Durante los últimos años, previo al inicio de la crisis financiera internacional, el Banco Central de la República Argentina, tuvo que trabajar duro para preservar el tipo de cambio nominal que rondaba los $ 3 más menos 10 centavos.
Grandes fueron las críticas que recibió la autoridad monetaria por dicha política que tenía derivaciones inflacionarias. La respuesta a dichas críticas por parte del Banco Central de la República Argentina era que buscaba con dicha acción preservar la estabilidad cambiaria y al mismo tiempo, acumular reservas internacionales como un seguro anticrisis.
Desde que se desató la crisis financiera internacional, el dólar en Argentina se apreció levemente pasando de los $ 3,10 que promediaba hasta los $ 3,15, valor que mantuvo hasta que el conflicto entre el gobierno argentino y el campo incrementó la incertidumbre provocando salida de depósitos del sistema financiero y dolarización de las carteras.