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Autor Tema: Las claves del caso Madoff, el mayor fraude de la historia  (Leído 876 veces)

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Las claves del caso Madoff, el mayor fraude de la historia
« en: Diciembre 16, 2008, 08:28:00 am »
Las claves del caso Madoff, el mayor fraude de la historia

Publicado en Expansión por D. Badí­a / S. Píérez

Bernard Madoff, de 70 años de edad, ha sido el artí­fice de uno de los mayores fraudes de la historia, que supone una nueva traba para que el inversor recupere la confianza en medio de una de las peores crisis de todos los tiempos.

En 1960 creó una sociedad, llamada Bernard Madoff Investment Securities, y durante principios de los noventa sirvió como presidente del consejo de Administración de Nasdaq, categorí­a que ha podido influir para que las clases más apoderadas, principalmente de Nueva York y Florida, le confiaran su fortuna.

Las primeras informaciones apuntan a cientos de miles de inversores afectados, principalmente institucionales, con unas píérdidas totales de 50.000 millones de dólares (unos 37.500 millones de euros), de los que más de 3.000 millones de euros se concentran en manos españolas.

Pero, ¿cómo es posible que Madoff operara durante tantos años sin que nadie se diera cuenta? Hasta que avance la investigación judicial, todaví­a quedan muchas preguntas sin resolver. Lo cierto es que, por ahora, ha conseguido burlar la inteligencia de gestores de fondos de primera fila, de los principales bancos del mundo, de sus propios auditores y, principalmente, del organismo regulador de los mercados financieros de la primera potencial mundial, el Securities Exchange Securities (SEC).

Según las primeras estimaciones, más de veinte firmas, entre las que se encuentran los españoles Santander y BBVA, han reconocido ya su exposición de forma directa a travíés de sus propios fondos o productos estructurados elaborados por los departamentos de tesorerí­a del banco, o indirecta, mediante la inversión en hedge fund o fondos de gestión alternativa con exposición a Madoff.

La estrategia de inversión que presuntamente utilizaba Madoff se denomina split strike conversion, que consistí­a en comprar acciones de grandes compañí­as (las más lí­quidas) y opciones de compra y venta de los mismos tí­tulos, lo que permití­a ganar tanto en mercados alcistas como bajistas. No es diferente a la que aplica buena parte de la banca de inversión, pero la diferencia fundamental reside en las rentabilidades que ofrecí­a Madoff.

El interíés gancho rondaba el 8% y el 12% anual garantizado, independientemente de la evolución de la bolsa. De hecho, el retorno medio entre 1993 y 2007, periodo durante el que sólo registró píérdidas durante cinco meses, fue del 8%.

Estafa piramidal
Esta estrategia aparentemente conservadora y esta rentabilidad gancho le sirvieron para que de boca en boca sus productos fueran cobrando fama entre las grandes fortunas. Madoff era miembro de los clubes de golf más exclusivos de Estados Unidos, que, en realidad, funcionaban como canal de potenciales clientes.

Entre la ví­ctimas de mayor renombre al otro lado del Atlántico se encuentran Fred Wilpon, propietario de los Mets de Nueva York, Norman Braman, antiguo dueño del equipo de fútbol americano, Philadelphia Eagles, o el presidente de GMAC, participada en un 51% por Cerberus y un 49% por el consorcio automovilí­stico General Motors, Ezra Merkin.

Pero, en realidad, en vez de utilizar esa tíécnica de inversión, levantó una gigantesca pirámide financiera. Su sociedad, Madoff Investment Securities, actuaba de intermediario o gestor financiero, recibí­a nuevos fondos, con los que en vez de reinvertirlos, pagaba a los inversores iniciales esas rentabilidades de entre el 8% y el 12%.

Pero, en medio de la crisis actual, esos fondos dejaron de llegar y los antiguos inversores reclamaban la devolución de sus aportaciones, momento en el que se destapa el fraude y se descubre el enorme agujero patrimonial con el que cuenta Madoff.

