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El Zorro y la Diosa de la Fortuna
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Zorro:
El Zorro y la Diosa de la Fortuna
Era un día de invierno claro, diáfano, casi trasparente. El anticiclón que estaba instalado sobre el Bosque ofrecía una oportunidad única a sus habitantes para resolver mil y un asuntos. Luego, las lluvias volverían a hacer acto de presencia y nuevamente a correr a cobijarse. Hacia bastante frío, días de 3 bajo cero y más, pero se soportaba bien por la poca humedad. El Zorro, como uno más del Bosque, intentaba solucionar sus asuntos gracias al buen tiempo. Arregló varios temas pendientes, y teniendo la despensa llena, se dedicó a recorrer zonas del Bosque aún desconocidas para el. Poco a poco se fue alejando de su madriguera, internándose en la espesura más inquietante. Zonas en las que vegetación lo cubre todo y parece que alguien te vigila oculto tras una mata o un arbusto. Un ruido alertó al raposo, luego otro, y otro.... El Zorro sintió el frío cosquilleo del miedo recorrer su columna vertebral.
- ¡Uy!, que sensación tan poco agradable, mejor vuelvo atrás.
- Si, se convencía, por aquí no hay nada interesante, ¿para quíé seguir?. Mejor me doy la vuelta, y para casa.
Comenzó la retirada, pero pronto se percató de que no encontraba el camino de vuelta, se había perdido en el Bosque!. Trató de calmarse y ponerse en situación. Probó suerte por dos o tres sitios diferentes, y nada. No podía hacer uso de su fino olfato por un pequeño resfriado. Por lo que pronto se inquietó:
- ¡Vaya que mala suerte!, que poca fortuna tengo, para un día que salgo a explorar, me pierdo.
Sus vivaces ojos estaban buscando una salida a la situación, cuando algo divisó a lo lejos: en un primer momento creyó que era el efecto de los últimos rayos de sol del día que se filtraban entre las ramas de los árboles haciendo un juego bellísimo de luces en reflexión y refracción. Pero no, allí había algo. Y se acercó, no sin miedo. Al llegar vio un espectáculo impresionante de luz dorada, de inmensa riqueza. En el centro de todo aquello, una extraña rueda muy parecida a la de la carta X del Tarot, la Rueda de la Fortuna. El Zorro, picado por la curiosidad se acercó. Pero no acertaba a imaginar para que servía aquello. Trato de mover aquella Rueda, pero no lo logró. De pronto!, una voz sonó:
- ¿Quíé pretendes Zorro?.
El cánido se asustó y retrocedió. La voz se volvió a dejar oír.
- La Fortuna no se puede manipular a tu antojo.
- ¿Entonces....?, preguntó el Zorro, ¿quiíén eres?. ¿Cómo me conoces?.
- Yo soy la Diosa de la Fortuna, y conozco a todos los seres del Universo.
- ¿La Diosa de la Fortuna, o la Suerte?, preguntó nuevamente el cánido.
- Somos la misma cosa Zorro.
- ¿Y que haces aquí?.
- Este es mi lugar, aquí estoy siempre.
- ¡Pues menos mal!, me había perdido, ya estaba lamentándome de mi mala suerte, y me encuentro de bruces con la Fortuna.
- ¡Y tu te quejas Zorro!.
- Si, ya ves, salí para explorar, y me he perdido.
- ¿Y a eso le llamas mala Fortuna?.
- Pues buena no es, ¿o si?.
- Creo que tu concepto de la Fortuna es erróneo. ¿Cómo puede un ser tan iluminado por la suerte pensar que no tiene Fortuna?.
- ¿Yo tengo Suerte, Diosa?.
- El que tiene una familia que lo quiere, el que tiene una hija maravillosa, el que la Fortuna le sonríe en Bolsa, el que poco a poco va consiguiendo todo lo que se propone, ¿acaso no tiene Fortuna?.
- ¿Y quiíén es ese, Diosa de la Fortuna?.
- Ese, Zorro, eres tu.
- Pues nunca me había parado a pensar en eso.
- Es que la mayoría de lo seres creen que la Suerte consiste en que toque la Lotería cada semana, o cada mes.
- Si, es verdad, a veces pedimos demasiado.
