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Autor Tema: El Zorro y Mari Carmen la echadora de cartas  (Leído 4373 veces)

Zorro

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El Zorro y Mari Carmen la echadora de cartas
« en: Diciembre 05, 2007, 10:25:59 am »
El Zorro y Mari Carmen la echadora de cartas


Febrero habí­a llegado al Bosque, y con íél, más frí­o, más nieve, más invierno. La vida en la superficie era muy difí­cil de contemplar. Los habitantes estaban muy a gusto en sus confortables madrigueras, y su vida exterior era la imprescindible para mantener el ciclo vital. El Zorro, disfrutaba de la estación haciendo más vida familiar. Cuidaba sus crí­as, arreglaba las goteras de la madriguera, y de vez en  cuando salí­a a cazar, lo justo, y volví­a rápidamente a su hogar. En una de estas obligadas incursiones, se encontró con su primo el Lobo.

- Hola Zorro!, ¿cómo os va?.
- Bien Lobo, bien. ¿Y a vosotros?.
- Tambiíén Zorro, aunque tengo a la pequeña con gripe.
- Cuanto lo siento Lobo.
- Bah, no les des importancia, ya sabes como son las crí­as, se les sube la fiebre enseguida. 
- Si, es verdad.
- Bueno Zorro!, ¿cómo ves la Bolsa para el 2007?.
- No se, no se, primo, creo que va a ser un año bueno, pero dudo si durará más allá del verano.
- Bien Zorro, lo importante es que sea bueno, -contesto el Lobo-. He oí­do hablar de una Humana, que echa las cartas en la aldea, dicen que lo acierta todo.
- ¿Todo, todo, Lobo?.
-Eso dicen Zorro, eso dicen. ¿Quíé te parece si le hacemos una visita?.
- No síé, Lobo, no síé.
- Aní­mate primo, venga....
- Esta bien, esta bien, iríé. ¿Quíé te parece si nos acercamos mañana?.
- Perfecto Zorro, quedamos en el arroyo que está cerca de el pueblo. Allí­, mañana a las cinco de la tarde.
- Allí­ estaríé, hasta mañana.

Cada uno de los primos se fue por su lado, la intendencia era en ese momento su  principal preocupación.

Al otro dí­a, y  a la hora señalada, los dos primos se vieron.

- Hola Lobo!.
- ¡Hola Primo! .
- ¿Vamos?
- ¡Vamos!.

Bajaron al pueblo, y buscaron la casa de una tal Mari Carmen, la adivina de la baraja para unos, y la bruja del pueblo para otros. Subieron la escalera del inmueble, y se encontraron con una buena cola de clientes guardando su turno. 

- ¡Vaya Lobo, si que debe ser buena!. ¡Cuantos clientes!.
- Ya te lo dije Zorro, es la mejor .
- ¡Ojalá Lobo!, ojalá...

Los clientes entraban y salí­an muy lentamente, lo que daba lugar a que entablaran conversación entre unos y otros:
- Pues yo es la díécima vez que vengo, Mari Carmen me lo arregla todo, -aseguraba una Humana, ya mayor-.
- Pues yo es la primera vez, me la recomendó una amiga, todo lo que le dijo, así­ pasó, -decí­a una Humana ya madura-.
-Yo no creo mucho en estas cosas, pero tengo un problema, y si es capaz de arreglármelo, mejor, -comentaba un Humano escíéptico-.
- A mi lo que me importa es el amor, -decí­a una jovencita-

De esta forma, las horas de espera se soportaban mejor. Aquello era un tanto inacabable, pero por fin les tocó el turno a los dos primos. La echadora de cartas preguntó cual era el siguiente, y el Lobo contestó:

- Nosotros.

Los tres entraron en la pequeña habitación.

- ¿Es la primera vez que vienen, verdad?.
-Si, contestó el Lobo.
-¿Quiíén les enví­a?. 
- Nadie en especial, hemos oí­do que lo acertaba todo, y decidimos venir a consultar.
- Bueno, pues me llamó Mari Carmen. ¿Quíé quieren limpieza, o cartas?.
- Los dos primos se miraron extrañados, ¿quíé era aquello de limpieza?. Mari Carmen se dio cuenta, y les dijo:
- Con lo de la limpieza me refiero al aura, al espí­ritu. Liberarles de malas influencias, de envidias, de maleficios....

El Zorro tomó la palabra:

- Bueno, ya que estamos aquí­, que sean las dos cosas.
- De acuerdo. -consintió el Lobo-.
- Veamos, tenga en su mano este vaso, -dijo Mari Carmen al Zorro-.
Echó agua en el vaso, rezó algo y comentó:
- Eres un ser muy intuitivo, y te han tenido mucha envidia.
- ¿Quiíén?, -preguntó el Zorro-.
-Pues quien la suele tener, seres cercanos.
 Llegó el turno del Lobo, y la echadora de cartas le vio algo distinto:
-Bueno a ti parece que te va todo bien, pero debes tener cuidado con la salud. Deberí­as tratar esos nervios, una visita míédico es inevitable. ¡Ve cuanto antes!.
-Es algo grave,- preguntó el Lobo-
- No pero necesitas, ayuda míédica.
-Bien, así­ lo haríé. ¡Gracias Mari Carmen!.

