Por... Jeffrey A. Miron y Erin Partin
De acuerdo con nuevos reportes, el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin, indicó que el gobierno de EE.UU. tendrá una participación accionaria en las aerolíneas, como condición necesaria para el rescate de $58 mil millones de la industria que está contemplado en el paquete de apoyos por COVID-19 de $2 billones (“trillions” en inglés).
Desde una perspectiva, la participación en el capital puede parecer apropiada; si los accionistas de las aerolíneas obtienen una gran transferencia del gobierno, ¿no se les debe pagar a los contribuyentes (por venderles acciones apreciadas) una vez que las aerolíneas se recuperen?
Sin embargo, desde otra perspectiva, la participación accionaria es preocupante; convierte al gobierno en propietario directo de una industria privada. El capitalismo de compadres y las regulaciones dudosas seguramente vendrían después.
La forma de conciliar estas preocupaciones es evitando el rescate.
Sí, las aerolíneas pueden reclamar, con cierta razón, que el gobierno contribuyó a su desgracia (por ejemplo, cancelando los viajes a otros países).
Pero muchas industrias pueden tener argumentos similares. Establecer una compensación adecuada para todos los sectores sería difícil, costoso, y probablemente generaría enormes desigualdades en función de qué industrias tienen mayor influencia política.
¿Por qué no evitar todos estos problemas y riesgos tan desordenados, y dejar que los contribuyentes se queden con su dinero?