INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: La crisis mete a los estados en la banca: ¿solución al caos financiero?  (Leído 672 veces)

Zorro

  • Administrador
  • Excelente participación
  • *****
  • Mensajes: 88.185
  • Karma: +35/-39
  • Sexo: Masculino

La crisis mete a los estados en la banca: ¿solución al caos financiero?


ALBERTO CAí‘ABATE
Invertia.com

 El protagonismo de los Estados en el sistema financiero global se multiplica de forma exponencial en el transcurso de cada jornada. Desde la nacionalización en septiembre de 2007 del británico Northern Rock a la nueva ayuda de EE UU a Bank of America. Bancos de inversión o comerciales, todos sin excepción, precisan de la ayuda de los Gobiernos para sobrevivir o para ser competitivos. Una espiral cuyo desenlace es aún un misterio. Consulta las nacionalizaciones bancarias del Siglo XXI. 

No ha sido preciso que las fuerzas policiales entren en las sedes de los bancos, como sucedió en 1987 en el Perú del presidente Alan Garcí­a, para que los Gobiernos adquieran un papel protagonista en su devenir más inmediato. Tampoco una intervención general al estilo Mitterrand en la Francia de 1981. Ese año, el que fuera presidente ganó las elecciones con su ruptura del capitalismo, que consistí­a en la nacionalización de la banca y la gran industria.

En el caso actual, las claves de la crisis financiera han sido la mala gestión del riesgo y la avaricia de los mandamases de la banca, junto a polí­ticas monetarias demasiado expansivas en el tiempo. Tal y como sucedió en Suecia y Japón a principios de la díécada de los 90. En ambos paí­ses, el exceso de críédito generó burbujas inmobiliarias y bursátiles que, al estallar, se volvieron contra los balances de la banca. Para tapar las píérdidas de unas polí­ticas irresponsables, las entidades financieras pidieron dinero. En ese punto, los Gobiernos jugaron un papel primordial. Suecia de forma inmediata y Japón de manera dilatada en el tiempo.

Las medidas de los Estados para aplacar la mayor crisis desde la Gran Depresión tienen diferentes variables, que van desde la nacionalización total hasta la aportaciones de avales para las emisiones de deuda, pasando por las inyecciones de capital a cambio de acciones preferentes, la compra de acciones ordinarias sin participación en los órganos de gestión y la adquisición de activos para mejorar las condiciones de liquidez. Todo ello con un solo fin: que los bancos presten dinero a las familias y las empresas para impulsar la economí­a.

Los analistas coinciden en que la recuperación de los bancos no se producirá hasta que saquen brillo a su balance, es decir, hasta que concluyan el proceso de desapalancamiento. “Mientras que está claro que la industria bancaria necesita limpiar su balance, está menos claro y menos documentado cuánto durará el proceso de desapalancamiento”, comenta Robert Quinn, estratega de Standard & Poor´s Equity Research.

En este sentido, los bancos europeos necesitarán al menos tres años con un crecimiento normalizado para reconstruir sus fondos propios por la ví­a de la generación interna o, en cambio, requerirá inyecciones de capital inmediatas de accionistas o Gobiernos europeos por 150.000 millones de euros, estima el analista de la firma de calificación crediticia. “Creemos que la mayorí­a del capital vendrá de fuentes públicas”, expresa el analista de bancos Derek Chambers. “En un momento de gran regulación y nacionalizaciones parciales, algunos bancos europeos de la nueva era tendrán un perfil de inversión más parecido al de una elíéctrica”.

Para financiar el multimillonario respaldo al sistema financiero y administrar el estí­mulo fiscal de las economí­as, los Estados se han embarcado en una avalancha de emisiones de deuda al mercado. Con el inconveniente de que la crisis ha generado desequilibrios en la financiación de economí­as como la española, muy dependiente de la inversión externa y con unas perspectivas de crecimiento económico muy negativas. Si S&P decide al final rebajar la calificación de la deuda de España, ahora en triple A, el coste de las ayudas al sistema financiero será mayor para el contribuyente.

