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Autor Tema: El Gobierno prevíé un rebote muy complicado de la economí­a en 2010  (Leído 437 veces)

Zorro

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El Gobierno prevíé un rebote muy complicado de la economí­a en 2010

Publicado en Expansión por David Gracia

El estado acumulará un agujero extra de 30.000 millones en 2009, con los que sólo podrá salvar del desempleo a unas 230.000 personas en tres años. el paro se adueña de la legislatura.

La psicosis financiera borra rápidamente cualquier previsión. Al igual que las intenciones polí­ticas. El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, que en septiembre insistí­a que “en ningún caso” llegarí­a España a vivir una recesión, aceptaba ayer la mayor de la historia reciente. La economí­a nacional se enfrenta a un escenario “extremadamente difí­cil”, pero en 2010 volverá a repuntar “con fuerza” y “recuperará su crecimiento potencial”, prevíé ahora el Ejecutivo.

Esa fortaleza se traduce, según los números de La Moncloa, en un crecimiento del 1,2%, un avance del consumo privado del 0,7% y una creación de empleo de sólo el 0,2%. “En ningún caso llegaremos a cuatro millones de parados”, replica Solbes a las voces más agoreras. Pero en ningún caso tampoco, las previsiones del Gobierno ofrecen la garantí­a de que el paro deje de afectar a tres millones de personas. Al menos, durante lo que queda de legislatura –para ello, la tasa de paro deberí­a volver a situarse en el entorno del 11% ó 12%–.

Solbes juega ahora al equilibrio. A corto plazo prefiere quedarse en la banda de previsiones más pesimistas. Pero a medio plazo, deja terreno para un triple salto sobre la cuerda. El director del servicios de estudios de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), íngel Laborda, considera que el Ministerio de Economí­a ha sido realista en 2009, pero admite que es “imposible” una recuperación como la que Solbes propone en 2010.

El lastre de la recesión, la mayor desde la díécada de los cincuenta, es demasiado pesado. El mediático Plan E, de estí­mulos económicos, parece demasiado corto para reflotar la agoní­a del mercado laboral. “Sus efectos se sentirán plenamente en los próximos meses”, afirma el Gobierno. Pero sus cifras arrojan un balance algo más pobre. El Estado engordará su díéficit este año en 30.000 millones de euros más, hasta superar los 65.000 millones (5,9% del PIB).

Pero este importante esfuerzo en el gasto público sólo logrará recortar un punto la tasa de paro durante los próximos tres años (seguirá en el 15% en 2011). O lo que es lo mismo, salvar del desempleo a unas 230.000 personas –tomando como referencia la población activa en 2008, de 22,9 millones de personas–.

Solbes advierte signos positivos en el patrón económico. Entre otras cosas, argumenta que, una vez se recupere la senda de crecimiento, España dependerá menos del sector de la construcción, habrá conseguido reducir su deuda frente al exterior y gozará de un escenario de precios más estable. Siempre que la bestia del mercado energíético, el petróleo, continúe hibernando.

Pero los desequilibrios de la recesión parecen más acuciantes. España tardará, al menos, cuatro años para rebajar de los tres millones el número de parados. Y un periodo similar necesitará para devolver las finanzas públicas a un tono saludable. España ha roto por primera vez el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que marca Bruselas y el díéficit estimado para 2009 duplica el lí­mite permitido por la Comisión.

En septiembre, Solbes aseguraba en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2009 que si España se enfrentara a un díéficit fiscal mayor del 3%, la “prioridad” serí­a “recortar el gasto”. Pero al igual que las previsiones de crecimiento, el vendaval financiero ha enturbiado los objetivos de La Moncloa. “Es difí­cil reducir los gastos en un apartado distinto al de la inversión pública. Los Presupuestos ya estaban muy ajustados”, sentenciaba ayer.

Retraso en las reformas estructurales
Para recuperar el impulso de la economí­a, es “imprescindible continuar con las reformas estructurales”, reiteró ayer hasta en tres ocasiones el vicepresidente económico, Pedro Solbes. Aunque reconoció que “la acumulación de tareas” ha retrasado la convocatoria de la mesa de partidos que, supuestamente, deberá consensuar esas reformas.

Pese a los mensajes, el Gobierno todaví­a no tiene muy claras cuáles serán esas reformas estructurales. “Deberí­amos debatir algunos asuntos como la nueva Directiva de Servicios”, dijo Solbes, que no dio más detalles. Ideas no le faltan, porque en los últimos años la Comisión Europea, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) han recomendado, sin mucho íéxito, emprender algunas de calado. Entre ellas, la revisión del sistema de pensiones, la flexibilización del mercado de trabajo, la apertura de los mercados más regulados o la transformación del mercado del alquiler.



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