Santander advierte a las autoridades contra "una espiral deflacionista" en la Eurozona
El Santander advierte a las autoridades de la necesidad de mantenerse vigilantes ante una eventual "espiral deflacionista" en la Eurozona en caso de que se llegaran a producir descensos generalizados en los precios.
En su último Boletín Financiero, la entidad que preside Emilio Botín resalta que las presiones inflacionistas registradas en el primer semestre del año se han invertido en la segunda mitad del año de forma igual de abrupta.
Si el crudo evoluciona en linea con lo descontado por el mercado de futuros, a un precio medio de 60 dólares el barril de Brent, de referencia en Europa, en 2009,la inflación puede caer por debajo del 1% el próximo verano, pronostica el Santander.
Los hogares posponen sus planes de gasto, reduciendo todavía más la demanda agregada, y de nuevo las empresas reducen sus costes salariales y retrasan los planes de inversión
No obstante, apunta que si los precios del crudo se sitúan en un nivel de 40 dólares en los seis primeros meses del ejercicio, la inflación general podría llegar a ser negativa durante el verano.
"Ha irrumpido en la discusión económica la deflación", que se define como un descenso en el nivel de precios generalizado, persistente y que se instala en las expectativas de los agentes económicos, sostiene la entidad cántabra.
Los procesos deflacionistas, que se retroalimentan, suelen asociarse habitualmente a una reducción de la demanda agregada que provoca descensos prolongados de los precios aplicados por las empresas, que terminan generando expectativas de caidas de precios en las familias.
De esta forma, los hogares posponen sus planes de gasto, reduciendo todavía más la demanda agregada, y de nuevo las empresas reducen sus costes salariales y retrasan los planes de inversión, lo que disminuye de forma adicional la demanda agregada y presiona más a la baja los precios, indica. El Santander advierte además que la tendencia de perpetuarse de la deflación puede reforzarse por la crisis financiera y las elevadas cargas financieras, junto a las fuertes caídas de los precios de los activos.
"La inflación negativa aumenta el peso de la deuda, presionando los balances empresariales, reduciendo el acceso al críédito y provocando quiebras empresariales", subraya la entidad cántabra, que prevíé una caída de precios concentrada en la energía.