EE UU, origen de la crisis y su resolución

La operación de rescate del Gobierno de EE UU al sistema financiero se fundamenta en un plan (Troubled Asset Relief Program, TARP) de 700.000 millones de dólares, aunque su destino final aún no está del todo claro. De momento, ya se ha usado la mitad, mientras que el Senado aprobó este viernes que Barack Obama, presidente electo, pueda usar el resto. El programa nació para ser usado en la compra de activos ilí­quidos de los balances de la banca, pero el secretario del Tesoro, Henry Paulson, cambió de idea y optó en noviembre por destinarlo a inyectar capital directamente a la banca con la compra de acciones preferentes.

En pocos meses, la configuración de las finanzas estadounidenses ha dado un giro de 360 grados. La banca de inversión ha prácticamente desaparecido, con la quiebra de Lehman Brothers como estilete. Bank of America ha recibido esta madrugada una inyección de capital de 20.000 millones de dólares y otros 118.000 millones en garantí­as contra activos tóxicos para que complete la integración de Merrill Lynch, a la que tuvo que absorber para salvarla del desastre.

Esta es la segunda ayuda que recibe Bank of America. En la primera, la Administración Bush invirtió 25.000 millones en este banco (con Merrill Lynch), Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo (y Wachovia), 10.000 millones en Morgan Stanley y Goldman Sachs y lo que falta hasta 250.000 millones en el resto del sistema financiera. En resumen, según los cálculos de Moody´s, el equivalente al 25% de la totalidad del capital en acciones del sistema bancario estadounidense”. Con la emisión de estas acciones preferentes en favor del Estado, la participación pública en Bank of Amíérica es del 16%, en JP Morgan, del 15,4% y en Morgan Stanley, del 20%.

Junto a estas ayudas, el Gobierno de EE UU ha salvado de la quiebra con una inyección de 200.000 millones de dólares a las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, dos entidades que garantizan la mitad de la deuda hipotecaria del paí­s, un mercado estimado de alrededor de 12 billones de dólares. Además, entre otros, la Fed tomó el año pasado el 80% del capital de la aseguradora AIG con una inyección de 85.000 millones de dólares. Indymac, la la segunda hipotecaria privada estadounidense con 32.000 millones de dólares bajo gestión, tambiíén cayó bajo la tutela del Estado americano con una inversión de entre 4.000 y 8.000 millones de dólares.

La UE, unida desde noviembre para salvar a la banca

Para combatir la falta de liquidez en el sistema y el menoscabo de la solvencia de las entidades, los de la Eurozona pactaron la refinanciación bancaria con ayudas públicas. Una decisión necesaria, según las distintas instituciones y analistas, pero que traí­do consigo cierta políémica por la situación de competencia desleal que se genera, sobre todo para aquellas entidades que se vanaglorian de haber estado más preparadas para campear mejor el temporal. Algo de que lo que presumen los bancos españoles.

“Hace unas semanas”, señaló un mes despuíés de aprobar el plan la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, “el principal objetivo de las recapitalizaciones era salvar a los bancos afectados por las difí­ciles condiciones del mercado o con riesgo de insolvencia [...] ahora, los bancos sanos pueden necesitar capital, no para sobrevivir, sino para conceder príéstamos suficientes”, recogieron las agencias.

Sea para la finalidad que sea, el mercado pide a la banca unos ratios de solvencia (core capital) por encima del 7%, algo de lo que no puede presumir ninguna entidad financiera española cotizada excepto Santander, que en el último trimestre de 2008 amplió capital por 7.000 millones de euros. “El debate acerca de los ratios de capital acaba de comenzar en España”, comenta UBS, que añade que las entidades nacionales tienen una solvencia inferior a la de la competencia europea.

De momento, el Gobierno español ha lanzado medidas de limitado alcance si se comparan con las practicadas en otros puntos del planeta, aunque tambiíén se trata de una intervención directa del Estado en la banca para que conceda príéstamos a los diferentes actores de la economí­a. Las acciones se resumen en la compra de activos hipotecarios por 50.000 millones a travíés del Fondo de Adquisición Temporal de Activos (FAAF) y el aval por hasta 100.000 millones de emisiones de deuda.

