Por... BLAKE SCHMIDT
Bill Liu descansaba en el pasto de la Universidad de Stanford cuando se le ocurrió crear una pantalla que las personas pudieran doblar y guardar en sus bolsillos.
Bill Liu tuvo una idea que se le ocurrió mientras holgazaneaba en el césped del campus de la Universidad de Stanford, donde estudiaba Ingeniería Eléctrica: una pantalla flexible que se pudiera enrollar y guardar como un bolígrafo.
“Grandes pantallas que podamos enrollar y guardar en el bolsillo”, se dijo en aquél momento Liu, de 35 años, fundador de Royole, el 'unicornio' con sede en Shenzhen, China.
Desde entonces, Liu persigue ese sueño, y tras hacer una demostración de la pantalla flexible de smartphone a color más delgada del mundo en 2014, ahora tiene una larga lista de inversores en capital riesgo que lo respaldan.
Luego de trabajar durante un tiempo como investigador científico en International Business Machines en Nueva York, Liu se mudó a Shenzhen y fundó Royole con otros dos ingenieros formados en Stanford.
La startup de seis años de antigüedad se tasó en 5 mil millones de dólares en su última ronda de financiación serie E. Muchos de sus 2 mil empleados trabajan para producir las pantallas en masa en un centro de producción en Shenzhen construido con la montaña de capital riesgo de Royole.
Liu ve una oportunidad de transformar una de las interfaces entre seres humanos y máquinas más importantes de nuestra época.
Al ofrecer una solución al conflicto entre experiencia visual y portabilidad, él piensa que Royole puede revolucionar los dispositivos con los cuales se absorbe la mayor parte de la información actualmente.
‘Pantallas grandes’
“La gente quiere ver pantallas grandes y bonitas con alta resolución, motivo por el cual los televisores y los cines no paran de crecer”, comentó.
“Pero eso entra en conflicto con la portabilidad. Si podemos hacer algo que combine las dos cosas en un dispositivo, puede ser fabuloso”.
Documentos presentados por la empresa muestran que Liu tiene una participación de cerca del 42 por ciento en ella, lo que le da una fortuna de 2 mil 100 millones de dólares, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Los cofundadores Peng Wei y Xiaojun Yu, que también estudiaron en Stanford, poseen participaciones más pequeñas.
La línea de productos de Royole incluye cines móviles 3D, pantallas flexibles “para vestir” y un pequeño e inteligente bloc de notas que la compañía vende por Amazon, JD y tiendas de su empresa en China, Estados Unidos y Europa.
Pero su principal fuente de ingresos son las ventas de compañía a compañía de sus soluciones tecnológicas, como una lámpara hecha por la china Opple Lighting que se puede ajustar con tecnología de toque incorporada a la base.
Liu declaró que está trabajando en posibles acuerdos con fabricantes de smartphones y empresas de vehículos interesadas en el panel curvo de Royole.
También se está preparando una asociación con Li-Ning, el fabricante chino de bienes deportivos.
Inspiración
Liu mencionó que se inspiró en emprendedores de Shenzhen como Ren Zhengfei, el fundador de Huawei, y en otros con raíces en Silicon Valley. Hace poco, se encontró con Steve Wozniak, el cofundador de Apple, en un panel cerca de Shenzhen, donde la empresa estadounidense planea construir un centro de investigación y desarrollo.
“Steve Jobs era un gran emprendedor”, afirmó Liu sobre el fallecido presidente de Apple. “Pero no quiero ser como ninguno de ellos. Cada persona es distinta. Lo que verdaderamente importa es digerir el espíritu de otros grandes”.