El fantasma del díéficit acecha a las principales potencias mundiales
Eleconomista
Medio mundo se ha endeudado hasta las cejas para poder hacer frente a la que tiene visos de convertirse en la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Los millonarios planes de estímulo aprobados por las grandes potencias dejarán una huella en sus cuentas públicas que tardará en borrarse, sobre todo en el caso europeo. Estas son las facturas que pagarán las grandes potencias para estimular la economía.
Reino Unido
Es el país donde más crecerá el díéficit. El paquete de medidas fiscales aprobado recientemente por Gordon Brown dejará un agujero negro de 78.000 millones de libras (91.460 millones de euros), casi el doble de lo previsto en abril, que en 2009 elevará el díéficit al 8% del PIB, con 118.000 millones de libras (138.370 de euros). A partir de ahí, las previsiones del Ejecutivo calculan una corrección y proyectan una tendencia a la baja, alcanzando el 2,9 en 2013 y un regreso a la normalidad al año siguiente.
El Ejecutivo británico ya se había encargado de flexibilizar la norma autoimpuesta sobre la deuda neta. Gordon Brown, en sus tiempos de ministro de Economía, la bautizó como la golden rule y, una vez mudado al 10 de Downing Street, la ha reformado a su antojo: este año ya la supera, con un 41% de su PIB. Llegará al 48% el próximo año y al 53 y el 57% en 2010 y 2011, respectivamente. Parte de la culpa recae en el rescate del Northern Rock, que la oficina de estadística del Reino Unido decidió introducir dentro de las cuentas públicas añadiendo, a efecto retroactivo, las ayudas aportadas desde octubre de 2007.
Algunos de los columnistas del Financial Times afirman que el riesgo de colapso económico es notable y se aferran a unas cuentas públicas en rojo oscuro y a una libra en caída libre. El Banco de Inglaterra observa todas las posibilidades, una vez que la política monetaria agota su margen, y se empiezan a oír voces que sugieren la inyección directa de liquidez: imprimir más moneda.
Francia
El plan de estímulo de la economía anunciado por Nicolas Sarkozy el jueves pasado propulsará el díéficit público francíés a cerca del 4% del PIB, como mínimo, muy por encima del límite del 3% autorizado por Bruselas, aunque diversos economistas temen que se eleve más bien hasta el 5%.
El primer ministro, Franí§ois Fillon, ha reconocido que el díéficit público podría aumentar hasta 76.200 millones de euros el año que viene, lo que representa un 3,9% del PIB, antes de reducirse a un 2,9% en 2010, 1,9% en 2011 y 0,9% en 2012. El Gobierno francíés retrasa ahora hasta 2014 el objetivo de equilibrio de las finanzas públicas. El plan tiene un importe global de 26.000 millones de euros y un coste para el Estado de 17.000 millones, de los cuales 15.500 millones se gastarán en 2009, lo que supone un impacto de 0,8 puntos de PIB.
Según varios analistas, el Ejecutivo sigue mostrándose optimista. "Si no hay crecimiento el año que viene, tendremos un díéficit del 5%", declara el economista de Críédit Agricole Jean-Paul Betbí¨ze. "El díéficit público francíés habría alcanzado el 4% sin plan de estímulo", afirma Olivier Gasnier, su colega de Sociíétíé Gíéníérale, quien tampoco descarta que aumente finalmente hasta un 4,4%.
Alemania
Alemania ha hecho los deberes y dispone de un amplio margen de maniobra para acometer medidas para revitalizar su economía sin comprometer el cumplimiento del Pacto de Estabilidad de la UE. Tras un ligero díéficit del 0,2% del PIB en 2007, las cuentas públicas alemanas cerrarán el presente ejercicio con un ligero superávit cercano a los 5.000 millones de euros.
Y, lo más importante, cuando países como Irlanda, Gran Bretaña, Francia o incluso España se preparan para endeudarse por encima del límite del 3% que establece la UE, Alemania cuenta con cerrar 2009 con un díéficit de apenas el 0,5%. Eso, claro está, si se cumplen las previsiones del Gobierno, que sitúan el crecimiento para 2009 en un 0,2%. Eso, en el mejor de los escenarios posibles. Habrá que ver, sin embargo, cómo evoluciona la coyuntura económica.
El Gobierno se empeña en no reconocer que la recesión en 2009 es inevitable y que pronosticar al menos un retroceso de la economía del 1% del PIB es lo más realista. Además, hay que tener en cuenta que la más que probable aprobación de nuevas medidas para luchar contra la crisis pueden suponer un lastre adicional para las cuentas públicas.
España
El presente año 2008 es el del vuelco de las cuentas públicas en España. Tras un periodo de estabilidad presupuestaria y dos años consecutivos de superávit neto, las previsiones se han dado la vuelta totalmente y donde debía existir un superávit del 1,15% del PIB habrá un díéficit "de en torno al 3%", según las últimas declaraciones del secretario de estado de Hacienda el pasado martes en el Congreso.