Alemania

Alemania, principal economí­a de Europa, ha concentrado gran parte de los salvamentos bancarios practicados por las instituciones públicas. En total, el paí­s teutón destinará 470.000 millones de euros al rescate de las entidades, de los que 70.000 millones se destinarán a dotar a la banca de capital, mediante, por ejemplo, la adquisición de paquetes accionariales.

La última y más sonada actuación del Gobierno de Angela Merkel ha sido la nacionalización parcial del segundo banco alemán, Commerzbank, que ahora ultima la adquisición de Dresdner Bank. El Fondo para la Estabilización del Mercado Financiero (SoFFin) inyectó 10.000 millones de euros a cambio del 25% de las acciones, por lo que el Estado se convierte en su primer accionista, mientras que la solvencia del banco asciende al 10%. Esta ayuda se suma a los 8.200 millones concedidos a finales de 2008.

Deusche Bank, que esta semana presentó píérdidas anuales de 3.900 millones de euros, puede ser el siguiente. “La mala situación del mercado y las malas perspectivas económicas para Alemania nos hacen tener muchas dudas sobre el futuro de la entidad”, comenta Inverseguros. Aun más cuando Deutsche Post, participada por el gobierno alemán en un 30%, podrí­a adquirir una participación minoritaria en Deutsche Bank tras revisar el acuerdo de venta de su filial bancaria Deutsche PostBank al mismo Deutsche Bank. “Este hecho pondrí­a aún más de manifiesto la necesidad de la entidad de obtener un apoyo externo para mejorar su situación”, dice la firma de análisis.

Los rumores de mercado tambiíén apuntan a que Hypo Real Estate, que ya recibió una ayuda por parte del gobierno y otros bancos de 50.000 millones de euros y unos 30.000 millones en garantí­as estatales para pedir más príéstamos, podrí­a ser nacionalizado, comentaron el miíércoles fuentes parlamentarias y empresariales. “Está claro que la base de capital del banco está siendo presionada”, recogen las agencias de fuentes anónimas. “Sólo el dinero del Gobierno podrí­a reparar sus andrajosas finanzas”.

Los bancos regionales HSH Nordbank y WestLB acudieron tambiíén al plan de rescate gubernamental. Previamente ya habí­a solicitado ayuda el BayernLB.

Francia

Por su parte, destinará hasta 320.000 millones para garantizar los príéstamos entre entidades y fomentar así­ el mercado crediticio. Además, invertirá hasta 40.000 millones con los que el Estado podrí­a entrar en el capital de las entidades. De momento, el Estado galo ha usado 10.500 millones de euros en una inyección de capital a los seis grandes bancos del paí­s para que concedan nuevos críéditos.

Reino Unido

El Gobierno británico fue el primero en anunciar medidas de urgencia para salvar a sus bancos de la quiebra. Ya en 2007 nacionalizó el hipotecario Northern Rock tras quedarse sin liquidez (se financiaba a corto plazo para prestar a largo), pero el plato fuerte se repartió el 14 de noviembre de 2008: la Administración Brown destinó 46.000 millones de euros para evitar la quiebra de las tres grandes entidades del paí­s: Royal Bank of Scotland (RBS), HBOS y Lloyds, estos dos últimos en proceso de fusión.

Los socios de RBS dieron en junta su visto bueno a la medida para incrementar su liquidez en 20.000 millones de libras, 25.000 millones de euros, y reforzar sus ratios de solvencia. De esta manera, el Estado pasará a ostentar el 60% de la entidad, mientras que los antiguos dirigentes (Tom McKillop y Fred Goodwin) abandonarán sus cargos. HBOS y Lloyds ampliarán capital en 17.000 millones de libras, por lo que el Estado tomará una participación del 43,5% tras la fusión.

