El Wall Street Journal informa que los funcionarios de la Reserva Federal consideran las tasas de interés negativas como un último recurso, y uno remoto, para estimular la economía de la recesión inducida por COVID.
El problema resurgió hace unos días cuando los mercados de futuros comenzaron a moverse en la dirección que señalaba las expectativas de que la tasa de fondos federales caería por debajo de cero para fin de año.
Los banqueros centrales han declarado que prefieren usar las mismas herramientas que se usaron después de la crisis financiera de 2008, incluida la compra de valores a largo plazo y orientación explícita sobre el tiempo que planean comprar activos y mantener las tasas bajas. También han discutido combinar estos enfoques con rendimientos vinculados a los valores del Tesoro.
Los bancos centrales en Europa y Japón empujaron las tasas a corto plazo en territorio negativo en los últimos años con resultados mixtos.
Un disuasivo importante contra las tasas negativas en los EE. UU. Es la posible interrupción del sistema financiero debido a la dependencia significativa de los fondos mutuos del mercado monetario por parte de los mercados de financiación a corto plazo.
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