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Autor Tema: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"  (Leído 1992 veces)

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La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« en: Noviembre 22, 2008, 10:36:53 pm »
Los Amos del Mundo tienen en común valores y principios fundamentales que son el cimiento o base de su unidad, y su denominador común. La adhesión a estos principios es obligatoria por ser admitido en el circulo de los Amos del Mundo y de sus organizaciones las mas centrales o principales: Grupo de Bilderberg, Skull & Bones, e Illuminati. Sus principios son aquellos de los Nazis, así­ como de sus herederos: los ideologos del nuevo orden mundial.


Los principios-claves de los Amos del Mundo

1 - El fin justifica los medios

2 - El fuerte debe dominar al díébil. El fuerte ha sido concebido para ser un predador, y el díébil para ser la presa.

3 - La eliminación de los díébiles es conforme al principio de la selección natural (cf. Darwin)

4 - La vida de todos los individuos no tiene el mismo valor. Los que tienen un valor negativo pueden ser eliminados, en el interíés superior del conjunto.

5 - El mundo debe ser gobernado por una elite.





Los predadores - cita del libro "Los nuevos Amos del Mundo" de Jean Ziegler


"En el corazón del mercado globalizado, el predador. Banquero, el alto responsable de una sociedad transnacional, operador del comercio mundial. Acumula dinero, destruye el estado, destruye la naturaleza y los seres humanos, y pudre mediante la corrupción a los agentes que aseguran los servicios en el seno de los pueblos que íél domina.

Para los fuertes, pero tambiíén para los díébiles que suenan alcanzarlos, la felicidad reside desde ahora en el solitario disfrute de una riqueza obtenida aplastando al prójimo, mediante la manipulación de la bolsa, la fusión o concentración de empresas siempre cada vez más gigantescas y la acumulación acelerada de plus valí­a de origen diverso. Ultima invención a la fecha de la empresa de la cupidez: patentar lo vivo.

La racionalidad mercante devasta las conciencias, aliena el hombre y distrae a la multitud sobre su propio destino que debiera ser libremente debatido, democráticamente escogido. La lógica de la mercancí­a asfixia la libertad irreducible, imprevisible, a jamás enigmática del individuo. El ser humano es reducido a su pura funcionalidad mercante."






La nueva esclavitud, visto por los Amos del Mundo

cita de "1984" de George Orwell

"No buscamos el poder para nuestros propios fines, sino por el bien de la mayorí­a tal como la definimos. Los hombres, estas criaturas cobardes, no pueden asumir la libertad ni hacer frente a la verdad. Ellos deben ser dirigidos por aquellos que son más fuertes que ellos. La especie humana tiene la elección entre la libertad y la felicidad, sin embargo la felicidad vale más.

El bien de los otros no nos interesa, solo buscamos el poder, nada mas que el poder. Los nazis y los comunistas se parecen mucho a nosotros por sus míétodos. Ellos pretendian haberse amparado del poder por un periodo limitado; pasado el punto critico, habrí­a un paraí­so donde los hombres serian libres e iguales. No somos así­, sabemos que nadie que se ampara del poder renuncia a íél. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución. Se hace una revolución para establecer una dictadura. La persecución tiene por objeto la persecución. La tortura tiene por objeto la tortura. El poder tiene por objeto el poder.

La esclavitud es libertad. Solo, libre, el ser humano es siempre vencido. Pero si renuncia a su identidad, si se somete regular y totalmente, se funde en el poder colectivo, es entonces todo-poderoso e inmortal.

Este poder es tambiíén el poder sobre otros seres humanos, sobre los cuerpos pero sobretodo sobre las mentes. El poder sobre la materia no es importante, nuestro dominio de la materia es ya absoluta. Lo que importa es de controlar a la mente. La realidad esta en el interior de la cabeza... El poder real, el poder por el cual debemos lucha dí­a y noche, es el poder no sobre las cosas, pero sobre los hombres. ¿Cómo aseguramos el poder sobre el prójimo? Haciíéndole sufrir. La obediencia no basta. ¿Cómo, si no sufre, podemos estar seguros que obedece, no a su voluntad, pero a la nuestra?




El poder es inflingir sufrimiento y humillaciones. El poder es destruir el espí­ritu humano en pedazos que se junta despuíés bajo nuevas formas que se escoge. Empiece usted a ver que clase de mundo estamos creando? Un mundo de temor, miedo, traicion, tormento. Un mundo de aplastadores y aplastados, un mundo que a medida que se afine se volverá cada vez más despiadado. El progreso de nuestro mundo será el progreso hacia sufrimientos. Nuestra civilización esta fundada sobre el odio; no habra otras emociones que el temor, la rabia, el triunfo y la humiliacion. Destruiremos el resto.