Irlanda

Al igual que su paí­s vecino, el Gobierno irlandíés se vio forzado a intervenir de forma directa en las tres principales entidades financieras. Aunque la situación se agravó de forma sustancial esta semana, cuando el Ejecutivo de Dublí­n se vio obligado a nacionalizar el Anglo Irish Bank por su díébil posición de fondos y los problemas que arrastra con críéditos relacionados con el sector inmobiliario. Además, Irlanda inyectó 2.000 millones en Allied Irish Bank y Bank of Ireland a cambio de acciones preferentes con un cupón anual del 8%, inferior al 12% acordado entre la banca y el Tesoro en Reino Unido.

Benelux

Fortis, ING, Dexia y KBC, tres de los gigantes financieros del centro de Europa, han recibido diferentes ayudas por parte de los Gobiernos de Bíélgica, Holanda y Luxemburgo. Algunas, sólo para reforzar la solvencia. Otras, para evitar la quiebra. Una de las ví­ctimas de este proceso fue la dimisión en bloque del Gobierno belga, acusado de presionar a los jueces para que permitiesen la venta de los negocios a BNP Paribas sin la consulta a los accionistas.

El primero, socio de Santander en la compra de ABN Amro, quedó bajo control público en septiembre de 2008 tras inyectar esos tres paí­ses varias decenas de miles de millones de euros a cambio del 49% del capital. Ahora, los accionistas de Fortis han sido convocados en Asamblea General Extraordinaria los próximos 11 de febrero en Bruselas y 13 de febrero en Utrecht (Holanda) para pronunciarse sobre la venta de su negocio en Bíélgica y Holanda a BNP Paribas.

ING, por su parte, recibió una inyección de capital estatal de 10.000 millones de euros, la mitad de lo que el Gobierno de Holanda tiene previsto destinar en forma de ayuda a las entidades financieras. Dexia fue rescatado de la quiebras por los gobiernos del Benelux y Francia con la garantí­a de los príéstamos y emisiones del grupo hasta un total de 4.500 millones de euros. Previamente, ya recibió 6.400 millones mediante una ampliación de capital. Junto a estas actuaciones, el Gobierno belga metió 3.500 millones de euros en el banco KBC a cambio de acciones preferentes con un cupón del 8,5% y la entrada de dos representantes en el consejo.

Portugal

El paí­s vecino nacionalizó en noviembre a la pequeña entidad Banco Portuguíés de Negocios (BPN) debido a que se encontraba en una situación financiera al borde de la quiebra, debido a errores de gestión. A partir de ahí­, la gestión del banco fue asumida por la estatal CGD, con Francisco Bandeira. La prensa lusa especula que la actual administración del banco ha propuesto al Gobierno la venta de sus sucursales al Montepí­o Geral y la de sus servicios centrales al español Banco Sabadell.

Islandia

El pequeño islote del norte de Europa se convirtió por unos dí­as en el gran protagonista de la información económica ante la posibilidad de que sus cuentas públicas entrasen en quiebra. Las ayudas económicas recibidas del FMI, Rusia y Suecia le permitieron obtener recursos para salvar a su quebrado sistema financiero, encabezado por las firmas Kaupthing, Glitnir y Landsbanki. La deuda de la banca islandesa equivale a 12 veces la riqueza del paí­s.

Suiza

UBS, el mayor banco del paí­s helvíético, no pudo resistir sin el respaldo del Gobierno los cerca de 50.000 millones de dólares en píérdidas de balance, gran parte relacionadas con activos relacionados con las hipotecas subprime. Tras levantar 31.700 millones de dólares en ampliaciones de capital de manos privadas, el Banco Nacional de Suiza se hizo cargo en octubre del ejercicio pasado de 60.000 millones de dólares (44.440 millones de euros) en activos tóxicos, que pasarán a estar bajo la tutela de un fondo especial que será totalmente controlado por la entidad pública.

Además, Suiza inyectó unos 4.000 millones de euros a travíés de un príéstamo de conversión obligatoria, que equivale al 9,3% del capital de la entidad. Los accionistas de UBS aprobaron en noviembre el plan de rescate, que permitirá reducir casi a cero su exposición a activos tóxicos, frente a los 44.200 millones que muestran las cuentas de los seis primeros meses de 2008.
 
 
 
   
 


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.