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Autor Tema: 5 razones para ser (moderadamente) optimista ahora mismo  (Leído 570 veces)

vuala

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5 razones para ser (moderadamente) optimista ahora mismo
« en: Marzo 25, 2020, 06:43:18 pm »
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5 razones para ser (moderadamente) optimista ahora mismo
Vicente Varo
24 de marzo de 2020

Cuesta horrores ahora mismo poner la palabra "optimista" en un titular. He pensado en cambiarla por "tener esperanza", por "ser positivo" y otras combinaciones. Primero, por el drama de la propia enfermedad que nos está golpeando. Seguro, por el impacto tan negativo que va a generar en nuestras economías y nuestras finanzas a corto plazo y esperemos que no a medio y largo plazo.

Pero me he forzado. Realmente creo que hay motivos para ser optimista en esta situación, quizá influido por el post de Alex Fusté de esta mañana, quizá también por el fuerte rebote que hemos vivido hoy en la bolsa. Eso sí, para no pasarme he añadido la palabra moderadamente entre paréntesis, aunque sea sólo por respeto a la gente que peor lo está pasando.

Bueno, vamos con ello:

1. Vuelven los atascos en China
Vale, así planteado no invita al optimismo, pero sí lo que implica. Esta mañana he escuchado a Alsina en sus imprescindibles monólogos de las 08.00 de la mañana (siempre lo son, pero en esta crisis debería meterse entre las medidas extraordinarias obligatorias) que había un periodista del Wall Street Journal en Beijing que había tuiteado que estaba feliz porque había vuelto a ver un atasco.  Imagino que sería Stu Woo.



Fidelity ya nos había mostrado en su blog en Finect la semana pasada indicadores de cómo estaba volviendo poco a poco la actividad industrial y de consumo al gigante asiático.

Según las cifras oficiales, prácticamente han dejado de tener contagios y fallecidos.

Aunque ahora todo nos parezca imposible, porque aquí estamos en el puro fango ahora, allí también estuvieron así y empiezan a ver la luz de nuevo .

Ya, ya... Ya sé que una autarquía tiene más capacidad de convencer a los ciudadanos de quedarse en sus casas y esto les ha permitido salir más rápido del agujero. Pero antes o después acabaremos llegando a esos puntos si es necesario en las democracias occidentales. Yo espero que no sea necesario y que las medidas que ya estamos tomando en Occidente empiecen a dar resultados.

2. Respuesta absolutamente bestial de los bancos centrales, sobre todo la Fed
Se puede criticar de muchas cosas a los bancos centrales, de muchas muchísimas. Pero creo que, especialmente, la Fed ha ido totalmente por delante del resto de los agentes económicos y políticos en esta crisis. No le ha temblado el pulso. Ha ido ampliando cada vez más su paquete de medidas hasta llegar a la histórica decisión de esta semana: compras infinitas. El BCE ha vacilado mucho más. Empezó vacilante Lagarde pero ya se han desatado también con el plan de 700.000 millones de euros. Y lo mismo Banco de Inglaterra, Banco de Japón...

Además, estas últimas semanas estamos viendo mucha coordinación entre ellos, que se echaba de menos a principios de la crisis.

Realmente, creo que ha sido la reacción más bestial y potente que hemos visto nunca. Y, probablemente, haya servido ya para evitar un auténtico desastre en el mercado de renta fija corporativa y, por extensión, en la banca.

Otra cosa es el coste a largo plazo de estas medidas, que lo habrá sin duda. Pero lo primero es atajar la tremenda hemorragia del enfermo. Y creo que han aplicado el vendaje con mucha fuerza.

Ahora falta una reacción más contundente de los gobiernos, tanto en la contención (sobre todo EEUU y Reino Unido), como en el plano económico con planes de inversión (especialmente el alemán) y reducción de impuestos, que realmente a nivel económico está siendo más lenta. Pero creo que acabará llegando y con contundencia. A mí la suspensión del pacto de estabilidad por esta emergencia me ha parecido una muy buena noticia. Si no, se nos iban a disparar los déficits todavía más a largo plazo.



