Si no hay 'rally' de fin de año, 2008 será el peor de la historia
Los analistas son claros: los inversores no deberían tener demasiadas esperanzas de que una fuerte subida en la última parte del año maquille el final del ejercicio. Desde 1931 -dos años despuíés del crac de Wall Street y el estallido de la Gran Depresión-, no se repetía un ejercicio con píérdidas tan fuertes como las de este 2008 que, definitivamente, pasará a los anales de la historia de los mercados.
¿Cuántos años tenía usted en 1931? Seguramente, no los suficientes como para seguir con interíés la evolución de la bolsa. Perdone lo indiscreto de la pregunta, pero con ella podrá hacerse una idea clara de lo excepcional del año bursátil en curso.
En 1931, con la economía mundial sumida en la peor recesión de la economía moderna, y todavía sin visos de recuperación, el S&P 500 registró unas píérdidas del 47,07 por ciento. En realidad, por entonces ni siquiera era el S&P 500. Por entonces, el principal índice que calculaba Standard & Poor's era el S&P 90, y semanalmente publicaba otro que incluía a 423 empresas cotizadas en Wall Street.
Lo hacía semanalmente porque, por entonces, la tecnología informática no disponía de la potencia suficiente como para calcular ponderaciones, precios y su traducción en puntos del índice todos y cada uno de los días del calendario. Mucho menos en tiempo real. El índice, una de las referencias ineludibles de los mercados de valores estadounidenses, no tomó su forma definitiva hasta 1958.
La propia Standard & Poor's, basándose en sus dos índices de referencia, ha calculado sus precios de forma retroactiva hasta 1918. Y la Universidad de Yale y Value Square Management, una firma belga de valores, han ido todavía más allá: lo han calculado hasta retrotraerlo a 1825. La conclusión es aplastante: ese 1931 fue el peor de la historia de Wall Street, el único con píérdidas superiores al 40 por ciento... hasta hoy. El riesgo de que el S&P 500 termine 2008 con píérdidas similares a las de aquel ejercicio es real. Tan real que, al cierre del jueves, los descensos eran del 42,43 por ciento respecto al 31 de diciembre de 2007.
El Ibex nunca bajó tanto
El Ibex 35, como la mayoría de los inversores, es demasiado joven como para recordar la Gran Depresión y sus consecuencias sobre los mercados de renta variable. El selectivo de la bolsa española nació en 1992 y, desde entonces, su año más duro fue 2002, en el que vio como se esfumaba el 28,11 por ciento de su valor. Como el S&P 500, el Ibex 35 tambiíén ha sido calculado hacia atrás en el tiempo. Hasta 1988. Ninguno de esos años extra fue tan bajista como íéste: ha perdido ya un 44 por ciento.
En realidad, en sus primeros 15 años de vida el selectivo sólo cerró con píérdidas cuatro de ellos, tres de manera encadenada. En esos tres ejercicios, los que van del 1 de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2002, el Ibex 35 acumuló unas píérdidas totales del 48 por ciento, apenas unos puntos porcentuales más que las de 2008.
Para que este año fuera al menos un poquito menos malo -magro consuelo- que 2002, los parquíés españoles deberían registrar en las 15 sesiones que quedan de 2008 una subida del 28,5 por ciento. Una demostración de fuerza que los expertos, descartan categóricamente.
¿Variará el sentimiento de mercado?
En realidad, los analistas no esperan que el sentimiento de mercado varíe lo suficiente en diciembre como para cambiar la tónica general del ejercicio hasta ahora. Despuíés de once meses en que los mercados se han dejado buena parte de su valor, las previsiones distan mucho de resultar alentadoras.
Javier Barrio, experto de BPI, subraya la dificultad que, a día de hoy, entraña predecir el comportamiento de la bolsa durante el mes de diciembre: "Actualmente, la visibilidad es nula y la incertidumbre, muy grande. Además, Barrio explica que "esta coyuntura económica se parece muy poco a la que vivíamos hace año y medio" y que "entonces, la transparencia de los mercados permitía observar los flujos y las correspondencias entre los acontecimientos de las empresas y las subidas o bajadas de su cotización".
Sin embargo, y a pesar de esta opacidad, el analista asegura que los problemas "macro" pueden marcar el devenir de las negociaciones y fomentar una tendencia bajista. Y, desde luego, los indicadores económicos que los poderes públicos están dando a conocer no invitan precisamente al optimismo.
De hecho, los datos facilitados por los estados de la zona euro respecto al crecimiento en el tercer trimestre del ejercicio arrojan un escenario escalofriante: de todos los países miembros, sólo Francia experimenta un ligero aumento de un 0,1 por ciento en su Producto Interior Bruto (PIB).
