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Autor Tema: ¿Qué pasaría con los aranceles de Trump? Bush hizo algo similar y este fue el resultado...  (Leído 274 veces)

OCIN

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Bloomberg


En 2002 el entonces presidente George W. Bush impuso aranceles a ciertos productos de acero para cuidar a la industria estadounidense y esto fue lo que sucedió.

Con la propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de proteger el acero de ese país es posible que los ciudadanos sientan una especie de déjà-vu.

Existe un compendio de estrategias anteriores que puede dar una idea de lo que puede pasar.

El arancel del 25 por ciento que Trump ha indicado para las importaciones de acero es en realidad inferior al arancel temporal (se esperaba que estuvieran vigentes por tres años, pero solo duró hasta diciembre de 2003) de 30 por ciento que lanzó George W. Bush el 5 de marzo de 2002 contra los productos de acero plano, barras de acero laminado en caliente y barras conformadas en frío.

Bush también impuso aranceles de hasta un 15 por ciento a otros productos que se consideraban perjudiciales para la industria siderúrgica local.

Los aranceles de 2002 terminaron en realidad a fines de 2003 cuando las compañías volvieron a ser rentables y surgieron amenazas de acciones en represalia.

De hecho, en noviembre de 2003 un panel de la World Trade Organization (WTO) determinó que las medidas adoptadas por el presidente Bush fueron ilegales, lo que abría la puerta a que la Unión Europea impusiera sanciones comerciales por 2 mil millones de dólares a los Estados Unidos.

Las restricciones estaban repletas de excepciones. Fueron retirados del programa Canadá, México, Israel y Jordania, además de 700 productos específicos. Pero sí tuvieron al menos un impacto pequeño en el comercio, el crecimiento y, posiblemente, los empleos.

A continuación, un breve análisis de la bibliografía económica sobre cómo fueron las consecuencias.

EL IMPACTO ECONÓMICO

Según un análisis mencionado con frecuencia, los aranceles tuvieron un costo de casi 50 mil empleos en las industrias productoras de metales, maquinarias y equipos y 197 mil empleos perdidos en industrias de consumo de acero -más que las 187 mil 500 personas empleadas en el sector siderúrgico en su conjunto--. Pero es fundamental señalar que el ensayo que llegó a esa conclusión provino de un grupo lobista favorable al intercambio comercial.

El análisis del Peterson Institute confirmó en líneas generales que se habían perdido empleos. The American Iron & Steel Institute cuestionó las conclusiones, sosteniendo que, a decir verdad, se habían sumado empleos.

A nivel macroeconómico, diversos estudios mostraron que los intentos de los políticos para ayudar a la industria del acero se tradujeron en daños a la economía en su conjunto, más que ayudarla.

IMPACTO COMERCIAL

¿Otro lugar que “mordió” la política implementada por Bush? El comercio.

Las medidas generaron una reducción del 13.5 por ciento en el valor de las importaciones estadounidenses de acero en categorías selectivas de productos durante el año posterior a su implementación, con un costo cercano al equivalente de 700 millones de dólares del intercambio comercial respecto del año anterior.

La magnitud fue probablemente “muy poco uniforme en las fuentes de exportación y las categorías de productos”, dado que algunos países exportadores y muchos productos de empresas específicas quedaron exentos, según este ensayo. De acuerdo con las estimaciones de Brown, las importaciones de productos siderúrgicos protegidos contra productores extranjeros que no recibieron exclusiones especiales cayeron 30 por ciento.

El programa de aranceles de acero de 2002, exentó a México, Canadá, Israel y Jordania, pero le pego de forma importante a Japón, Corea del Sur, China, Taiwán, Alemania y Brasil. Adicionalmente, destinó 12 mil millones de dólares para cubrir los costos de pensiones y de salud para los trabajadores de las compañías que entraron en bancarrota.

En marzo de 2002, Estados Unidos compraba acero principalmente de la Unión Europea, Canadá, Brasil, Japón y Rusia. México estaba en un distante séptimo puesto y China en la casilla 16, superada por Venezuela.

IMPACTO EN LA INDUSTRIA

No obstante, el efecto en la industria en general no fue el previsto. Apenas entraron en vigencia los aranceles de Bush, el acero estadounidense mostró signos de mejora en tanto los precios repuntaron y las compañías volvieron a tener rentabilidad -pero dichas mejoras probablemente tuvieron poco que ver con la política.

Los factores que ayudaron al sector fueron una capacidad de producción en baja y condiciones macroeconómicas cambiantes. La depreciación del dólar y la demanda de China también contribuyeron a elevar los precios, aunque esto último llegó con demora: los ejecutivos esperaron hasta estar seguros de que el mayor apetito no sería transitorio.

De hecho, ante la pérdida de empleos que tuvo la industria siderúrgica estadounidense, la derrota comercial frente a la WTO y la necesidad de diversos sectores productivos de EU que necesitan el acero, George Bush tuvo que levantar su programa de aranceles al acero al declarar “victoria” para la industria acerera estadounidense.

RELEVANCIA

De más está decir que el sector siderúrgico en 2018 no es igual al protegido por Bush en 2002.

Desde entonces, China se ha convertido en un exportador importante, manteniendo bajos los precios del acero en el mundo. No obstante, el efecto económico quizá sea similar: mínimo.

De hecho, la importancia de China como productor de acero influyó para que en marzo de 2016 el Departamento de Comercio de EU impusiera fuertes aranceles a las importaciones de acero de siete países, destacando la participación de China.

Otra diferencia es que ahora, todas las naciones que exportan acero a Estados Unidos estarán sujetas a los nuevos aranceles, aunque el fin sigue siendo defender dos industrias que si bien tienen un aporte importante para la economía, es un insumo caro para diferentes ramas productivas


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