Por... Katya Kazakina
El próximo mes se subastará el ‘Santo Grial’ de los relojes, un Daytona Rolex que perteneció a Paul Newman. ¿Lo quieres? Calculan que se venda en 10 millones de dólares.
Entre los coleccionistas de objetos antiguos, ciertos relojes se conocen como el Santo Grial. Son los que inspiran el frenesí de las pujas y luego, el derecho a presumir el trofeo.
Hasta ahora, nada supera un Patek Philippe de acero inoxidable que se vendió por 11 millones 100 mil dólares en la casa de subastas Phillips, en noviembre. Patek produjo solamente 281 de estos relojes en 1941, casi todos en oro y solo se conocen cuatro fabricados en acero inoxidable.
Entre los más codiciados también está el Daytona Rolex, una serie limitada de relojes deportivos producidos desde 1966 hasta mediados de 1970, famosos gracias al actor y filántropo Paul Newman, quien siempre llevaba uno en los años setenta. En mayo, un “Paul Newman” Daytona en oro de 18 quilates se subastó por tres millones 700 mil dólares en Phillips, en Ginebra. Un año antes, la compañía vendió una versión en acero inoxidable por dos millones de dólares. Pero ninguno de los dos había adornado la muñeca de la estrella de ojos azules.
Ahora, algún afortunado podrá comprar el más santo de los relojes santo grial: el auténtico Paul Newman Daytona usado por el actor.
“Si preguntas a cien coleccionistas qué hay en su lista de compras, te dirán que el Paul Newman Daytona Rolex”, dice Aurel Bacs, consultor senior de relojes para la casa Phillips, que realizará la subasta en Nueva York, el 26 de octubre.
Phillips estima que el reloj de pulsera Daytona Rolex en acero inoxidable de Newman alcanzará más de un millón de dólares. Una cifra conservadora, dada su procedencia y buen estado, los entusiastas de los relojes de época barajan números tan altos como diez millones de dólares.
Rolex comenzó a fabricar cronógrafos Daytona en 1963 para satisfacer las necesidades de los pilotos profesionales de carreras. La principal innovación tenía que ver con el tacómetro, una escala que funciona en conjunto con el cronógrafo, según Paul Boutros, jefe de relojes para América en Phillips. Alrededor de 1966, dice, la compañía presentó una versión del Daytona que incluía un dial “exótico”. Tenía números estilo art déco y varios detalles en color, como una pista de segundos roja.
Newman recibió su “exótico” reloj, un Rolex Cosmograph Daytona, referencia #6239, hecho en 1968, como regalo de su esposa, la actriz Joanne Woodward. Los dos protagonizaron en 1969 la película Winning, que desencadenó la exitosa carrera de Newman como piloto en la vida real. El reloj de pulsera tenía un dial blanco, tres subdiales negros, la pista exterior roja y el grabado de Woodward en la parte posterior: “DRIVE CAREFULLY ME” (Conduce con cuidado, yo).
“Merece todo el alboroto que lo rodea”, dice Jason Singer, un coleccionista en Phoenix, quien cree que el Daytona de Newman podría establecer un récord de subasta para un reloj de pulsera. Bacs, quien pasó más de 20 años como especialista en relojes para casas de subastas de lujo, formó en 2014 su propia empresa, Bacs & Russo SA, con su esposa Livia Russo. Han obrado maravillas para Phillips desde que empezaron a trabajar con la compañía: en 2016, Phillips reportaba 106 millones de dólares en ventas de relojes, superando los 81 millones 800 mil dólares de Christie’s y los 55 millones 700 mil dólares de Sotheby’s.
La estrategia de Bacs para encontrar un comprador es recurrir a los contactos personales de su equipo. Este calibre de coleccionista, nos dice, es un “multimillonario por esfuerzo propio en sus 30 o 40 años”. Alguien que ha hecho fortuna en finanzas, commodities o redes sociales. La casa llevará el reloj a una gira mundial (Tokio, Taipéi, Hong Kong, Londres, Miami, Seattle, Los Ángeles, Nueva York y Greenwich, Connecticut) organizando recepciones y exhibiciones personales.
En Seattle hay un cóctel planeado con Ferrari y en Greenwich habrá un evento con Miller Motorcars. Los bancos de inversión también están preparando eventos especiales para sus clientes de mayor poder adquisitivo. Phillips ha formado una alianza con la firma UBS AG, por ejemplo, que atiende a 6 de cada 10 multimillonarios en el mundo. La casa de subastas también publicará un lujoso catálogo y lo promocionará en las redes sociales, el reloj indudablemente tiene una historia que vale la pena compartir.
En la década posterior de haber recibido el obsequio, el Rolex recorrió el mundo con Newman, apareciendo en su muñeca en materiales promocionales, revistas e imágenes documentales. Luego, en 1984, la estrella lo cedió a un improbable destinatario: James Cox, un estudiante universitario que salía con la hija de Newman, Nell.
Ese verano, los dos hombres llegaron a conocerse mientras Cox pasó varias semanas renovando una casa de árbol en la propiedad de Newman, en Westport, Connecticut. El actor solía comprobar los avances de “el chico” y lo invitaba a comer algo de vez en cuando. En ocasiones, recuerda Cox, Newman lo presentó como “parte de la familia” a visitantes de la talla de Martin Scorsese.
“Oye, chico, ¿sabes qué hora es?”, le preguntó Newman un día. Cox no tenía idea. No llevaba reloj. “Si recuerdas darle cuerda todos los días, da la hora muy bien”, dijo el actor, quitándose el Rolex de la muñeca. “Fue algo asombroso que me lo diera”, dice Cox, de 52 años, quien está vendiendo el reloj para recaudar fondos para la fundación de Nell Newman.
Cox dice que usó el reloj del actor con orgullo durante años. Pero a medida que los precios de los relojes de época comenzaron a aumentar, lo guardó en una caja fuerte. Aunque el romance terminó después de 10 años, Cox sigue siendo cercano a su exnovia y es el tesorero de la Fundación Nell Newman.
“El reloj fue un hermoso regalo”, dice. “Ahora es mi turno de hacer algo hermoso con él”.
La misión de Bacs es más mercenaria. “Es invaluable”, dice del Rolex más raro del mundo. “Pero invaluable no significa que no tenga un precio de martillo”, añade refiriéndose a la adjudicación al mejor postor.