La primera caja española, La Caixa, ha decidido adaptarse a la realidad económica y optimizar su red comercial. La entidad que preside Isidre Fainíé no sólo ha paralizado el crecimiento de su red de oficinas, sino que tiene previsto aplicar un recorte al número de sucursales que posee actualmente, unas 5.577.
La palanca que ha puesto en marcha este plan de ajuste ha sido la circular que el Banco de España envió a finales del año pasado a bancos y cajas de ahorro. En aquella misiva, les recomendaba vigilar los costes y controlar la dimensión de la red de oficinas. Ante estas sugerencias, La Caixa ha sido una de las primeras entidades en reaccionar y ha preparado un plan de ajuste para redimensionar su red comercial.
Según este plan, La Caixa prescindirá durante los dos próximos años de 250 oficinas. La mayoría de los cierres se producirá en Cataluña y Baleares, donde la red de oficinas es más tupida y redundante. "Desde la fusión con Caja de Barcelona, en 1990, el criterio era mantener abiertas todas las oficinas que eran rentables, incluso si dos estaban en la misma calle, pero ahora eso ya no es suficiente", explicaron fuentes de la entidad.
Lo cierto es que, desde aquella fusión, la entidad fue integrando algunas oficinas redundantes, pero el cierre siempre quedó camuflado por el fuerte crecimiento de la red en el resto de España, uno de los objetivos básicos de La Caixa en la etapa que estuvo presidida por Josep Vilarasau.
Además de Cataluña y Baleares, la eliminación de sucursales tambiíén se notará en Castilla y León, donde durante los últimos años la caja había crecido en pequeñas poblaciones ,a travíés de oficinas en las que sólo trabaja un empleado.
Lea la información completa en el diario elEconomista, en su quiosco por tan sólo 1,20 euros.