Bloomberg
Para las dos economías más grandes del mundo, una nueva ronda de aranceles y sanciones sería otro obstáculo a vencer justo en el contexto de la pandemia de COVID-19.
A medida que los lazos entre Estados Unidos y China se han deteriorado desde que se desató la pandemia de COVID-19, la 'fase uno' del acuerdo comercial que firmaron en enero ha servido como una pieza clave en la relación. Ahora eso también se podría venir abajo.
El presidente Donald Trump, quien ha culpado repetidamente a China por la propagación del virus SARS-CoV-2 en un año de elecciones, dijo el jueves que el acuerdo comercial de la primera fase "significa menos para mí ahora que cuando lo firmé".
Su declaración se dio después de que EU ordenó el cierre del consulado de China en Houston por espionaje y robo de propiedad intelectual, lo que llevó a Beijing a tomar represalias el viernes al ordenar a los diplomáticos estadounidenses que abandonen su consulado en Chengdu.
"El acuerdo comercial de fase uno entre Estados Unidos y China pende de un hilo", aseguró Eswar Prasad, quien una vez dirigió el equipo de China en el Fondo Monetario Internacional, y ahora está en la Universidad de Cornell.
"China tiene un incentivo para evitar que el acuerdo comercial con Estados Unidos se desmorone, incluso cuando la relación bilateral se vuelve más tóxica: para tratar de limitar el daño a su recuperación económica", agregó.
La administración Trump ha subido repetidamente la apuesta en su esfuerzo por presionar a China, desde la imposición de aranceles punitivos, castigar a Huawei, hasta cerrar el consulado, uno de los peores golpes para las relaciones diplomáticas en cuatro décadas de relaciones. El secretario de Estado, Michael Pompeo, ha lanzado la lucha en términos ideológicos, diciendo el jueves que "proteger nuestras libertades del Partido Comunista Chino es la misión de nuestro tiempo".
La retórica acalorada provocó compras de pánico en China este viernes, con el Índice CSI 300 cayendo 4.4 por ciento al cierre, mientras que el Índice ChiNext bajó 6.1 por ciento, la mayor cantidad desde el 3 de febrero. El yuan de China cayó a su punto más débil desde el 8 de julio.
A China le conviene mantener trato intacto
Para China, el acuerdo comercial con EU sirve como amortiguador importante para su propia recuperación económica. La tregua comercial acordada en enero levantó la amenaza de mayores aranceles a las exportaciones chinas, un factor crítico dado el colapso de los envíos provocado por la pandemia de COVID-19. Tanto las exportaciones como las importaciones mejoraron en junio, ayudando a consolidar una recuperación más amplia en la segunda economía más grande del mundo.
"China está trabajando muy duro para cumplir sus promesas", comentó Jiang Yuechun, investigador principal del Instituto de Estudios Internacionales de China en Beijing, un instituto de investigación conectado con el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Siempre decimos que las relaciones económicas son en realidad el lastre en la relación China-EU. Ahora ese lastre se está volviendo cada vez más débil, y es por eso que ahora el 'barco' de China-EU sube y baja".
En la firma de la 'fase uno' del acuerdo comercial, realizada en enero y en la que China se comprometió a gastar 200 mil millones de dólares para cerrar el desequilibrio comercial, Trump afirmó que las naciones estaban "corrigiendo los errores del pasado". A pesar de que la pandemia retrasó a China en las compras planificadas, el presidente de EU mantiene su respaldo al pacto. En junio, después de que uno de sus asesores hizo comentarios que indicaban que el acuerdo estaba en peligro, Trump tuiteó que estaba "completamente intacto".
Una razón por la que el pacto se ha mantenido es porque los funcionarios económicos en Washington y Beijing son más pragmáticos en su enfoque debido a las consecuencias económicas en juego, consideró Louis Kuijs, jefe de Asia Economics en Oxford Economics en Hong Kong.
"En comparación con la diplomacia y las relaciones internacionales, la cartera económica está en manos de personas menos agresivas en ambos lados", agregó Kuijs. "Cuanto más se deterioran las relaciones generales, más importante es el acuerdo comercial como el área donde las dos partes interactúan y discuten las cosas de manera relativamente constructiva, proporcionando así un camino estrecho para mantener el diálogo entre las dos economías más grandes del mundo".
Los bancos globales y los administradores de activos están aumentando las inversiones en China, incluso en medio de las tensiones políticas. JPMorgan Chase recibió 'luz verde' en junio para asumir la propiedad total de su unidad de futuros de China, mientras que Morgan Stanley y Goldman Sachs obtuvieron en marzo la autorización para tomar el control mayoritario de sus empresas.
El presidente Xi Jinping ha hecho llamamientos personales a las compañías extranjeras para que se queden en China, diciéndole a los CEO globales en una carta este mes que su gobierno buscaría "proporcionar un entorno comercial más sólido para los inversores chinos y extranjeros".
Su administración también se ha resistido a imponer sanciones a una amplia gama de empresas estadounidenses a pesar de que hace más de un año amenazó con publicar una lista de "entidades poco confiables".
Temperamentos difíciles
Al cerrar el consulado estadounidense de Chengdu el viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que la caída de los lazos "no es lo que China desea ver". Hu Xijin, editor del periódico Global Times del Partido Comunista, hizo eco de esos sentimientos y escribió que China tenía que tomar medidas recíprocas, pero "obviamente no quiere que las relaciones entre China y EU se derrumben".
La ruptura del acuerdo comercial podría conducir a otra ronda de aranceles, sanciones y restricciones de visas que dañarán aún más a ambas economías a medida que buscan recuperarse de la pandemia del virus SARS-CoV-2, advirtió Kelsey Broderick, analista de Eurasia Group. Además, dijo, "el riesgo de un choque militar accidental aumenta con los ánimos de ambos lados".
Aún así, por ahora parece que tanto Trump como Xi quieren evitar eso. Funcionarios tanto de China como de EU han reafirmado en repetidas ocasiones el compromiso con el acuerdo comercial, y ninguna de las partes ve mucha ventaja en este momento de cancelarlo, dijo James Green, un ex funcionario comercial de EU en Beijing que ahora es un asesor principal para la consultora geopolítica McLarty Associates.