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Autor Tema: ¿Quíé es la competencia? ...  (Leído 582 veces)

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¿Quíé es la competencia? ...
« en: Diciembre 25, 2008, 12:27:51 pm »
Por  Bernt Entschev ...

Un empresario que conozco siempre dice que faltan personas competentes en el mercado. Cree y propaga que “los profesionales de hoy ya no son como eran antes”, que la caracterí­stica competencia fue, hace mucho, modificado por la sociedad actual. El pensamiento de este empresario, aunque simplista y pesimista, me hace pensar si la competencia fue realmente olvidada o transformada en otra caracterí­stica, todaví­a no catalogada. Aun estando en desacuerdo con la opinión de este ejecutivo, no pude evitar de remoler esa idea y, sin programar, hice algunas llamadas y comparaciones entre el concepto competencia y la actitud de los profesionales de hoy.
De acuerdo con la definición del diccionario: “competencia es la suma de conocimientos o de habilidades”. Pero, un profesional que no domina ni la teorí­a ni la práctica de una función, pero administra bien las expectativas de los jefes con cualidades de comportamiento y de relación interpersonal ¿puede ser considerado competente?.

Todaví­a siguiendo el diccionario, “competente es aquel individuo que posee capacidad de expresar un juicio de valor sobre algo a respecto de lo que es versado”. Así­, ¿quíé podrí­amos decir de aquellos ejecutivos que no consiguen demostrar un alejamiento saludable en sus decisiones en el trabajo y toman actitudes basadas solamente en la emoción, en la preferencia personal, en la explosión del momento?

“Competente es aquel que tiene capacidad para realizar, resolver determinada cosa”, dice Houaiss. ¿Podemos, entonces, considerar competentes a aquellos profesionales que se esconden tras la burocracia impuesta por el sistema de las empresas para no producir, ejecutar o finalizar una tarea en el plazo determinado?

Despuíés de analizar las definiciones del diccionario, hice otras preguntas: ¿es competente aquel profesional que no consigue trabajar en equipo, quíé centraliza y esconde informaciones, aunque presente resultados al jefe y reciba elogios? ¿es competente aquel empresario que explota el talento de los colaboradores y subordinados sin darles el críédito o el reconocimiento debido, sin distribuir los lucros obtenidos con el esfuerzo de todos; aunque el balance al final del periodo sea positivo y extremamente lucrativo?

Y, ¿cuándo las empresas invierten en su imagen, en concepto de marca, al punto de ser reconocidas y admiradas por el mercado, pero no se preocupan con el medio ambiente o con la comunidad donde actúan? Y, ¿podemos considerar competentes aquellos ejecutivos que mienten para todos: clientes, socios y subordinados, con el objetivo de persuadir, adular y convencer para beneficio propio aunque el objetivo de conquistar la confianza de esos públicos sea alcanzado?

Por increí­ble que pueda parecer, la respuesta para esas preguntas no es tan obvia, ya que el mercado considera algunas de estas actitudes plausibles y eficientes sobretodo cuando visa –solamente– el resultado y no demuestra preocupación con los medios utilizados.

Por lo tanto, lleguíé a la conclusión de que el significado de competencia, realmente, se modificó a lo largo de los tiempos. No para algo mejor o peor, pero para algo más inmediatista, dinámico y comercial. Digo esto porque la sociedad actual valoriza el efecto puntual y negligencia el análisis a largo plazo, la transparencia, por encima de todo.

El componente supervalorizado, hoy, es la visibilidad de la tarea y no la calidad de esta. Tal vez por eso, aquel empresario que conozco, considere que el perfil de los profesionales se modificó. No porque, de hecho, las personas hayan dejado de ser competentes, de entregar los resultados esperados. Pero por la manera que los profesionales eligen para entregar estos mismos resultados.

Y, ¿será que la sociedad espera que los profesionales vuelvan a tener la competencia de ayer? O, ¿será que la “competencia de hoy cambió su significado para ser aceptada por el mercado”? Son preguntas que cada uno de nosotros tendrá que responder para encontrar su propio estilo de competencia.



•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...