Las autoridades chinas están preparadas para expandir un programa para administrar vacunas COVID-19 experimentales a grandes franjas de la población antes de que se completen los estudios en etapa tardía destinados a hacer avanzar rápidamente los productos en el mercado y dominar el suministro mundial.
El mes pasado, un representante de China National Biotec Group, o Sinopharm, de propiedad estatal, reveló que cientos de miles de chinos ya habían tomado las dos principales vacunas candidatas de la compañía bajo el programa de uso limitado del gobierno.
Los expertos médicos están preocupados por la ética y la seguridad de un programa de esta escala, especialmente considerando las afirmaciones de las autoridades chinas de que había detenido casi por completo la propagación del COVID-19 dentro de sus fronteras. Los detalles del programa siguen sin estar claros.