EEUU no se queda atrás
Estados Unidos, por su parte, no se queda atrás y su economía registró en el mismo periodo una contracción de un 0,3 por ciento. Y en España, la situación no es tampoco mucho mejor. Pedro Solbes, vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, a propósito de los últimas cifras relativas a la tasa de empleo (son ya casi 3.000.000 los parados), ha reconocido públicamente que "existe el riesgo de que el paro aumente y "que hay cierto consenso de que 2009 va a ser peor que 2008".
La opinión de Ofelia Marín no es muy distinta de la de Barrio. La analista de Banca March explica en un informe sobre la situación actual que "estamos en tiempos de crisis y ni la economía, ni el sistema financiero, ni las bolsas están en la situación que presentaban hace un año" y que "seguiremos viendo caídas del consumo, aumentos del díéficit público y descensos del tipo de interíés".
No cabe duda de que los parquíés no son ajenos a las noticias macroeconómicas. Por ello, Marín asegura que "las bolsas están descontando una caída de los beneficios superior al 60 por ciento". Ahora, "si esto no se produce", apunta Marín, "las bolsas estarán bien baratas".
Además, la analista considera probable que "aunque de momento el flujo de noticias seguirá siendo negativo, una vez reducido el estado de pánico y de máxima incertidumbre de los mercados, asistamos a un rebote, al menos temporal". Particularmente para el mes de diciembre, la analista de Banca March vaticina que "los mercados deberían rebotar algo más" y que "los 3.000 puntos del Eurostoxx 50 no deberían estar demasiado lejos. El viernes, el índice que reúne a las 50 mayores empresas europeas cerró en 2.252,09 puntos.
Ida y vuelta hasta fin de año
Hay quien, por el contrario, sí se aventura a realizar pronósticos más concretos. Ignacio Cantos, de Atlas, vaticina que "en la primera quincena de mes, el Ibex subirá" y que incluso "podrá alcanzar los 10.000 puntos", un repunte del 12 por ciento respecto al cierre de ayer. En la segunda, según el experto de Atlas, "el selectivo caerá hasta los 9.500". De todas formas, matiza Cantos, "seguirá siendo uno de los peores años de la historia".
Igualmente, Oscar Moreno, gestor de fondos del equipo de Renta 4, explica "que sería positivo no perder determinadas zonas": en lo que se refiere al Ibex, los 7.800 puntos (el principal índice español toco su fondo anual en los 7.905,40 puntos, el 28 de octubre), y en cuanto al Eurostoxx 50, los 2.200 (el selectivo europeo registró su mínimo en el año el 21 de noviembre con 2.165,91 puntos).
El gestor de Renta 4 cree que "los indicadores macroeconómicos deberían estar descontados", pero al margen de lo que suceda, lo que tiene claro es que "la inestabilidad de los mercados no desaparecerá y que los acontecimientos de 2008 no sugieren nada favorable".
Si la coyuntura actual respondiera a los parámetros tradicionales, lo habitual en estas fechas sería esperar el típico rally alcista de fin de curso en el que las compañías toman posiciones de cara al curso venidero. A propósito de este acusado avance propio del último mes del año, Moreno manifiesta que "la situación no invita al optimismo y que ya el ejercicio pasado no se produjo ningún rally durante diciembre". En concreto, el selectivo español perdió en diciembre de 2007 un 3,67 por ciento de su valor.
Y, al igual que la mayor parte de los expertos, tambiíén pone en valor la inestabilidad de los parquíés y el influjo de los indicadores macroeconómicos. Por su parte, Guillermo Escribano, de Metagestión, no habla de un rally propiamente dicho, pero sí espera en lo que se refiere a valores de grandes dimensiones, primero, recaídas cercanas a los mínimos y, despuíés, rebotes moderados durante la penúltima o la última semana del año, para terminar en niveles algo superiores a los actuales.
Y para 2009, ¿quíé? Por si hay quien espera que la tormenta termine pronto, muchos expertos ya van preparando psicológicamente al mercado: el año que viene, al menos en sus inicios, tampoco será precisamente bueno. Trevor Greetham, gestor del Fidelity Funds Multi Asset Strategic Fund, asegura que "probablemente continuemos viendo una alta volatilidad", provocada por el flujo de malas noticias que seguirán llegando al mercado, mezcladas con el halo de esperanza que generarán los primeros resultados de los planes de estímulo económico que han puesto en marcha la mayoría de los gobiernos.
Greetham señala que "las rentabilidades de los dividendos están empezando a ofrecer soporte, es probable que ya haya pasado lo peor de la crisis bancaria y los títulos de consumo ya han comenzado a descontar una recesión profunda".
Pero las dudas siguen siendo abundantes y, en esta situación, Greetham cree que para un inversor cauteloso sería muy arriesgado "tratar de anticiparse a las inflexiones bursátiles". El gestor recomienda apuestas más seguras, que incluyan tambiíén otros tipos de activos en la cartera de inversión.