EFE
Las amenazas de Estados Unidos de endurecer las sanciones sobre Cuba ilustran las nuevas tensiones entre EE.UU. y la isla tras la llegada de Donald Trump , contrario al "deshielo" bilateral impulsado por su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.
Los empresarios españoles en Cuba están, por su arraigo y experiencia en el país, preparados para resistir un eventual endurecimiento del embargo que Estados Unidos mantiene sobre la isla, aunque comienzan a acusar las presiones políticas y legales de la nueva política de Washington hacia La Habana.
"El empresariado español en Cuba es muy potente, lleva muchos años, tiene un nivel de asentamiento muy superior a otros países y llevamos muchos años peleando contra las leyes extraterritoriales de Estados Unidos", dijo el presidente de la Asociación de Empresarios de España en Cuba (AEEC), Xulio Fontecha.
La AEEC es la única asociación de empresarios extranjeros que existe en Cuba y representa a más de 200 firmas radicadas en el país caribeño, entre ellas gigantes hoteleros como Meliá o Iberostar, con importantes contratos de gestión de instalaciones.
Pese a su largo recorrido en Cuba, el empresariado ibérico está preocupado por la posible reactivación por parte de Estados Unidos del título III de la ley Helms-Burton, que permitiría a ciudadanos de ese país, incluidos cubanos naturalizados, demandar ante cortes estadounidenses a empresas que se lucren de bienes expropiados tras el triunfo de la Revolución en 1959.
Esa disposición ha permanecido suspendida desde su aprobación en 1996 pero ahora Estados Unidos ha dado señales de que podría reactivarla y aunque desde enero ha ido prorrogando su congelación, cada vez ha sido por periodos más cortos: de seis meses a 45 días, un mes, y este miércoles, el Departamento de Estado anunció que la mantendrá paralizada solo dos semanas.
"Hoy por hoy estamos todos perfectamente preparados para enfrentar esto porque llevamos años haciéndolo", subrayó Fontecha, quien destacó que para la AEEC "lo más importante es ver que tanto el Gobierno español como las autoridades de la Unión Europea han tomado cartas en el asunto de forma radical y tajante", por lo que se sienten "escuchados y apoyados".
Sin embargo, el respaldo institucional no ha evitado que las empresas españolas, muchas de ellas importadoras de tamaño medio, reciban presiones políticas y acusen en su funcionamiento diario los efectos jurídicos y el clima de incertidumbre sobre los próximos pasos del Gobierno de Donald Trump.
"La parte legal nos preocupa menos, aunque hay que tomar precauciones, especialmente las grandes cadenas hoteleras o bancos, pero a la mayoría del tejido empresarial español que opera en Cuba nos preocupan más las cuestiones políticas que van paralelas a la parte legal", refirió el presidente de la AEEC.
Así, explicó que desde diciembre pasado los empresarios ibéricos comenzaron a "notar presiones", entre ellas la recepción de "docenas de cartas" de organizaciones radicadas en el estado de Florida, epicentro del exilio anticastrista.
También hay "conocidas empresas de mensajería" que han comenzado a rechazar envíos de paquetería destinados a empresas que figuren en la conocida como "lista de restricciones a Cuba", en la que EE.UU. ha incluido a unas doscientas compañías de la isla vinculadas a los estamentos militares o de inteligencia.
Con esas compañías, todas estatales, es con las que las empresas españolas hacen "casi el cien por cien de los negocios", indicó Fontecha.
A la vez, hay bancos españoles "muy conocidos" que ya no admiten transferencias relacionadas con empresas en esa "lista negra" o directamente han empezado a cerrar cuentas que realicen operaciones con la isla, relató Fontecha.
"Si sumas todo esto, da un ambiente de incertidumbre, de fuerte presión que es lo que nuestros empresarios hoy por hoy ya están notando y sufriendo", agregó.
Avanzó, además, que la Asociación mantendrá los niveles de "información y alerta" y seguirá presionando a las autoridades de España y la UE para que sigan defendiendo los "legítimos" intereses de la patronal española en el país caribeño.
Las amenazas de Estados Unidos de endurecer las sanciones sobre Cuba ilustran las nuevas tensiones entre Estados Unidos y la isla tras la llegada de Donald Trump, contrario al "deshielo" bilateral impulsado por su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.
Estas medidas apuntan a la línea de flotación de la economía cubana, ya en serios apuros por la crisis en Venezuela , su principal aliado político y económico, así como por la caída de las exportaciones, la ineficiencia del vasto sistema empresarial estatal y los desastres meteorológicos del último trienio.
El secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo , anunció el miércoles que el título III de la Helms-Burton seguirá suspendido desde el 18 de abril hasta el 1 de mayo, pero continuará permitiendo las demandas contra las más de 200 compañías cubanas que aparecen en una "lista negra" del Departamento de Estado.
Expertos consultados aseguraron que desde que comenzaron a permitirse esas demandas hace algo más de un mes, no hay constancia de que se haya presentado ninguna.
Tras anunciar la nueva breve prórroga, Washington advirtió de que "continúa examinando las condiciones de los derechos humanos en Cuba, incluida la actual represión contra los derechos del pueblo cubano a la libertad de expresión y de reunión", así como "el apoyo militar, de seguridad y de inteligencia de Cuba" al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.