El mayor fabricante de autos de Asia, que no ha despedido empleados en sus 24 años de fabricar vehículos en Estados Unidos, está agotando las opciones para recortar costos despuíés de detener el trabajo en una planta de Prius en Mississippi, suspender tareas por 15 semanas en una fábrica de camiones en Texas y planear reducir la producción en Estados Unidos y Canadá el mes próximo.
“Si no vemos un repunte para el segundo semestre del año próximo, probablemente tengan que considerar despidosâ€, dijo Haig Stoddard, analista en el pronosticador IHS Global Insight Inc. en Troy, Michigan. “Toyota se estaba expandiendo para satisfacer la demanda. Ahora quedó atrapada en un exceso de capacidad por primera vezâ€.
Esta será la primera píérdida operativa de Toyota en 71 años y ejercerá más presión sobre las operaciones norteamericanas en medio de una declinación de 13 por ciento en las ventas estadounidenses. La compañía pronosticó ayer un díéficit de 150.000 millones de yenes (US$1.700 millones) en el año que finaliza en marzo, desechando la anterior previsión de ganancias de 600.000 millones de yenes.
La eliminación de puestos de trabajo no puede descartarse, ya que las ventas siguen cayendo, dijo Jim Wiseman, subdirector general de asuntos externos en la división norteamericana de producción de Toyota.
Nunca digas ´de esta agua no he de beber´
“No pensamos que llegue a ese punto, pero nunca digas de esta agua no he de beberâ€, dijo Wiseman. Toyota tiene 30.000 empleados en Norteamíérica divididos entre 14 plantas de montaje, motores y componentes, y los vehículos fabricados en la región representaban 56 por ciento de las ventas estadounidenses hasta noviembre.
La compañía con sede en Toyota City, Japón, no ha despedido trabajadores de tiempo completo desde 1950 en su país de origen, cuando registró por última vez una píérdida anual, aunque se han eliminado empleos temporarios. Toyota adoptó una política de empleo vitalicio despuíés de años de disturbios laborales, dijo Jim Womack, presidente y fundador del Lean Enterprise Institute en Brookline, Massachusetts.
“En última instancia, uno puede ser tan paternalista como quiera, pero si no hay efectivo en la caja, todo se acabaâ€, dijo Womack, coautor de “The Machine That Changed the World†(La máquina que cambió el mundo), un libro sobre Toyota.