Hemos cortado los lazos entre los hijos y sus padres, entre el hombre y el hombre, entre el hombre y la mujer. Pero más tarde, no habrá ni mujer ni amigo. Los hijos serán quitados de los brazos de sus madres desde el nacimiento, como se quita los huevos de una gallina. La procreación será una formalidad anual, como la renovación de la tarjeta de alimentación. No habrá mas lealtad, solo con el poder. Todos los placeres de la emulación serán destruidos y reemplazados por la ebriedad siempre creciente del poder, que se afinara cada vez más. Habrá a cada instante, el escalofrió de la victoria, la sensación de aplastar un enemigo impotente... Tanto así­ que un mundo triunfador será un mundo de terror... Controlaremos la vida a todos los niveles.

Usted imagina que hay algo que se llama la naturaleza humana que será ultrajada por lo que hacemos y se volverá en contra nuestra. Pero, nosotros creamos la naturaleza humana. El hombre es infinitamente maleable.

Tal es el mundo que preparamos. Un mundo donde las victorias se sucederán a las victorias y los triunfos a los triunfos, un mundo de eterna presión, siempre renovada, sobre la fibra del poder. Empieza a concebir lo que será este mundo. Al final hará mas que comprenderlo, lo aceptara, lo acogerá con felicidad, pedirá su parte y amara a sus propios esclavizadores



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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #1 en: Noviembre 22, 2008, 10:38:57 pm »
Uno puede creer literalmente lo que lee en los periódicos, oye en la radio, ve en la televisión y lo que exponen los grupos mediáticos; es un modo seguro, garantizado, de estar en el mundo sin que aparezcan sombras, enigmas o motivo alguno de inquietud. Podemos llamar a este modo “Versión Disney” de la historia, en ella el universo cotidiano oscila regular y previsiblemente entre una pareja de valores claramente delimitados y cognoscibles: la Derecha y la Izquierda.

Podemos tambiíén cuestionar esta forma gregaria de hipnosis y acceder paulatinamente al conocimiento de una historia secreta, invisible, negada por “las más diversas autoridades”, una historia que no coincide con los valores de la tribu y que rompe con numerosos tabúes. “En la democracia no existe nada similar a una clase dirigente. Los medios de comunicación son herramientas imprescindibles para mantener las libertades mediante la configuración de una opinión pública informada y responsable”. Ante una pantomima como esta, claro ejemplo de manipulación y desinformación, solamente cabe una sonrisa escíéptica o una crí­tica breve. Existe la clase dirigente. La democracia es escasa o nulamente democrática. Nuestro destino lo rige el gobierno oculto. Los grupos mediáticos persiguen una polí­tica de ocultación y distorsión de los acontecimientos de acuerdo con los intereses de sus gestores propietarios, en el mejor de los casos, en el peor, nos encontramos ante un programa acelerado y premeditado de embrutecimiento ante el cual el “panem et ciercenses” de la antigua Roma constituye una mera aníécdota.

La versión conspiratoria estándar mantiene la tesis de que existe algo así­ como un “plan global” que a travíés de las generaciones va siendo implementado en la historia mediante las actividades coordinadas de distintos personajes y organizaciones. Estas van insertando a sus miembros en las instituciones y tramas más diversas. Las sociedades secretas, las revoluciones, las guerras, las crisis económicas, entre otros muchos acontecimientos, formarí­an parte y darí­a testimonio de estas actividades. Francmasones, Jesuitas, Iluminati de Baviera, Rosacruces, Templarios o Thueleanos dan testimonio, a travíés de las circunstancias más plurales, de una presencia invisible y decisiva, sin la cual los acontecimientos permanecen opacos y desconectados de toda virtualidad explicativa. Sin olvidar los servicios secretos, los grupos económicos de presión o los representantes del crimen organizado y de las ciencias y las artes.

Hay muchos que ven en la paulatina constitución de un orden global planetario (el Nuevo Orden Mundial), una conspiración de los dirigentes del “gobierno oculto”. Los polí­ticos serí­an poco más que locutores o empleados de segunda fila. La independencia de las naciones, un obstáculo a superar, ya sea mediante guerras puntuales (la invasión de Irak) o crisis económicas diseñadas (Sudeste Asiático, Latinoamíérica), como a travíés de una retórica mundialista camuflada de todo tipo de patrañas pseudo humanitarias o ecológicas (derechos humanos, crecimiento sostenido, etc.). La caja de resonancia suelen ser las Naciones Unidas, un foro de burocracias estatales que se considera el máximo órgano de legitimación soberana de las polí­ticas, de cara al populacho narcotizado por la televisión. En esta trama, el socialismo habrí­a sido simplemente un instrumento destinado a consolidar una concentración de poder inigualable en manos de determinadas elites, debilitando y aniquilando a las clases medias y auspiciando el control policial y mental del rebaño futuro. La Comisión Trilateral (David Rockefeller…), el Club Bilderberg (Rockefeller, Kissinger…), o el Council of Foreign Relations (Kissinger, Brzezinski…), constituyen ejemplos de instituciones, algunas de ellas transnacionales, que operan como foros de encuentro y reclutamiento de las nuevas elites que preparan la etapa faraónica de sumisión planetaria en el siglo XXI.

