajadores que podrían ser sustituidos en determinado centro de trabajo.
La discusión sobre la imposición de un gravamen a los robots está apenas en un momento inicial, pues aún no hay consensos necesarios para articular una propuesta, sobre todo porque este impuesto lo tendrían que pagar los empleadores quienes justamente han echado mano de los robots para aligerar costos.
“Si se pone impuesto a robots tendría que ser un impuesto Internacional pero para eso debe haber una discusión de cómo va a afectar este impuesto a otros países y el intercambio comercial. Tambiíén debe considerarse que en países pobres podría ser más difícil en la implementación de este impuestoâ€, comentó Skidelsky.
Para fijar el impuesto tambiíén debe especificarse en quíé áreas de la industria, procesos de producción y tipo de empresas se está dando con mayor presencia el uso de robots, pues en algunos sectores es “muy discreta†su utilización.
“Por ejemplo el impuesto podría funcionar para operaciones en líneas que ya son robotizadas como Amazon, que es una plataforma que está despachando productos mediante el reemplazo de mano de obra, ahí hay una sustitución clara, pero hay muchos casos en donde no se puede trazar la línea de cuando un robot ocupó el lugar de un humanoâ€, expuso.
La idea de un impuesto a los robots que ha sido apoyada en el pasado por el multimillonario Bill Gates, tambiíén favorece el plan de destinar parte de esos recursos a la capacitación de las personas.
“Es muy malo si en general la gente siente más miedo que entusiasmo por lo que pueda causar la innovaciónâ€, dijo. “Eso significa que ya la gente no podrá determinar las cosas positivas que puede hacer. Y los impuestos son, sin duda, una mejor manera de manejarla que simplemente prohibir algunos aspectos de ellaâ€, dijo en una entrevista con Quartz a principios de año.