Grupo ETC
La sociedad civil llama a establecer un Tratado sobre Competencia en Naciones Unidas
Bruselas.- La Dirección General de Competencia de la Unión Europea aprobó el 21 de marzo la controvertida fusión entre Bayer AG (de Alemania) y Monsanto (de Estados Unidos). Probablemente el Departamento de Justicia de Estados Unidos dé su beneplácito a la decisión poco después. Aceptar esta fusión en Bruselas y Washington significará la consolidación de la última de las tres mega fusiones de la industria de semillas y pesticidas que han estado en juego desde 2015. Mientras que al iniciarse el frenesí de las fusiones seis compañías globales controlaban aproximadamente dos terceras partes del mercado global de semillas y más del 70% del de pesticidas, ahora quedarán solamente cuatro compañías en ámbito de semillas y pesticidas: Bayer-Monsanto, que dominará; le siguen Corteva Agriscience (una nueva empresa derivada, resultado de la fusión del año pasado entre Dow y DuPont); la empresa resultado de la fusión anterior entre Syngenta (con sede en suiza) y ChemChina (la ambiciosa compañía química china que se espera se fusione muy pronto con la aún más grande Sinochem); y finalmente la cuarta jugadora en el campo será BASF, la gigante alemana que se espera adquiera todos o casi todos los activos que de los que Bayer y Monsanto se están deshaciendo bajo presión. Cuando se calmen las aguas, los “Seis Grandes” gigantes genéticos que dominaron los mercados globales de semillas y pesticidas durante la mayor parte de lo que va del siglo, se convertirán en los “Cuatro Temibles” y controlarán la misma proporción del mercado.
De Bayer a BASF: los reguladores antimonopolios han considerado que las tres megafusiones son una cuestión difícil, y la de Bayer y Monsanto más que todas. En octubre pasado, Bayer ofreció vender la mayoría de sus operaciones de desarrollo y producción de semillas junto con la mayor parte de sus pesticidas. Como no era suficiente, Bayer propuso vender su negocio de hortalizas, y BASF salió al paso ofreciendo comprar esos derivados a un costo aproximado de 7 mil 800 millones de dólares.
Los negocios de datos masivos (big data): El núcleo de todas las megafusiones ha sido lograr el control de los datos masivos (big data) sobre agricultura. El manejo de datos masivos está detrás de las nuevas tecnologías de “ADN digital”, que incluyen a la biología sintética y la edición genómica, y que están transformando la investigación agrícola y las llamadas plataformas de “agricultura de precisión.” Hoy mismo, la rama de capital de riesgo de Monsanto anunció que invertiría 25 millones de dólares en una nueva compañía de edición genética de cultivos (Pairwise Plants) y puso como presidente al vicepresidente de operaciones globales de biotecnología de la propia Monsanto. Se dijo hace pocas semanas que Bayer estaba ofreciendo a BASF una licencia exclusiva de sus tecnologías digitales. Y más recientemente, hubo rumores de que bajo presión del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Monsanto podría renunciar a su activo digital más importante, Climate Corp., que adquirió en 2015 por 930 millones de dólares.
“Si Bruselas y Washington piensan que pueden tranquilizar a los agricultores obligando a Bayer-Monsanto a que se despoje de sus activos en favor de BASF, están equivocados”, afirma Pat Mooney del Grupo ETC. “No existen condiciones bajo las cuales esas megafusiones sean buenas para agricultores, campesinos ni la seguridad alimentaria mundial, y trasladar sus activos a BASF no significa nada.”
Microbios bajo el radar: El Grupo ETC tiene especial preocupación por el hecho de que las oficinas antimonopolio no han vigilado la creciente dominación de Bayer-Monsanto sobre los microbios agrícolas. En los últimos años, las dos compañías han hecho negocios con antiguas empresas de enzimas como Novozyme de Dinamarca (la compañía de venta de enzimas sintéticas más grande del mundo) y con nuevas empresas en el ramo, como Ginko Bioworks, Silicon Valley, (que utiliza biología sintética y técnica de edición genética para alterar el ADN de microbios).
Los microbios agrícolas pueden usarse con revestimientos de semillas o en los suelos. “Este es un nuevo territorio para las grandes de la agroindustria”, dice Jim Thomas del Grupo ETC. “No hay información confiable sobre la porción de mercado, pero todos vemos la combinación Bayer-Monsanto como un monopolio potencial en el sector de los insumos agrícolas microbianos.”