A juzgar por los acontecimientos actuales, la construcción del Estado Mundial (parte visible del “gobierno oculto”), New World Order (o Nuevo Orden Mundial) parece un proceso imparable.
En su reciente trabajo “Impacto de la globalización en los paí­ses en desarrollo”, Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatic, despuíés de hablar de los “nuevos amos del mundo”, matiza: “por cierto, no constituyen, como algunos imaginan, una especia de estado mayor clandestino que conspira en las sombras para controlar el mundo; se trata más bien de fuerzas que se mueven a su antojo gracias a la globalización”. Asimismo, Susan George, en una entrevista concedida con motivo de la presentación en Barcelona de su novela “Informe Lugano”, a la pregunta de si lo que describe en ella no es acaso una conspiración planetaria, contesta: “No, no creo en las conspiraciones, sino en los intereses. He descrito que los amos del universo hacen lo que deben hacer dado quienes son, lo cual no es una conspiración.

Además de que no se aprecia ninguna incompatibilidad entre “conspiración” e “intereses” (¿se le ocurrirí­a a alguien conspirar contra sus intereses?), de ambas declaraciones se desprende que los nuevos “amos del mundo” no serí­an seres cí­nicos y sin escrúpulos, sino más bien “instrumentos del determinismo ciego de las fuerzas del mercado”. Actúan así­ porque no pueden actuar de otra manera; y dado que ellos, pese a estar en su cúpula, no inventaron el mercado, la historia deberí­a juzgarlos más como ví­ctimas que como verdugos (quizás los millones de ví­ctimas reales y diarias de su conducta deberí­an de tenerlos en cuenta en sus oraciones).

Pero, vieja o nueva, con calificativos o sin ellos, la conspiración existe, y no podemos permitirnos la ingenuidad de pensar que lo que está ocurriendo en el mundo no obedece a ninguna planificación, sino que es una simple “explosión del desorden” y no parte sustancial del Nuevo Orden Mundial.
Para Ramonet y George el “senado virtual que gobierna el mundo” (sistemáticamente denunciado por Noam Chomsky) es tan sólo “una secuela del mercado”, Según ellos no hay conspiración: “le monde va lui míªme”.
Los “nuevos amos del mundo” se habrí­an encontrado entonces, sin proponíérselo con el mundo en sus manos.
Pero la verdad, por el contrario, es que en la cúpula rectora, astronómicamente rica, de ese gigantesco pulpo financiero que atenaza al mundo, el poder ya no está al servicio del beneficio económico, sino el beneficio económico al servicio del poder.
Contra lo que algunos creen, allí­ no hay lucha por el poder: ellos son “el poder”. En una economí­a mundial en la que, como nos dice Samir Amin, la rentabilidad del capital productivo cae estrepitosamente por el agotamiento de los mercados, el que esos amos de los mercados financieros se dediquen al acaparamiento sistemático de los activos productivos a lo largo y ancho del planeta, no tiene otro sentido que un acaparamiento global del poder. No buscan apoderarse sólo de la riqueza de los estados: buscan apoderarse de los estados.
Y ya lo están consiguiendo, como nos advierte Vivianne Forrester (“Una extraña dictadura”): “todos los centros nerviosos de la sociedad están controlados por un ríégimen que delega en los polí­ticos para llevar a cabo decisiones ya tomadas de antemano en lugares como la OCDE, el BM o el FMI”.

No estamos ya en la lógica del mercado, estamos en la lógica despiadada de los “grandes mercaderes”.
Estos no son juguetes del sistema; nosotros somos juguetes de su perverso sistema. Juegan con nuestros pensamientos y sentimientos más allá de lo puramente económico para llevarnos a un mundo totalitario, donde no haya el más mí­nimo resquicio para la libertad real.