Desde su oficina, sita en el mismí­simo corazón de Manhattan de Nueva York, el fraude se ha hecho sentir a más de 5.700 kilómetros de distancia, en Madrid. El colombiano Andríés Piedrahita ha sido uno de los nexos principales entre Madoff y los afectados españoles.

A travíés de la firma de la que es propietario, Fairfield Greenwich Group, que cuenta con una oficina de representación en la capital de España, consiguió engatusar a los más ricos, dispuestos a entrar con elevadas cantidades de dinero o mediante apalancamiento en los fondos de Madoff, a cambio de una jugosa rentabilidad con un producto sin riesgo aparente.

Fairfield ha declarado que tiene 14.100 millones de dólares bajo gestión, de los que 7.500 millones se inviertieron en vehí­culos vinculados al gestor de origen judí­o. En España, la firma de asesoramiento dirigida por Piedrahita comunicó ayer que la exposición de los clientes en España a la estafa habrí­a afectado a una inversión de 65 millones de euros.

Pese a que el impacto en España se prevíé superior al de los productos estructurados ligados a Lehman Brothers, rondando los 3.000 millones de euros, tal y como adelantó EXPANSIí“N el pasado sábado, el porcentaje que realmente se encuentra en manos de inversores españoles podrí­a ser reducido.

Santander, por ejemplo, que es el banco más afectado en España, ha declarado una exposición de 2.330 millones de euros, de los que 2.010 millones corresponden a inversores institucionales y clientes de banca privada internacional, mientras que los 320 millones restantes forman parte de las carteras de inversión de clientes de banca privada del grupo en España. Ayer, el gobernador del Banco de España, Miguel íngel Fernández Ordóñez, quiso calmar los ánimos al confesar que ve ridí­culo el impacto que pueda tener el caso Madoff sobre el sistema.

Avisos que pasaron por alto
No obstante, lo que está claro es que el escándalo Madoff deja en entredicho el actual sistema regulatorio de Estados Unidos y podrí­a ofrecer más argumentos para aquellos legisladores que defienden un endurecimiento de las normas financieras. Pese a que la SEC, el equivalente a la CNMV en EEUU, abrió a Madoff una investigación en 1992, le exoneró de cualquier irregularidad.

Los elevados rendimientos que fue ofreciendo el astuto estafador durante varios ejercicios consecutivos empezaron a levantar sospechas en el sector. Las firmas de asesores Acorn Partners y Aksia recomendaron a sus clientes que no le confiaran su dinero, mientras que la revista financiera Barrons puso en duda estas jugosas rentabilidades que ofrecí­a en un artí­culo publicado en 2001.

Por otro lado, supone un duro golpe para la banca privada, ya muy tocada tras la quiebra de Lehman Brothers, y para el sector de los hedge fund. El contagio del fraude hace prever que aumenten las salidas de inversores y la caí­da de patrimonios de los hedge. En los últimos cinco meses, estos fondos han sufrido una caí­da de patrimonio del 20%, desde casi dos billones de dólares a nivel mundial hasta millón y medio, y los mayores reembolsos de su historia, de más de 100.000 millones de dólares entre julio y noviembre.

En España, podrí­a retrasar el asentamiento de estos productos en las carteras de los inversores y los expertos creen, además, que esta crisis se llevará por delante muhcos fondos libres y sólo quedarán los mejores.

Los inversores españoles no parece que vayan a salir muy perjudicados, pero junto con el impacto que tenga la estafa sobre el sector de los hedge fund o fondos de fondos hedge, la banca tambiíén podrí­a sufrir píérdida de credibilidad.

El ministro de Economí­a, Pedro Solbes, cifró ayer en 38 millones de euros el impacto de la estafa en fondos de pensiones y aseguradoras en España, y al menos 28 fondos españoles pertenecientes a 15 gestoras (ver pág.21) se han visto afectados. Solbes cree que aunque se habla de cantidades no importantes, sí­ afectarán a la credibilidad del sistema financiero.