Los tres se sentaron en torno a la única mesa de la  pequeña estancia. Mari Carmen cogió el mazo de cartas, y les preguntó:

-¿Quíé queríéis consultar?.
El Lobo se adelantó:
-La Bolsa. Si va a subir en el año 2007.
El Zorro asintió:-
- Si, eso.

Mari Carmen cogió el mazo de cartas y le indicó al Lobo que cortara con la mano izquierda y que dejase tantos montones de cartas como preguntas quisiera realizar. El Lobo cortó, hizo tres montones, y escogió las consultas: Bolsa, amor y trabajo.
La adivina les dio la vuelta y comenzó a leer:
- Si, efectivamente, aquí­ se ve una subida grande, despuíés una bajada y al final otra subida. El balance es positivo. Si, va a subir en el año 2007.         
- ¿Y en el 2008, subirá tambiíén? -insistí­a el Lobo-
- Si, tambiíén subirá en el año 2008, aunque tendrás que tener cuidado –contestó Mari Carmen-.
- En cuanto al amor, veo alguna discusión con su actual pareja, no veo divorcio, la relación se ve sólida. Pero deberí­as cuidar un poco más a quien te quiere, en la vida se cuentan con los dedos de una mano las personas que realmente te quieren.

El Lobo no dijo nada,  pero Mari Carmen y el Zorro se dieron cuenta  de que las palabras de la adivina habí­an dado en el clavo.

- ¿Y el trabajo?, -preguntó finalmente el Lobo-.
- No te faltará trabajo, aunque tampoco te sobrará. Te veo estable en lo laboral.
- Gracias -le dijo el Lobo a Mari Carmen-

Era el turno del Zorro y este preguntó por sus Inbesós:

- ¿Van a subir?

Mari Carmen estuvo un buen rato mirando la tirada de tarot, finalmente le dijo:

- Veo que el Zorro tiene muchos miedos dentro de si, para el íéxito se deben superar.
 En cuanto a tu inversión, eres tú el que debe preguntarse si es  buena o no lo es. El tiempo solo actúa positivamente en  lo que el destino prefija de antemano. Si has hecho una buena inversión, tarde o temprano se reflejará. Con los meses o los años, se recoge la cosecha sembrada con anterioridad. En tu interior tienes la respuesta.

El Zorro estaba entre sorprendido y confuso con la respuesta de la adivina, y le dijo:

- Esperaba una respuesta más concreta, ¿has leí­do bien?, ¿no te equivocarás en tus predicciones?.

Mari Carmen le respondió:

- Las cartas no se equivocan, siempre aciertan, la que puede equivocarse soy yo      al interpretarlas. Las cartas, nunca. Debes preguntarte si has realizado una buena inversión, o simplemente una apuesta contigo mismo y con el destino para ver si suena la flauta.

Los dos primos de miraron convencidos, pagaron, 20 monedas de oro, y se despidieron. Al bajar la escalera comprobaron que la cola habí­a aumentado considerablemente.

- ¡Quíé bien Zorro!,  ya estamos fuera.
- Si, Lobo, es una suerte.

Los dos respiraron aliviados, y entraron en el Bosque. El Lobo estaba un poco intrigado por el silencio del Zorro, y le preguntó:

- ¿Y bien?,  ¿quíé te ha parecido?”.
          -Sabes primo, estás cosas siempre me han interesado, existen realmente seres extraordinarios, con una alta sensibilidad para percibir, para adivinar. Y está Humana parece una de ellas. Yo he conocido a un Humano que ve el aura a simple vista, que puede ver o percibir el futuro, pero que tambiíén se equivoca, nadie tiene el don de la infalibilidad, y por eso mismo, hay que tener cierta cautela de cualquier visionario, o adivino. Pero yo, de momento, conservo la cartera. No vaya a ser que nos estíén dando los números de la Primitiva, y los estemos tirando al rí­o.

- Pues yo, Zorro, voy hacer lo mismo que tú, no vaya a ser que tú aciertes y yo me quede sin ganancias.
- ¡Ay!, ¡como eres Lobo!.
- ¿Yo?, como eres tu primo.
- Mira que tú.
 -Como tú, ¡nadie Zorro!.
- Vaya Lobo, si no haces más que copiarme.
-¿Quiíén yo?.
- Si tu, si, ¿quíé?.
-Nada, si no fuera por mí­ Zorro........................

Y así­ fueron discutiendo hasta que se separaron para ir a sus respectivas madrigueras. Cuantas veces buscamos la suerte, y se nos escapa, por no pagar 20 monedas de oro a quiíén sabe más que nosotros!.

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