Pablo Yasuma tiene 45 años y es ecuatoriano. Llegó a España hace casi una díécada, en plena expansión económica, y nunca le faltó trabajo. Ahora, corren malos tiempos. Lleva dos meses sin empleo, sin ingresos y sin subsidio. España tiene el desempleo más alto de Europa, del 11,3%, el gobierno puso en marcha un plan de retorno voluntario para incentivar el regreso de inmigrantes desocupados.
“Quiero agotar hasta la última posibilidad. Mi familia depende de mi trabajo en Españaâ€, dijo emocionado. “Lo que encuentre allá (en Ecuador) va a seguir siendo mucho peor que aquíâ€.
Con los termómetros de la economía marcando temperaturas bajo cero y la construcción, antiguo motor del empleo, estancada, el caso de Yasuma es el espejo de las dificultades por las que atraviesan miles de inmigrantes, que ven amenazada su estabilidad en el país europeo.
Sin embargo, las cifras indican que los 5 millones de extranjeros, casi el 11% de la población, que residen en España parecen dispuestos a aguantar el tirón y esperar que el viento sople otra vez a favor.
A lo largo del 2008, el gabinete de Josíé Luis Rodríguez Zapatero impulsó numerosas medidas para intentar reducir el desempleo entre los extranjeros, situado en el 17,45%. Y hay un proyecto pondría más trabas a la llegada de extranjeros, que todavía debe ser aprobado por el parlamento.
Para la mayoría de asociaciones de inmigrantes, la batería de leyes sólo sirvió para recortar derechos.
La iniciativa más novedosa, y políémica, adoptada por el gobierno fue el plan de retorno voluntario. El programa entró en vigor a mediados de noviembre y el objetivo es favorecer el regreso de extranjeros sin trabajo adelantando el pago del subsidio por desempleo.
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, dijo en un primer momento que unas 100 mil personas podrían acogerse al plan, pero la realidad es otra muy distinta. Un mes despuíés de echar a andar, sólo recibieron 767 solicitudes para abandonar el país, más de la mitad de ellas de ciudadanos ecuatorianos, colombianos y argentinos.
En ciudades como Madrid, una omnipresente campaña publicitaria en vallas, paradas de autobús y estaciones de metro recuerda a los inmigrantes que tienen la oportunidad de volver: “Si estás pensando regresar...â€, dice el anuncio.
El plan incluye el compromiso de no regresar en tres años y sólo beneficia a los extranjeros de aquellos países, 20 en total, con los que España tiene suscritos acuerdos en materia de seguridad social, es decir casi todos los de Amíérica Latina.
Raúl Jimíénez es el portavoz en Madrid de la asociación de ecuatorianos Rumiñahui. Ecuador es el país latinoamericano con mayor número de inmigrantes en España. En su opinión, el retorno voluntario es un fracaso.
“La verdad es que muchas personas se interesaron en un primer momento por los detalles del planâ€, explicó en una entrevista. “Pero, tras pensarlo bien, se echaron atrás. Es cierto que se capitaliza el subsidio, pero a cambio pierdes la residencia y el permiso de trabajo. Es una expulsión encubiertaâ€.