3. 'Match ball' salvado en el mercado de bonos
Aunque todos nos fijamos mucho en las bolsas, donde los desplomes están siendo salvajes y a toda velocidad, creo que el momento más delicado que hemos tenido en este último mes en los mercados financieros se ha vivido en los bonos corporativos.

A mediados-finales de la semana pasada llegaron a romperse casi por completo los mercados de renta fija de empresas. Sobre todo en las de menor calidad crediticia, y en particular en energía, pero la escalada de tensión llegó incluso a títulos de compañías con buenas calificaciónes. Cuentan los gestores que desaparecieron literalmente los compradores de mercado, que se intentaba deshacer una posición y no había manera. Que se estaban valorando las posiciones a precios por debajo de mercado, por criterios de prudencia, ante la gravedad del asunto.

Aparentemente, el bazuca de los bancos centrales ha calmado esas aguas. La salida en tromba a comprar bonos ha sido providencial y salvadora. No es que ahora estén llenas de peces, peor la histeria que se vivió durante algunas sesiones entre los operadores parece haberse suavizado.

Parece que poco a poco se tiende a una vuelta a la normalidad, dentro de la situación de excepción que vivimos.

4. Comportamiento 'razonable' entre los inversores en fondos

Una de las noticias que más me está sorprendiendo en estas semanas es que el inversor español en fondos no está abandonando la renta variable a lo loco con este pánico bursátil.

Me baso en lo que viene comentando Fernando Luque, de Morningstar, en Twitter, donde viene actualizando diariamente los flujos de entradas y salidas en fondos.

Como se puede ver en la de hoy, estamos resistiendo bastante bien.



Aquí confieso que me entrego a la versión más optimista... Al clavo ardiente de que igual hemos mejorado nuestra forma de invertir y realmente miramos más a largo plazo. Porque la otra versión, la pesimista, sería que todavía no hemos llegado al punto en que el inversor pierde toda esperanza y vende como si no hubiera un mañana.


5. Muchos juntos contra un enemigo común
Excepto algunos políticos, los menos, creo que realmente la humanidad se ha unido como nunca contra un enemigo común. Se puede mejorar en muchos sentidos, sin duda, pero pocas veces se ha visto a tanta gente luchando en la misma dirección contra una misma causa. Curiosamente, contra un maldito bichejo.

A veces esta carrera se está dando compitiendo entre países, por ejemplo en los laboratorios científicos que buscan tanto una cura como una vacuna para el futuro. Pero también la competencia y el interés por ser los primeros en obtener el remedio es una forma de colaborar, aunque no lo parezca. Espero, y aquí vuelvo quizá a pecar de optimista, ya lo sé, que no tardemos en alcanzar una solución.

Resumen
Sinceramente, se me ocurren tantos motivos como estos o más para ser pesimista, empezando por la desoladora realidad desde el punto de vista de salud que vivimos a nuestro alrededor. Pero quizá muchas de ellas ya están recogidas en los mercados tras la bestial caída que hemos visto...

Quizá otras muchas todavía no estén descontadas. Por eso hay que ser muy prudente en estos momentos. Y no asumir más riesgo del que podemos asumir ahora mismo en nuestras carteras. Lo primero que he hecho yo en mi situación, de hecho, ha sido intentar meter más muelles en mi colchoncito financiero de seguridad, porque la cosa va a estar bien difícil unos meses. Pero fuera del colchón, en mi cartera sí he empezado a aumentar un poco más la inversión en renta variable.

Y vaya, que ya tenemos mucha información para ser pesimistas a nuestro alrededor, aunque sea sólo por poner algo en el otro lado de la balanza, espero que os sirva este post.

Por cierto, durante estos días, hemos estado hablando con numerosos de gestores, economistas y asesores en entrevistas que hemos ido subiendo a nuestro canal de Youtube. Está siendo una de las formas en las que intentamos aportar nuestro granito de arena para que tengamos mejor información que nos ayude a tomar mejores decisiones y lo más alejada posible de las emociones.