Jubilados atrapados por dos crisis: la española y la inglesa
Antonio P. Lobato | 7:55 - 26/12/2008
¿Se acabó el sueño dorado? Más de un millón de jubilados británicos vive en el extranjero y la costa española se había convertido en su tierra prometida en los últimos años. Con el fuerte valor de sus pensiones y el cambio de divisa a su favor, el goteo había sido continuo. Pero llegó la crisis y lo cambió todo.
El deseado retiro al sol de los ingleses se ha convertido ahora en un autíéntico boomerang que, para más inri, golpea además por dos frentes: la recesión británica, que ha arrastrado a la libra a mínimos históricos; y a la crisis española, que devalúa su inversión inmobiliaria.
La inflación sube
La pensión media de una pareja británica es de 705 libras. Hace un año, al cambio suponía unos 988 euros. Sin embargo, esta misma semana se quedaba tan sólo en 737 euros, es decir, 251 euros menos al mes. "La inflación ha subido un 20 por ciento al año, da igual lo que digan", asegura Keith Wildman, presidente de la Asociación de Propietarios Británicos de Calpe.
"En 1993, aquí había un restaurante que se llamaba el Club 400 -explica-, donde el menú del día valía exactamente 400 pesetas, ahora cuesta 8 euros (unas 1.300 pesetas). Eso supone un incremento de un 300 por ciento en 15 años", se queja.
Las facturas del gas y la luz
Según Wildman, son "estas pequeñas cosas" las que sofocan al jubilado inglíés que reside en España. "Las facturas del gas y la electricidad son lo que realmente preocupa y no los índices ficticios de inflación". Los españoles se topan con el mismo problema, pero ellos, además, se enfrentan con una capacidad adquisitiva mermada por la depreciación de la libra.
El Reino Unido proporciona 250 libras (268 euros) de ayuda invernal para la tarifa energíética a aquellos jubilados por encima de los 60 años. La cantidad se transforma en 400 libras (428 euros) si la edad supera los 80. El 5 de diciembre de este año, el Parlamento ha decidido atender a la reivindicación histórica la equiparación de las ayudas para los que viven fuera.
Los británicos que hayan optado por el sol y las playas tambiíén recibirán esta ayuda. Help Age, una ONG dedicada a la tercera edad, sigue con su cruzada. "Si los Gobiernos, tanto el británico como el español, no hacen nada, nos encontraremos con un colectivo atrapado entre dos crisis", explica un portavoz.
Los peores augurios
La realidad ha desmontado las peores perspectivas elaboradas por el operador financiero HiFX, que en octubre hablaban de un cambio entre la libra y el euro de 1,15 para principios del año que viene. La realidad apunta hacia la paridad y el pasado jueves la tocamos con los dedos cuando retrocedió hasta 1.046 euros.
La perspectiva de nuevas bajadas de tipos no ayuda, pero es una realidad latente. El Banco de Inglaterra ha limado los tipos desde el 5 hasta el 2 por ciento en solo ocho semanas, con un brusco recorte en noviembre de un punto y medio porcentual, seguido de otro más en diciembre. A partir de ahí es terreno inexplorado para la institución en sus más de tres siglos de historia. El consenso de analistas indica que la entidad gobernada por Mervyn King reducirá los tipos en medio punto, hasta el 1,5 por ciento, el 8 de enero.
El comitíé de política monetaria de la institución publicó en sus actas que hubo unanimidad en la decisión del último recorte y, sobretodo, animosidad de rebajar aun más el precio del dinero. Con la inflación decreciendo y con el fantasma de la deflación en el horizonte del segundo semestre de 2009, en noviembre desvelaron que solo la alarma que hubiera supuesto un movimiento más agresivo frenó su mano.
¿Vender para volver a casa?
Ante semejante perspectiva, vender la propiedad y retornar a la penumbra del país natal se está convirtiendo para muchos en la única opción para salir adelante. La inmobiliaria Costa del Sol, con base en Marbella y acostumbrada a lidiar con el mercado británico, explica que hace un año el porcentaje de los que compraban frente a los que vendían estaba en el 90-10. "Ahora un 60 por ciento de las transacciones sigue siendo de compra, pero un 40 ya es de venta", matiza un portavoz.
¿Se inicia un íéxodo masivo? No, pero sobre todo porque el mercado no deja. Su salida pasa por aprovechar la revalorización de los hogares y jugar con un cambio que les fue beneficioso en la compra y ventajoso en la venta, pero se ven retenidos por el tapón inmobiliario español. Atrapados entre dos fuegos, los jubilados británicos sólo pueden esperar a que se invierta el proceso.
El corto plazo parece no dar esperanzas, pero puede que el medio sí. Antonio Villarroya, analista de Merrill Lynch, apunta a los últimos recortes que dejaron los tipos por debajo de los europeos. "Cuanto más empujen ahora, más rápida será la recuperación", señala. Aunque en un principio seguir con esa política de recorte devalúe la divisa, a la larga íésta mejorará -aunque sea a costa de la caída del euro-, además de corregir la inflación baja y con ella, las pensiones ligadas mejorarán en su diferencial con España.