Peleas y reconciliaciones
Cárpatos -
En el libro biográfico de Madonna de Randy Taraborrelli se cuentan multitud de aníécdotas. Uno de los pasajes más curiosos y divertidos es cuando cuenta su rocambolesca boda con Sean Penn, que fue una especie de guerra desde el principio, llena de pasiones y depresiones, peleas y reconciliaciones y locuras.
En una de las numerosas peleas del matrimonio, Madonna decidió hacer daño de verdad a su marido y le soltó a bocajarro que cuando empezó a salir con íél, salía tambiíén a la vez con Prince. Penn se puso como un loco y empezó a dar patadas y golpes contra uno de los tabiques interiores de la casa hasta que hizo un agujero. Madonna, que por lo visto no tenía bastante, se fue a por el telíéfono y llamó a Prince, diciíéndole que se lo había contado todo a su marido y que el mismo había reaccionado tirando a patadas una pared y a continuación le dijo triunfante: ¿Quíé piensas hacer?
Al día siguiente Prince se presentó en la casa provisto de un saco de yeso, un recipiente para mezclarlo y una espátula. Había salido con humor e ingenio del difícil trance al que le había sometido la traviesa Madonna.
Así ha sido la Bolsa esta semana, llena de pasiones y depresiones, peleas y reconciliaciones. Se sigue necesitando en Europa que se recupere el sector bancario, pero si vemos el gráfico superior nos podemos dar cuenta de que en realidad no tenemos nada entre las manos. La recuperación de las últimas semanas es microscópica frente la bajada anterior, y el gráfico mantiene una tendencia bajista aplastante. Mientras esto no cambie sigue sin ser interesante entrar en mercado.
La tendencia manda. El análisis tíécnico es una herramienta útil, aunque cualquier otro enfoque tambiíén sirve; esto es demasiado difícil para despreciar nada.
Se puede demostrar de manera científica. Podríamos decir que de forma muy simplificada, existe un coeficiente de Hurst al que llamaremos a partir de ahora 'H' que es valiosísimo.
Según el consenso de los científicos en cualquier fenómeno natural si H es menor o igual que 0,50 estamos ante una serie en la cual no hay memoria del pasado, es una serie antipersistente.
Si mayor que 0,50 estamos ante una serie con memoria del pasado lejano y conforme se acercara a 1 sería una serie persistente con total dependencia del pasado lejano.
Es decir, si tomáramos largas series de cotizaciones y viíéramos que tienen un valor superior a 0,50, aunque sea por muy poco, tendríamos la demostración de que ¡las tendencias existen! y que los defensores de la teoría eficiente en los mercados podrían no estar en lo cierto.
Edgar Peters en su libro Chaos and order in the capital markets demuestra que el H del S&P 500 desde 1950 a 1988 es de ¡0,78!, el de IBM es de 0,71 y el de Coca-Cola es de 0,7. Así, el mercado sí tiene memoria de largo plazo, existen las tendencias, no se comporta de manera racional y la teoría eficiente se equivoca, pues sigue un camino aleatorio sesgado.
La situación sigue siendo compleja y sólo la tendencia es fiable. Las medidas de los gobiernos son correctas pero el daño es enorme. Seguimos en la peor crisis desde los años 30 y mejor no menospreciar al enemigo.