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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #2 en: Noviembre 22, 2008, 10:39:52 pm »
Dice Manuel Vázquez Montalbán en el prólogo de “Informe Lugano”: “La globalización implica no sólo el objetivo de un gran mercado universal marcado por las pautas del neoliberalismo más salvaje, sino un control total de las conductas, impidiendo la simple posibilidad de insinuar, diseñar o practicar la disidencia”.
El determinismo económico no es el culpable. Como denuncia Louis de Brouwer, consultor internacional de la ONU-UNESCO y autor del libro “Las mafias polí­tico-económicas que dirigen el mundo”: “el poder polí­tico es ejercido a nivel mundial por un pequeño grupo de individuos sin escrúpulos que se encuentra en EEUU, un paí­s gobernado por dirigentes de diversas sociedades secretas, y que “casualmente” coincide que son los dueños de los seis principales bancos. Este pequeño grupo dirigente constituye el cerebro que domina el mundo”.
Agazapado tras instituciones sin rostro, el “Gran Hermano” existe y conspira. No es simplemente “el mercado”, son personajes con nombres y apellidos, siniestros y frí­os hasta la barbarie. La ingenuidad es su mejor aliado. El mero hecho de tener que demostrar lo evidente, cuando la verdadera amenaza y el autíéntico adversario no cesan de mostrarse con descaro, es ya una señal elocuente del punto al que han llegado las cosas, y del que aún les queda por alcanzar.

¿Quiíén gobierna el mundo? ¿Los lí­deres del grupo de los ocho paí­ses más desarrollados del planeta, el G-8, que se reúnen una vez por año en distintos lugares del planeta? ¿Acaso son los “tíécnicos” del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, o tal vez los 15 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea? ¿Quiíén y cuándo toma las decisiones? Las declaraciones finales que se publican al tíérmino de las cumbres entre poderosos son a menudo vací­as, apenas un manojo de orientaciones vagas que no reflejan el curso del mundo. ¿Dónde se toman entonces las decisiones? ¿Quiíén las elabora? En realidad, detrás del telón de la polí­tica-espectáculo existe una serie de cenáculos casi secretos donde, sin testigos indiscretos, casi sin periodistas y hasta a veces sin mujeres, se juega el autíéntico destino del mundo. No se trata de un “club” religioso, ni de un cí­rculo embebido en alguna mí­stica extraña, ni de un grupo alimentado por la idea de un complot universal. Son sencillamente poderosas organizaciones secretas compuestas por magnates de las altas finanzas, estrategas, hombres polí­ticos de gran vuelo y militares cuya existencia confirman el juicio del ministro de finanzas británico de la Reina Victoria, Disraeli, quien escribió: “El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores".

La más “desconocida” pero la más potente de esas organizaciones secretas el Bilderberg. Creado en mayo de 1954 en el hotel Bilderberg de Oosterbeek, en Holanda, por el prí­ncipe Bernardo de los Paí­ses Bajos, Bilderberg es un grupo supranacional cuya existencia se basó en una idea simple: reunir a los miembros de la OTAN, la Alianza Atlántica, a fin de que íéstos armonizaran la polí­tica internacional de los aliados. La adhesión al grupo de Bilderberg se hace por contactos confidenciales y sus miembros tienen estrictamente prohibido hablar abiertamente del contenido de los debates y de las decisiones que se toman.
Compuesto esencialmente por personalidades del mundo de los negocios, la industria y la polí­tica, los miembros son seleccionados por su “míérito”. Aunque su funcionamiento y su organización interna siguen estando protegidos por el secreto, se sabe que existe una suerte de “comitíé conductor” (steering committee) compuesto por miembros permanentes (de 15 a 18 personas entre norteamericanos y europeos) que decide a quiíén se invita y de quíé temas se trata.
Bilderberg está dividido entre “iniciados”, en total cuatro integrantes del “club”, entre ellos David Rockefeller, “inocentes” e invitados esporádicos a las reuniones. Todos los personajes que asisten a las cumbres no son iniciados y íéstos trabajan según metas que los mismos miembros del “club” desconocen. El secreto es la regla de oro, incluso para los escasos periodistas que reciben esporádicas invitaciones.
Aunque es el más protegido, Bilderberg no es el único cí­rculo sobre el que pesan muchos interrogantes: el Club de Roma, la Comisión Trilateral, el Bohemian Club, el Aspen Strategy Group, el Council of Foreign Relations, y el Skull and Bones constituyen otros brazos de lo que muchos denominan “la secta global”. El grupo de Bilderberg se presenta como un “foro internacional” en cuyo seno los dirigentes polí­ticos y económicos exponen su posición personal sobre temas de interíés general, especialmente en los campos de la polí­tica exterior y la economí­a internacional. Sin embargo, cuando se conoce la nómina de participantes, los temas tratados y algunas “decisiones históricas” tomadas por sus miembros se hace evidente que existe un “lazo confidencial” entre lo que se habla en Bilderberg y lo que ocurre despuíés. Cada vez que un tema dominó la agenda mundial, Bilderberg lo trató a su manera elaborando una estrategia de respuesta o, como en algunos casos, estableciendo una autíéntica polí­tica de acción. El Foro de Davos reúne cada año en esta ciudad a la crema del mundo para evocar “públicamente” los temas más candentes. Bilderberg hace lo mismo…pero a puertas cerradas, sin conferencia de prensa ni publicidad alguna.


