¿Se ha roto la bola de cristal?. La crisis perfecta que nadie vio venir
Por Virginia Gómez en Cinco Días
Si los analistas y la Bolsa hubieran jugado una partida de póker en 2008, los primeros habrían perdido la partida frente a la segunda. Y es que la expresión 'la Bolsa subirá el año que viene alrededor de un 10%' es una frase que, posiblemente no la haya pronunciado un único analista a lo largo de los últimos años sino más bien varias decenas. Esta cifra de dos dígitos parecía ser una fórmula mágica para no errar demasiado en las predicciones bursátiles. En cambio, este año el margen de error se ha ampliado y la Bolsa no sólo no ha subido un 10% sino que además ha caído cerca de un 40%.
El Ibex no va a acabar el año en torno a los 17.000 sino más bien cerca de los 9.000 y desde luego ninguna casa de análisis había previsto que los tipos de interíés cerrarían el año cerca de 0% en EE UU y en el 2,5% en Europa. Igual de sorprendente es el hecho de que hace un año las estimaciones para el precio del petróleo estuvieran cerca de los 100 dólares barril y el precio del Brent ronda ahora los 40 dólares, el nivel más bajo del año.
Todas las críticas no se pueden centrar únicamente en los analistas de Bolsa. Organismos internacionales prestigiosos como el FMI, el Banco Mundial o la OCDE preveían un PIB en EE UU y en la zona euro del 3% y del 2,1%, respectivamente y sin embargo en noviembre estas perspectivas habían caído al 1,4% y al 1%. Tambiíén los Gobiernos han estado revisando constantemente las previsiones macroeconómicas. "Hasta hace poco el Ministerio de Economía decía que íbamos a crecer a un 3,5% y ahora estamos casi en recesión", apunta Javier Barrio, experto de BPI.
"Este año es histórico en todos los sentidos. Estas circunstancias son extremadamente excepcionales. Es un escenario completamente diferente", asegura Daniel García Roji, analista de IG Markets. En palabras de Javier Barrio, "ha ocurrido la tormenta perfecta. Todo se ha movido en contra". Alicia Jimíénez, directora de análisis de Self Trade, cree que es injusto echarle toda la culpa a los analistas de Bolsa. A su juicio, el origen de esta crisis está en "un error sistíémico del sistema financiero. El origen tiene que ver mucho con la mala gestión de las empresas y los fallos en la supervisión". La experta considera que a partir de ahí se le puede echar la culpa a los expertos de no haber corregido las previsiones de beneficios de forma rápida.
Y es que a los expertos les cuesta mucho ser los que lancen la primera piedra y hacer una previsión pesimista cuando todo va bien. "Se peca de euforia y para los analistas es muy difícil decir que el mercado va a caer", asegura Daniel García Rojí.
"Los economistas acaban contagiándose del estado de ánimo de los inversores tanto si es eufórico como si es depresivo", explica Rafael Romero, director de inversiones de Unicorp Patrimonio (grupo Unicaja). El experto piensa que esto es lo que ha sucedido en crisis anteriores. "Es más fácil acertar cuando estamos en períodos de estabilidad económica y financiera que en tiempos de convulsión", añade.
No es la primera vez que los analistas se equivocan en una crisis. "En otras crisis de mercados, los expertos se han equivocado sistemáticamente. En el pinchazo de la burbuja tecnológica, los analistas fundamentales acabaron equivocándose todos", explica Romero.
Esta crisis tiene muchas similitudes con otras anteriores. Alicia Jimíénez considera que el fallo de los reguladores y de las agencias de calificación en esta crisis es parecido a los errores que cometieron las empresas de auditoria en el año 2000 con el caso Enron. La experta además cree que se parece a la de 1929 por la "clara recesión global". "Siempre hay zonas de la economía que escapan de la crisis pero entonces el mundo entero se puso en recesión de la misma manera que muchos problemas financieros que surgen ahora mismo".