La explicación a este cambio brusco de signo es doble. Por un lado, ha caído estrepitosamente la recaudación de impuestos, sobre todo los vinculados a la actividad económica. Hasta el mes de octubre, último dato conocido, la recaudación cedió el 12,7%, con un ingreso por impuestos directos inferior al previsto del 14%, en el que destaca la caída del 34% en la recaudación del Impuestos sobre Sociedades. A esta minoración de ingresos hay que sumar el impacto de las medidas adoptadas de carácter fiscal, que suponen 16.500 millones de euros. Las últimas medidas de estímulo al empleo, instrumentadas en un críédito extraordinario de 11.000 millones de euros ya llevan implícita su financiación con emisión de deuda por ese importe.
El panorama para 2009 no será mejor. De entrada, la recaudación fiscal "oficial" habla de 17.500 millones menos que en 2008, a los que hay que añadir un aumento de beneficios fiscales que en conjunto ascienden a 8.561 millones. Si a ello se añade un aumento de los gastos no financieros previstos en el 5% no situamos ya en un total de 30.000 millones de euros.
Los compromisos presupuestarios de distinta naturaleza, aún difíciles de cuantificar, más la compensación a las comunidades autónomas por la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio acercan de entrada el díéficit al 4%, a salvo de nuevas medidas que la coyuntura pudiera exigir o que el Gobierno instrumente en clave populista, como un posible aumento de la cobertura por desempleo insinuada por Rodríguez Zapatero.
Italia
Pese a su elevado endeudamiento -la deuda pública en Italia alcanza el 104,1% del PIB- el Gobierno de Silvio Berlusconi se muestra confiado en que el díéficit se situará en 2009 en torno al 2,6%, manteniíéndose dentro de los niveles que fija Bruselas. Así lo confirmó hace unos días el ministro de Economía, Giulio Tremonti, si bien recordó que los datos definitivos se difundirán en febrero del próximo año.
Para Tremonti, esta previsión sobre el estado de las cuentas públicas de Italia "está en línea" con los cálculos iniciales del Gobierno (que eran de un díéficit de 2,1% de PIB en 2009). Las previsiones oficiales no difieren mucho de las de los expertos -la OCDE apunta a un díéficit público del 2,9% en 2009- pese a que el Gobierno ha aprobado un plan de 80.000 millones de euros para reactivar la alicaída economía italiana.
¿La razón? Berlusconi se las ha ingeniado para que la mitad del dinero de este nuevo plan provenga de los fondos que la UE aporta para medio ambiente, investigación y desarrollo.
Estados Unidos
El díéficit se va a convertir en la gran pesadilla de la nueva Administración, en gran parte debido a los multimillonarios planes de estímulo de las últimos meses y por los que están por venir. Ayer se conoció que el díéficit presupuestario alcanzó en noviembre un ríécord de 401.574 millones de dólares. Esta elevada cantidad supone un 159% más que en noviembre del año pasado.
El díéficit registrado en las cuentas públicas refleja el fuerte incremento del gasto del Gobierno en sus planes de estímulo. En concreto, los ingresos públicos disminuyeron un 4,1% en noviembre mientras el gasto se disparó un 24%.
Muchos economistas estiman que el díéficit estadounidense podría sobrepasar el billón de dólares antes del próximo 30 de septiembre de 2009, al cierre del año fiscal del país. En gran parte, este descomunal incremento estaría propiciado por el nuevo plan de estímulo que planea la Administración del presidente electo, Barack Obama, que podría superar los 550.000 millones de dólares (422.427 millones de euros), y se sigue inyectando dinero del plan de rescate financiero, más conocido como TARP a este lado del Atlántico.
Según datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso, CBO por sus siglas en inglíés, el Gobierno ya ha gastado alrededor de 408.000 millones de dólares (313.364 millones de euros) durante los dos primeros meses del presente año fiscal norteamericano, que comenzó el pasado mes de octubre.
China
China, por su parte, afronta el desembolso de su multimillonario paquete de estímulo de 586.000 millones de dólares (450.000 millones de euros) desde una posición de fortaleza evidente. Al menos, eso se desprende del estado de unas cuentas nacionales que, en 2007, registraron un saludable superávit del 0,7% del PIB. Ahora bien, la ralentización del ritmo de crecimiento de la cuarta economía mundial y la apuesta de Pekín por una política fiscal expansiva harán que se invierta el actual escenario y China entre en negativo.
Aunque la previsión oficial se hará pública este mismo mes, los analistas han hecho ya sus predicciones: según el Economist Intelligence Unit, el díéficit público del gigante asiático alcanzará el 1,7% del PIB en 2009 y el 1,5% en 2010. Dragonomics, una empresa de investigación económica, pronostica que se disparará hasta el 2 por ciento en 2010, que es cuando concluye la vigencia del plan de estímulo. Otros creen que puede llegar al 3%.
"El lanzamiento del plan de estímulo económico del Gobierno chino nos aboca a una situación de díéficit durante al menos dos años. Se situará en un margen de entre un 2% y un 3% del PIB, que es totalmente controlable", explica a este periódico Zhang Xiaojing, acadíémico del Instituto de Macroeconomía de la Academia china de Ciencias Sociales.