CLAUDI Pí‰REZ - Madrid - 13/01/2009
A la crisis global hay que sumar una crisis particular de la economía española -con el reventón de la vivienda y el díéficit exterior como grandes fantasmas- que hace saltar algunas alarmas a las primeras de cambio. Los mercados castigan a la economía española desde hace meses por esa razón: el Estado debe pagar más intereses por la deuda pública que otros países ante las expectativas de deterioro de las finanzas públicas. La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P) echó ayer más leña a ese fuego: amenazó con rebajar el rating de España ante las perspectivas de que el "muy díébil" crecimiento económico se torne en un "sustancial empeoramiento" de las finanzas del Estado por los planes anticrisis del Gobierno.
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La agencia cree que el díébil crecimiento hará empeorar las finanzas públicas
La reacción de los mercados fue fulminante: el diferencial del bono español con el alemán -un indicador clave para medir la confianza en la economía española- escaló hasta máximos desde 1997.
La deuda española a 10 años se pagaba ayer al 3,92%. El bono alemán, al 2,99%. El diferencial -que se ha ido ensanchando a medida que avanzaba la crisis- remite a la confianza de los inversores en uno y otro país. La amenaza de S&P empeora las expectativas en el caso español. Malas noticias en un contexto en el que las medidas anticíclicas del Gobierno exigen más deuda pública para tratar de suavizar el parón.
La recesión está a la vuelta de la esquina y durará varios trimestres. Y sus consecuencias, según S&P, serán graves: "Un crecimiento potencial más díébil y a la vez un sustancial y prolongado empeoramiento de las finanzas públicas". La decisión final de S&P llegará en las próximas semanas, por lo que el Ejecutivo resaltó ayer que la deuda española sigue teniendo la máxima calificación. Pero el daño ya está hecho: la deuda se pagó más cara desde instantes despuíés de conocerse el informe. Fuentes de Economía confiaron en que al final no se produzca la rebaja e insistieron en que el plan anticrisis persigue, precisamente, "superar los desequilibrios de la economía [que pone de manifiesto S&P] y asegurar un crecimiento sostenido".
"España tiene un sector público más saneado que otros países del entorno, y no parece normal que sea destinataria de la primera amenaza seria de rebaja de rating", criticó ayer Pablo Guijarro, de AFI. El coste de la deuda es aún superior en Grecia, Portugal, Irlanda o Italia, países muy castigados por la crisis y con una situación de partida más deficiente, pero que no han recibido ningún toque de atención por parte de las agencias de calificación, cuyo papel se ha puesto en entredicho en esta crisis. Las últimas rebajas de rating han sido para economías como Rusia o Argentina. "Los mercados están dictando sentencia, pero la decisión de S&P mete más cizaña", a juicio de Guijarro.