Por... OMAR ORTEGA
El desarrollo de robots colaborativos tiene la intención de apoyar a los humanos en tareas difíciles dentro de diversas industrias, considera una experta de CA Technologies.
La idea de que los robots van a suplir a los humanos en diversos trabajos es tan falsa como el pensar que no los necesitaremos en el futuro para facilitar tareas, para expertos de CA Technologies.
En el marco del Built To Change Summit que la empresa llevó a cabo en su sede en Santa Clara, California, la investigadora y desarrolladora María Vélez-Rojas explicó que la intención de desarrollar robots colaborativos, denominados ‘Cobots’, es la de facilitar las tareas humanas y empoderarlos con una capacidad de respuesta casi humana, sin eliminar la intervención de las personas.
Un cobot es un robot equipado con sensores de temperatura, sensores acústicos, sensores táctiles y de visión que son entrenados mediante machine learning e inteligencia artificial para tener un nivel de respuesta casi humano ante situaciones para las que fueron programadas y que aprendan de aquellas para las que no.
En entrevista Vélez-Rojas indicó que a nivel de hardware la tecnología está muy avanzada en el desarrollo de cobots. “En hardware creo que en este momento hay mucho desarrollo, ya vemos robots que ayudan a cirugías por ejemplo, robots que ayudan a abrir a pacientes y los médicos en vez de hacer esos procesos que cansan mucho, guían dichas tareas”, dijo.
Por el contrario, el camino es largo en software y entrenamiento de las máquinas. La experta indicó que actualmente los sistemas aún presentan errores y no existe una guía muy clara para saber qué tipo de modelo se utilizará dependiendo el ambiente en el que el cobot va a colaborar.
Otro aspecto es la comunicación humano-robot. Vélez-Rojas dijo que los robots actuales, como vehículos autónomos o asistentes de voz, cuentan con un lenguaje muy restringido no solo por los modismos de cada región, sino en entender la forma particular en la que cada usuario da una orden, lo que dependiendo el cobot, podría resultar catastrófico.
“Esto se vuelve un problema de seguridad en cobots. Por ejemplo si a Alexa se le da una orden y no la entiende, puede que esto derive en que no compre un boleto de avión, pero si es un cobot y alguien le dice ‘detente’, y no nos entiende, esto puede ser catastrófico si pensamos que se trata de un vehículo autónomo, por poner un ejemplo”, dijo.
Explicó que el gran reto existe en la capacidad de aprender de nuevas situaciones para actuar fuera de un protocolo o programación para el que fueron construidos. “Los humanos somos muy buenos cuando estamos en un ambiente que no conocemos y cuando enfrentamos una situación por la que nunca hemos pasado antes, tomamos decisiones y no solamente nos quedamos parados, interpretamos con la poca información que tenemos e intentamos interactuar. Eso es algo que estamos muy lejos de ver en un robot”, señaló.
Finalmente considera que faltan dos o tres décadas más para lograr ese nivel de respuesta y aprendizaje en el entrenamiento de las máquinas y puso algunos ejemplos de cómo podrían colaborar.
“Imagina a los bomberos, ellos hacen labores de riesgo al apagar el fuego, deben entrar a lugares en los que se caen las cosas, y eso lo puede hacer un cobot sin poner en riesgo ninguna vida”, dijo. “Los vehículos autónomos, por ejemplo, no quieren sustituir a los choferes.. La intervención humana siempre estará ahí, porque se requiere en situaciones difíciles, como una ciudad congestionada, mientras que en un camino largo de pura autopista, que puede ser cansado para el chofer, el vehículo autónomo entra en acción”, finalizó.