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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #3 en: Noviembre 22, 2008, 10:40:44 pm »
Los grandes “cardenales” de este cónclave planetario son dueños de bancos (Lazard Frí¨res & Co., Barclays, Chase Manhattan Bank, Goldman Sachs, Deutsche Bank, Sociíétíé Gíéníérale de Belgique, UBS,…) administradores de grupos industriales (Unilever, Fiat, Daimler-Chrysler, Xerox Company, Lafargue, Total-Fina Elf, Shell, BP Amoco,…) varios comisarios europeos, millonarios como Rockefeller y sus descendientes, responsables de instituciones de estudios internacionales, el secretario general de la OTAN, dirigentes del FMI y del BM, ex presidentes como George Bush o Bill Clinton, personajes influyentes como Henry Kissinger, senadores e intermediarios de altí­simo vuelo.
Gora Greider, secretario de redacción del diario sueco Dala Demokraten, establece un lazo entre el orden actual del mundo y las influencias ejercidas en el seno de Bilderberg desde hace 50 años. Según Greider, Bilderberg contribuyó “a instaurar el tipo de capitalismo que conocemos hoy y a solidarizar entre sí­ a las principales elites mundiales del ámbito de los negocios. David Rockefeller, dueño del Chase Manhattan Bank, fundador de la Comisión Trilateral –es decir el brazo polí­tico de Bilderberg-, participó de todas las reuniones del grupo desde su fundación en 1954. A íél se le debe la mejor definición escondida de los cí­rculos como Bilderberg. En la edición del primero de febrero de 1999, Rockefeller declaró a Newsweek International: “Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.

El esquema de sus reuniones, celebradas cada año en un lugar diferente del mundo no varí­a: son ultra secretas, protegidas por un imponente ballet masculino de los servicios secretos, con la asistencia de lo más destacado que existe en los cí­rculos de las finanzas y la polí­tica. En una de las últimas cumbres, organizada en Francia, entre los más de 100 “global leaders” que asistieron estaban el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, Richard Perle, uno de los inevitables ex consejero de Seguridad de George Bush y arma polí­tica de disuasión frente a los enemigos de la ofensiva militar en Irak, Dominique de Villepin, el ministro francíés de Relaciones Exteriores, el ex presidente francíés y actual presidente de la Convención Europea, Valery Giscard d’Estaing; John Bolton, subsecretario de Estado Norteamericano encargado de las armas y la seguridad nacional, una galerí­a de presidentes de grupos multinacionales Thales, Axa, Nokia, Daimler-Chrysler, Novartis-, gobernadores de bancos centrales, el Rey de España, los primeros ministros de Dinamarca y Portugal, el juez antiterrorista Jean Louis Bruguií¨re, miembros de institutos de estudios estratíégicos internacionales y un puñado de periodistas que aceptan la ley del silencio, de Financial Times, The Economist, Newsweek o La Repubblica. Durante tres dí­as, la crema mundial discutió sobre la guerra de Irak, la lucha contra el terrorismo, la caí­da del dólar. Cada participante se compromete a “ser franco dentro del grupo” y a mantener en absoluto secreto el contenido de las discusiones. “La franqueza es la regla de juego”, comenta el belga Etienne Davignon, presidente del comitíé de organización del grupo de Bilderberg, para quien “si Bilderberg es un íéxito se debe a que nadie molesta a nadie, a que cada participante juzga útil escuchar una cosa distinta de la que está acostumbrado a oí­r. La gente sabe que acá no hay micrófonos y que no se van a ir con las manos vací­as”.
Según reveló parcialmente el comisario europeo Pascal Lamy, “los enfrentamientos entre franceses y norteamericanos a propósito de la guerra de Irak fueron intensos”. Un asiduo concurrente a las reuniones de Bilderberg explica: “Acá se puede ir al fondo de las cosas, se habla de geopolí­tica, de estrategia”. Desde luego, tambiíén se trabaja “cuerpo a cuerpo” para orientar los comportamientos de las redes de influencia. El Corporate European Observatory, uno de los grupos de estudios más importantes sobre las polí­ticas liberales, destaca en un libro publicado en 2000 que si bien Bilderberg no decide nada de manera “formal”, si llega a “plasmar” un consenso entre las elites de la polí­tica, de la economí­a y de los medios de comunicación. Geoffrey Gueuns, sociólogo belga de la Universidad de Louvain y autor de una investigación sobre el poder de estos clubes (“Todos los poderes confundidos”), afirma que Bilderberg ilustra el “pacto estructural entre la elite de los negocios, la elite polí­tica y la de los medios de comunicación”. James P. Trucker, un norteamericano perteneciente a la derecha dura, es uno de los asiduos crí­ticos de Bilderberg. Según íél y otros detractores, en 1973 Bilderberg sirvió para aumentar el precio del petróleo en un 400 por ciento, Kissinger preparó en su seno la guerra de Yom Kippur (Israel contra Egipto y Siria), Margaret Thatcher obtuvo allí­ el visto bueno de la elite para ser la primera ministra debido a su oposición al euro, la moneda única europea (que en realidad, surgió más de 20 años despuíés), Clinton consiguió la corona para ser Presidente de los EEUU y, en 2002, Donald Rumsfeld elaboró la estrategia de intervención en Irak. “Es absurdo, un fantasma. La idea de un cenáculo entre amos del mundo es falsa”, alega Etienne Davignon. Con todo, es lí­cito contestar que algo ocurre. La tendencia ideológica de Bilderberg es clara: sólo para blancos, una suerte de “núcleo” del mundo occidental compuesto en sus dos terceras partes por anglosajones que nunca se ha abierto a otros sectores del mundo.


