Madoff tenía más fácil estafar con las leyes de la UE que con las de EEUU
Publicado en Expansión por J. Zuloaga
Bernard L. Madoff, el autor del mayor fraude financiero de la historia, tuvo en determinadas regulaciones europeas su particular El Dorado para estafar a los inversores del continente, incluso por encima de las facilidades que encontró en Estados Unidos. El bróker norteamericano aprovechó al máximo las normas vigentes en mercados como el luxemburguíés y el suizo para extender su estafa a lo largo y ancho de Europa.
Durante los últimos años, las regulaciones de estos países han convertido a Luxemburgo en el mayor mercado de los fondos a nivel europeo, con casi dos billones de euros de activos bajo gestión, según las últimas cifras de la asociación europea de fondos de inversión (Efama); a Irlanda en el tercer país en este ránking, con un patrimonio global cercano a los 800.000 millones de euros; y a Suiza en el centro neurálgico de la banca privada y una de las principales sedes de los hedge fund, que extendieron en gran medida la estafa de Madoff entre los inversores europeos. En Suiza se encuentra por ejemplo Optimal, la filial de gestión alternativa de Santander, afectada por el fraude en 2.300 millones de euros.
Vacíos legales
La regulación de estos países consintió que algunos fondos de inversión delegasen su gestión en Madoff, sin realizar ningún tipo de inspección excepcional.
Otros reguladores como el francíés y el británico se lo pusieron más difícil a Madoff. En Francia, es bastante complicado lograr autorización para delegar la gestión de un fondo a un bróker. Mientras, en Reino Unido el supervisor realiza inspecciones regulares y obliga a los hedge fund a nombrar a un administrador independiente que valore los activos del fondo.
En España, el contagio se debió más a un daño colateral que a la regulación local. Este mercado, el tercero más afectado del mundo sólo por detrás de Estados Unidos y Suiza, se vio sobre todo perjudicado por el íéxito de determinados fondos registrados en Luxemburgo, Suiza e Irlanda. Comerciales y asesores de reconocido prestigio en el sector como Andríés Piedrahieta, de Fairfield; Guillermo Moreníés y Javier Botín, de M&B Capital Advisers, y entidades de banca privada como Banif, hicieron el resto.
Junto con la regulación, la estafa de Madoff tambiíén ha puesto en el ojo del huracán el papel de los bancos depositarios de los activos invertidos por los fondos. Estas entidades, cuyo papel es la custodia de los activos, así como su vigilancia y supervisión, no fueron capaces de advertir que las inversiones de Madoff escondían un fraude.
Por ello, un gran número de entidades afectadas, como Santander, han mostrado ya su intención de demandar a los depositarios. En el caso del banco presidido por Emilio Botín, estudia acciones legales contra HSBC. Otras entidades han puesto ya en el punto de mira a otros dos de los principales bancos depositarios europeos, Hyposwiss y UBS.
Comisiones en entredicho
Cada vez más expertos exigen que sean devueltas las comisiones que cobraron gestoras con fondos que invertían en Madoff. Durante los años previos a que se conociese la estafa, las atractivas rentabilidades de fondos ligados a Madoff como los de Fairfield, Optimal o Kingate, hicieron que estas gestoras se embolsasen comisiones de cientos de millones.
Por ello, es previsible que se produzcan acciones colectivas para que las firmas que distribuyeron Madoff devuelvan el dinero que cobraban anualmente.