Efecto dominó de las megafusiones del agronegocio: según el Grupo ETC, el potencial monopolio de los insumos microbianos apunta a otra importante cuestión que las autoridades antimonopolios raramente consideran: ¿Crearán esas fusiones un efecto dominó en el sector de insumos agrícolas? “la investigación de Bayer y Monsanto sobre insumos microbianos amenaza directamente a la industria de los fertilizantes”, explica Jim Thomas. “Si los microbios fijadores de nitrógeno y micronutrientes son usados para revestir las semillas o se los inyecta junto con la semilla al momento de plantarla, será una competencia directa a las compañías que venden fertilizantes.” En reacción a éste y otros cambios en el sector agrícola, la segunda y la cuarta empresas de fertilizantes más grandes del mundo se fusionaron a principios de enero para formar Nutrient, hoy la número 1. La empresa número 2 de fertilizantes en el mundo, Yara (de Noruega) también está incursionando en la investigación de insumos microbianos, y lo mismo la compañía que ocupa ahora el cuarto lugar, Mosaic.
Pensando en el paquete: Pat Mooney del Grupo ETC considera preocupantes los movimientos de las compañías de maquinaria agrícola más grandes del mundo, que ya controlan casi la mitad del mercado global: “Deere & Co y los otros han estado trabajando con el manejo de datos masivos desde principios de la década de 1980, haciendo y deshaciendo compañías y empresas de riesgo compartido con las grandes semilleras y firmas de pesticidas los últimos 10-15 años. Ellos tienen el paquete completo de semillas, pesticidas, fertilizantes y sistemas de riego en el campo al principio de la temporada de siembra, y luego cosechan los cultivos al final del ciclo. Sus sensores y satélites tienen décadas de acumular datos sobre rendimientos de los cultivos, condiciones climáticas y mercados y están en la mejor posición para vender información a los agricultores e incluso ofrecer seguros de cosecha. Si esas fusiones se permiten —advierte Mooney— los Cuatro Temibles serán objetivo de las nuevas compañías fortalecidas y sumamente ricas como Deere, ACGO, CNH y Kubota.”
Tratado sobre Competencia en Naciones Unidas: El Grupo ETC ha seguido la concentración de los negocios agrícolas desde 1977 y considera las actuales megafusiones como prueba de que los gobiernos no han sabido manejar el tema en función del interés público. Por eso, la alternativa es negociar un Tratado sobre Competencia en Naciones Unidas. “En casi todo el mundo los reguladores saben que no cuentan con las herramientas necesarias para bloquear las actuales o subsiguientes megafusiones”, argumenta Neth Daño del Grupo ETC. “cuando la OMC se estableció a mediados de los 90, casi toda la actividad de fusiones y adquisiciones ocurría entre Estados Unidos, Japón y Alemania. Los Estados de la OCDE no querían que la OMC interfiriera y los países en el Sur global no confiaban en ella, así que no existen reglas internacionales que regulen la concentración de las corporaciones y el impacto que esto tiene sobre la sociedad, la economía, la salud, el ambiente. Ahora, los mercados emergentes del Sur son más críticos de las corporaciones, especialmente las de los agronegocios, por razones económicas, pero no tienen forma de protegerse ante la ola de fusiones. La OMC no puede y no debe asumir ese papel, pero la ONU sí, y tomar en cuenta otros aspectos que no han sido considerados en las oficinas de competencia nacionales.”
El Grupo ETC y muchas otras organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo llaman ahora a que se negocie un tratado de Naciones Unidas con un mandato lo suficientemente amplio para considerar no solo las fusiones y adquisiciones inmediatas, sino sus implicaciones de largo plazo tanto en el control de los medios de sustento y las formas de vida, como el control de las tecnologías. El Grupo ETC planteó esta cuestión durante la reunión del Comité sobre Seguridad Alimentaria en octubre pasado en Roma, pero los gobiernos fueron renuentes para actuar en el plazo tan corto. El Grupo ETC y otras organizaciones de la sociedad civil regresarán a Roma en octubre para presionar sobre este tema, ahora que las fusiones parecen estarse resolviendo, y advertirán a los gobiernos de que la siguiente ronda de fusiones será incluso más peligrosa. El Grupo ETC y aliados también participarán en el Foro de Ciencia, Tecnología e Innovación en Nueva York en junio, para plantear sus preocupaciones acerca de los monopolios tecnológicos.