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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #4 en: Noviembre 22, 2008, 10:41:40 pm »
Pero no es el único centro de influencias subterráneas. El segundo es la Comisión Trilateral, creada en 1973 por los miembros de Bilderberg. Pero tambiíén está el Comitíé de los 300, la Round Table, el Club de Roma., el CFR, Council of Foreign Relations, el Bohemian Club, el Skull and Bones. Casi todos los núcleos poseen caracterí­sticas comunes –el secreto y los intercambios entre las finanzas y la polí­tica-, y un fundador o iniciador que los liga a todos: Rockefeller. El Comitíé de los 300 fue fundado en 1729 para asociar al sistema bancario mundial con los representantes de las naciones occidentales, la Round Table fue fundada en 1891 con propósitos similares; el CFR, Council of Foreign Relations, es una emanación de la Round Table lanzada en 19821. El CFR se presenta como un centro de investigaciones sobre las relaciones internacionales y organiza seminarios cerrados a muy alto nivel. En un informe anual de 1992, el CFR acota: “En el curso de todas las reuniones, la regla del Consejo es la no-atribución aplicada. Ello garantiza que los participantes puedan hablar abiertamente sin que, más tarde, otros participantes relaten las declaraciones.

Impulsada por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinsky, la Comisión Trilateral vio la luz en 1973. A diferencia de Bilderberg, la Trilateral organiza encuentros a los que invita a personalidades de Oriente, concretamente Japón. Esta organización agrupa a más de 200 personas oriundas de las elites industriales y económicas de EEUU, Japón y Europa Occidental. Se la considera el “brazo polí­tico” de Bilderberg porque sus reuniones se acompañan de cierta publicidad. Existe una presencia “cruzada” y permanente entre quienes asisten a las reuniones del Club de Roma, de la Comisión Trilateral y del Council of Foreign Relations.

Sin duda, el más notorio de esos cenáculos es el Bohemian Club, cuyo lanzamiento data de 1879. El Bohemian propone una suerte de “retiros festivos” durante los cuales los participantes, los dos presidentes Bush, Kissinger, Colin Powell, deben mostrar sus talentos escondidos de músicos, actores o cómicos. Las mujeres y los periodistas están proscritos. El Bohemian Club organiza “seminarios” en California invitando a millonarios norteamericanos y a personas provenientes de 12 paí­ses. Cincuenta de sus miembros son directores de alguna de las 1000 compañí­as que figuran en la lista de la revista Fortune, funcionarios del gobierno o consejeros de mucho peso. “Weaving spiders not come here”, dice la divisa del Club. Una serie de investigaciones indican que el proyecto Manhattan, la piedra piramidal de la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, fue concebida entre sus muros en 1942. Todos los grandes industriales, financistas y polí­ticos norteamericanos pasaron por esos seminarios. Aunque oficialmente la cumbre tiene por objeto celebrar “el espí­ritu bohemio”, lo que ocurre allí­ adentro suele escapar a la razón. Además de las representaciones teatrales o musicales de los invitados, sus miembros inician las sesiones con un espectáculo denominado “la incineración de las preocupaciones”, un rito durante el cual se incendia una lechuza de dos metros. El Bohemian Club suscita aún hoy muchos interrogantes debido a las denuncias sobre prácticas satánicas, violaciones y cultos extraños que se practican.

