El gigante sueco Ericsson anunció el miíércoles la supresión de 5.000 empleos en todo el mundo para anticiparse a los efectos de la crisis y conservar su liderazgo en el sector de la telefonía móvil. Sin embargo, juzgó que su balance financiero es "sólido".
Una quinta parte de los despidos afectarán a la planta que Ericsson tiene en Estocolmo, según el comunicado. Un portavoz contactado por la agencia de noticias AFP se negó a revelar más detalles sobre este nuevo plan de reestructuración.
Con estos nuevos despidos, que la compañía valora entre 555 y 650 millones de euros, Ericsson espera poder ahorrar 927 millones de euros a partir del segundo semestre de 2010.
El presidente del grupo, Carl-Henric Svanberg, negó en conferencia de prensa que la compañía estíé utilizando como argumento la actual crisis para despedir a trabajadores y aumentar así los beneficios del grupo, apelando a la gran concurrencia existente en el sector.
"A día de hoy, nuestra actividad no se ha visto casi afectada (por la crisis), pero sería irrazonable pensar que podría ser el caso a lo largo de 2009. Nada es fácil es esta industria. Cada día debemos luchar por ser eficaces y asegurar que nos mantengamos en la posición de líder", aseguró.