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Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países del G-7 inician una reunión de tres días en la ciudad italiana de Bari, a unos 430 kilómetros al suroeste de esta capital.
Este es el cuarto encuentro ministerial preparatorio de la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno del grupo, programada para los días 26 y 27 del presente mes en la localidad siciliana de Taormina.
Con anterioridad se realizaron los de los titulares de Cultura, del 30 al 31 de marzo en Florencia; de Energía, del 9 al 10 de abril en Roma; y del Exterior, del 10 al 11 del mismo mes en Lucca.
En esta oportunidad la agenda del cónclave se centrará en los cuatro temas priorizados por Italia durante su mandato como presidente de turno de la agrupación durante este año, entre ellos el crecimiento y la lucha contra la desigualdad; y la coordinación entre las instituciones financieras internacionales.
Completan la lista la seguridad como bien público global, la cual comprende el enfrentamiento al financiamiento del terrorismo, las remesas y el ciberespacio; además del pago de impuestos fuera de fronteras.
Participan en la cita el ministro de Economía y Finanzas, Pier Carlo Padoan y el gobernador del Banco Central, Ignazio Visco en representación de Italia como país sede, además de sus homólogos de Canadá, William Morneau y Stephen Poloz; de Francia, Michel Sapin y Francois Villeroy De Galhau.
Además, Wolfgang Schauble y Jens Weidmann, de Alemania; Taro Aso y Haruiko Kuroda, de Japón; Philip Hammond y Mark Carney, del Reino Unido; y Steven Mnuchin y Janet Yellen, secretario del Tesoro y presidenta de la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos, respectivamente.
En representación de la Unión Europea asisten el comisario para Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
Como es usual en eventos de esta naturaleza, se espera tambiíén la presencia de representantes de otras instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Alrededor de mil 500 agentes policiales, apoyados por sofisticados medios tíécnicos participan en la operación diseñada para garantizar la seguridad de los participantes y el normal desarrollo de la cita.
Como parte de las medidas especiales se dispuso además el restablecimiento de los controles fronterizos en los países europeos del área Schengen hasta el próximo día 30.
Durante las tres jornadas del encuentro están previstas acciones de protesta, las cuales culminarán con una marcha el sábado 13 en la cual sus organizadores esperan una concurrencia multitudinaria.