El Skull and Bones funciona con un esquema similar. Es una orden selecta constituí­da por los miembros de las familias más poderosas del sistema norteamericano. George W. Bush fue uno de los primeros en reconocer que formaba parte de esta curiosa institución que ha ejercido una influencia considerable dentro de EEUU. Según Anthony Sutton, autor de una investigación sobre Skull and Bones (“La red secreta norteamericana”), la orden ha ejercido una “cadena de influencias a la vez verticales y horizontales”, particularmente dentro del sector bancario y financiero de los EEUU.

Bilderberg, el Bohemian Club, la Comisión Trilateral, el Club de Roma, tal vez no constituyan organizaciones o grupos cuya meta consiste en organizar un complot mundial pero si aparecen como cí­rculos donde el gran poder negocia las polí­ticas globales a la sombra de los debates públicos y de la democracia.
Gran parte de la centralización del poder que se está llevando actualmente a cabo en el mundo puede atribuirse a los acuerdos del grupo Bilderberg. “No establecen la polí­tica mundial”, en opinión de Denis Healy, uno de los fundadores de Bilderberg, “sino simplemente debaten la lí­nea de la polí­tica a seguir con las personas que la hacen realidad”.
Según una fuente del grupo, “los acontecimientos mundiales no ocurren por casualidad: están pensados para que sucedan…y la mayorí­a de lo que sucede está dirigido por los pocos que manejan el poder”.
Todas las instituciones europeas que han formado la unidad del Viejo Continente, desde la Comunidad Europea del Carbón y del Acero o el EURATOM, hasta la Comunidad Europea, fueron concebidas, diseñadas y convertidas en realidad dentro del grupo Bilderberg.

Desde 1954, los bilderbergers representan a la elite y la riqueza de todas las naciones occidentales –financieros, industriales, banqueros, polí­ticos, lí­deres de corporaciones multinacionales, presidentes, primeros ministros, ministros de Finanzas, secretarios de Estado, representantes del Banco Mundial, la OMC y el FMI, ejecutivos de los medios de comunicación, y lí­deres militares- un gobierno en la sombra que se reúne en secreto para debatir y alcanzar un consenso sobre la estrategia global. Todos los presidentes americanos desde Eisenhower han pertenecido al Club.
Tambiíén Tony Blair, así­ como la mayorí­a de los miembros principales de los gobiernos ingleses; el ex primer ministro galo Lionel Jospin; Romano Prodi, ex presidente de la Comisión Europea; Mario Monti, comisario europeo; Jean Claude Trichet, gobernador del Banco Central Europeo; James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial; Rodrigo Rato, director gerente del FMI; Javier Solana, alto representante de la UE para la Polí­tica Exterior, ex secretario general de la OTAN; George Robertson, ex secretario general de la OTAN; Josíé M. Durao Barroso, presidente de la Comunidad Europea, ex primer ministro portuguíés…(la lista continúa, ya verán más adelante).
Kofi Annan está casado con una hija del principal mecenas de Bilderberg. Eso significa que Annan es sospechoso? Significa como mí­nimo, que cuenta con la aprobación de una importante parte del establishment norteamericano. Kofi Annan fue nombrado directamente por Bill Clinton, quiíén tambiíén ha participado en las reuniones de Bilderberg y la Comisión Trilateral.


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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #5 en: Noviembre 22, 2008, 10:42:39 pm »
¿Cuál es el objetivo, para quíé se juntan? Si bien podrí­a presumirse que el objetivo de las reuniones del Club de Bilderberg es, principalmente, hacer una buena agenda de telíéfonos para pedir oportunos favores, a los polí­ticos concurrentes, quienes se sienten en su salsa rodeados de tanta elegancia, poder y dinero y que los promotores aprovecharán, en su momento, dando un telefonazo cuando lo necesiten, la cuestión real, muy probablemente, trascienda esta finalidad; el funcionamiento del sistema indica que los números finales de los balances de los bancos y las corporaciones, los flujos financieros y los patrimonios de las familias privilegiadas, dinastí­as y magnates y hasta los paraí­sos fiscales, dependen, centralmente, del resultado de opciones polí­ticas concretas e incluso de intervenciones militares o acciones represivas violentas.
El poder y el dinero son argumentos mas que suficientes para esconder lo que se quiere, el inmenso bienestar que gozan unos pocos, puede sufrir enormes modificaciones con el conocimiento abierto de las decisiones que surgen de estos foros y que deberí­an tomarse en democracia. Cuando una pequeña elite, con semejante acumulación de poder y riqueza se reúne a deliberar, no debe hacerse con el hermetismo en que acontece, el mundo en su actual figura de miseria y carencias, merece una explicación de lo que ellos tratan. No es necesario ser futurólogo para predecir que lo contrario solo traerá nuevos, más cruentos y frecuentes enfrentamientos y estos no serán ya, entre extremistas o terroristas y gobiernos, sino entre ciudadanos esclarecidos y grupos privilegiados que, lejos de toda convicción democrática, determinan la vida, libertad y derechos de millones.

