Algunos apuntes sobre la situación actual en las Islas antes de Navidad. Noviembre aumentó la cifra de parados en Canarias en 9.420 personas y situó el total de desempleados en los casi 200.000 que ya previó el consejero regional de Empleo, Jorge Rodríguez, cuando el otoño apenas comenzaba. En los diez primeros meses del año, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) abonó en prestaciones cerca de 357 millones de euros, de los que casi 11 millones fueron destinados a las Islas.
La Confederación de Pymes del Comercio (Confeco) denuncia que más de 14.000 pequeñas y medianas empresas de Canarias se verán «perjudicadas» por la implantación de la futura Ley de Comercio. Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) son ahora más conocidos que nunca; sectores como el automovilístico amenazan con aligerar su carga cerrando las puertas a numerosos trabajadores y empresas; los bancos, con y sin ayudas gubernamentales, siguen con los grifos del críédito cerrados y, mientras, empleados, familias y empleadores deben hacer frente a una serie de gastos que amenazan su estabilidad financiera.
El panorama no invita, pues, a disfrutar del desliz económico que cada Navidad parece instalarse en la sociedad canaria. Con todo, la situación va mucho más allá de un mero recorte del gasto.