- No Zorro, la mayoría tiene más Suerte de la que cree, pero no le presta atención .
- Explícame eso de que no lo prestan atención.
- Verás Zorro, tu mismo has recomendado INYPSA el año pasado, si es verdad, y muchos se rieron. Pues bien, ¿cuantos crees que tienen acciones de la compañía?. Como mucho un 1 % de los que lo leyeron, como mucho eh!. Bien y cuantos crees que han ganado más con otras acciones?. Pues un 15 %. Osea, que un 84 % no ha tenido más Fortuna por no seguir la información, no por no tener la Suerte de tenerla.
- Eso tampoco es así, en la Bolsa no hay nada fijo. Yo mismo dudo muchas veces, la operativa bursátil no es fácil Diosa, continuamente te están recomendado valores. Si haces caso de todo, te vuelves loco, y pobre.
- Claro, pero hay que saber discernir, y eso se hace estudiando los valores, la Bolsa en general.
- Tú, utilizas tu gran intuición, y tu experiencia Zorro.
- Si es verdad, pero tambiíén me equivoco.
- Claro, pero ¿quiíén no lo hace?.
- Supongo que todos.
- Cierto Zorro, pero tu has guardado las acciones.
- Pues si, creí que era lo mejor.
- Y ahora muchos creerán que has tenido suerte.
- Quizá, pero algo de suerte he tenido, ¿o no?.
- No, simplemente conoces el mercado, y la operativa bursátil, siempre dices que te lo curras mucho.
- Eso es verdad Diosa, lo trabajo, vaya si lo trabajo!.
- Entonces, yo aquí no veo ni tu buena Suerte, ni la mala Suerte de los demás. La diferencia es que tu recomendaste INYPSA, pero como no tienes una página en internet, o no escribes en la prensa salmón, nadie, o casi nadie te prestó atención. – Tampoco esto es exactamente así Diosa, la credibilidad se gana cada día, y a mi no me conoce nadie.
- ¿Y que me dices de lo PRIM, acaso no te llamaron de todo?â€. Pues si, pero quizá en eso me adelantíé demasiado.
- ¿Y en lo de INBESí“S?. Aquí Diosa, estoy comenzando a dudar.
- ¿Pero las sigues teniendo en cartera?.
- Si, yo diría que son un chollo.
- Pues no creo que ni el 1 % de los que saben que van a subir las tengan.
- Sinceramente, yo tampoco, no tienen paciencia, no aguantan. Y menos viendo otras acciones subir como cohetes.
- Entonces no es que no tengan la información, ni la suerte.
- Creo que es algo más complejo Diosa. La suerte puede consistir en saber analizar, en escoger el valor, en diferenciar la información que circula constantemente, y en esperar aunque todo el mundo te diga que estás equivocado.
- Pues yo creo que los inversores, en la mayoría de las veces no ganan, por no tener fe, y por no tener paciencia. La suerte se les regala, y la desprecian.
- Si tu lo dices...., ¿y que me cuentas de mi cartera?.
- ¿Tú cartera?, ¡es una cartera ganadora!.
- Gracias!, ¿pero será la mejor?.
- No debe preocuparte eso Zorro, si alguien gana más que gane, será por que sabe más. Que importa eso!. “¿No te dijo Pat, la adivina de Madison Avenue, que ibas a ganar mucho dinero este año, y tú lo interpretaste como el subidón de la Bolsa?.
- Pero..., ¿como.....?, ¡claro!, ¡eres la Diosa de la Fortuna!. Y lo sabes todo referente a la Suerte.
- Este año es 8 en la numerología, Zorro (2+ 0 + 0 + 6 = 8), es tu año!. La conversación se iba alargando, y la noche rápidamente cubría el Bosque. El Zorro se dio cuenta, y decidió intentar el regreso:
- Bueno Diosa de la Fortuna, ha sido un placer, pero debo regresar. ¿Me dirás por donde?.
- ¡Ay Zorro!, que poca fe tienes en ti mismo, venga, cierra los ojos.
El Zorro los cerró, la Rueda giró, y en un instante, el cánido apareció en su madriguera.
- Esto si que es ser afortunado, pensaba el Zorro, que la propia Diosa de la Fortuna te diga que tienes Suerte. ¿Acaso se puede pedir más?.
Reservados todos los derechos.
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