“Que algunos activistas tengan a Bilderberg en la mira no sorprende a Alasdair Spark, experto en teorí­as conspirativas.
“La idea de que una camarilla en las sombras está manejando al mundo no es nueva. Por cientos de años la gente ha creí­do que el mundo es gobernado por un conciliábulo de judí­os”, indica.
Y concluye: “¿no debemos esperar que los ricos y poderosos organicen las cosas según su propio interíés? Creo que eso se llama capitalismo”. (BBCMundo.com – 1/9/04)

Lo que es bueno para los bancos y los grandes negocios es bueno para el bienestar de la humanidad, así­ piensan la mayorí­a de los lí­deres actuales del mundo Occidental, financieros y estrategas de la polí­tica exterior que asisten a Bilderberg y desde ese punto de vista, se reúnen para pulir y reforzar un acuerdo general virtual, que consolide esta ilusión de la globalización, definida bajo sus condiciones.


*Abogado. Director de Formación y miembro del Comando Táctico Regional (CTR) del MVR en el Edo. Bolí­var. jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com, juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar

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Re: La ideologí­a de los que pretenden ser "Los Amos del Mundo"
« Respuesta #6 en: Mayo 21, 2010, 07:48:56 pm »
¿Cuál es el objetivo, para quíé se juntan? Si bien podrí­a presumirse que el objetivo de las reuniones del Club de Bilderberg es, principalmente, hacer una buena agenda de telíéfonos para pedir oportunos favores, a los polí­ticos concurrentes, quienes se sienten en su salsa rodeados de tanta elegancia, poder y dinero y que los promotores aprovecharán, en su momento, dando un telefonazo cuando lo necesiten, la cuestión real, muy probablemente, trascienda esta finalidad; el funcionamiento del sistema indica que los números finales de los balances de los bancos y las corporaciones, los flujos financieros y los patrimonios de las familias privilegiadas, dinastí­as y magnates y hasta los paraí­sos fiscales, dependen, centralmente, del resultado de opciones polí­ticas concretas e incluso de intervenciones militares o acciones represivas violentas.
El poder y el dinero son argumentos mas que suficientes para esconder lo que se quiere, el inmenso bienestar que gozan unos pocos, puede sufrir enormes modificaciones con el conocimiento abierto de las decisiones que surgen de estos foros y que deberí­an tomarse en democracia. Cuando una pequeña elite, con semejante acumulación de poder y riqueza se reúne a deliberar, no debe hacerse con el hermetismo en que acontece, el mundo en su actual figura de miseria y carencias, merece una explicación de lo que ellos tratan. No es necesario ser futurólogo para predecir que lo contrario solo traerá nuevos, más cruentos y frecuentes enfrentamientos y estos no serán ya, entre extremistas o terroristas y gobiernos, sino entre ciudadanos esclarecidos y grupos privilegiados que, lejos de toda convicción democrática, determinan la vida, libertad y derechos de millones.

“Que algunos activistas tengan a Bilderberg en la mira no sorprende a Alasdair Spark, experto en teorí­as conspirativas.
“La idea de que una camarilla en las sombras está manejando al mundo no es nueva. Por cientos de años la gente ha creí­do que el mundo es gobernado por un conciliábulo de judí­os”, indica.
Y concluye: “¿no debemos esperar que los ricos y poderosos organicen las cosas según su propio interíés? Creo que eso se llama capitalismo”. (BBCMundo.com – 1/9/04)

Lo que es bueno para los bancos y los grandes negocios es bueno para el bienestar de la humanidad, así­ piensan la mayorí­a de los lí­deres actuales del mundo Occidental, financieros y estrategas de la polí­tica exterior que asisten a Bilderberg y desde ese punto de vista, se reúnen para pulir y reforzar un acuerdo general virtual, que consolide esta ilusión de la globalización, definida bajo sus condiciones.


*Abogado. Director de Formación y miembro del Comando Táctico Regional (CTR) del MVR en el Edo. Bolí­var. jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com, juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar