La decisión de la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s de rebajar la categoría del Reino de España en este capítulo no se convertirá en un obstáculo para la estrategia del Gobierno en la inversión del Fondo de Reserva de las pensiones públicas.
Por el contrario, y ante la recesión y las necesidades de financiación del Estado, el Ejecutivo ha decidido frenar la inversión en la deuda de Alemania, Francia y Holanda, todas con calificación máxima de AAA, y volcarse en las letras y bonos del Tesoro español, con AA+.
Standard&Poor’s, una de las tres agencias de calificación existentes en la actualidad, acaba de rebajar la imagen de solvencia de España frente a terceros, o la calificación crediticia, de AAA, que es la más elevada, a AA+, que para los mercados, dentro de la seguridad, significa un peldaño menos. Consecuencia de ello es que España pierde posiciones respecto a una deuda más segura como la alemana, y se ve obligada a dar más rentabilidad si quiere captar más inversión.
La razón de fondo de la decisión de S&P se debe a los problemas estructurales que advierte en la economía española para dar respuesta a la recesión en la que está sumida.
El Gobierno piensa que las instituciones españolas sólo deben financiar deuda española
Sin embargo, el Ejecutivo lo tiene claro para dar toda la prioridad a la deuda pública española en la tambiíén conocida como hucha de las pensiones. Varias son las razones de esta estrategia: la primera es que la financiación del Estado, en esta íépoca de recesión, “es un objetivo de política económica, y lo razonable es que las instituciones españolas financien deuda española†explican las fuentes del Gobierno, consultadas por EXPANSIí“N.
En consecuencia, y en segundo lugar, “no tiene sentido comprar ahora deuda de Alemania, Francia y Holanda [como se hacía en los últimos años]†porque, además, se daría la paradoja de que, en esta situación crítica, para la economía de la UE, España estaría financiando el crecimiento de países más desarrollados. En tercer lugar, y como consecuencia de todas esta circunstancias, comprar los activos de Alemania, Francia y Holanda “saldría más caro y con menor rentabilidadâ€. Esto se debe a que la solvencia de estos tres países en los mercados de deuda es más elevada que la de España, ofrecen más seguridad al inversor extranjero y, por lo tanto, no tienen tanta necesidad de competir en rentabilidad.
La diferencia de ayer en el bono a diez años entre la oferta española –con una rentabilidad anual del 4,46%– y la alemana –3,34– era de 1,12 puntos. Por todas estas razones, la Seguridad Social ha paralizado la compra de bonos de estos países y ha decidido volcar todos los recursos en la deuda española. Así, íésta última ha pasado de representar un 51% a acercarse al 60% de la inversión de la hucha de las pensiones, mientras el 40% restante está invertido en la deuda extranjera mencionada.
Además, ya no existe el problema que había al final de la pasada legislatura cuando el Fondo de Reserva de las pensiones públicas amenazaba con colapsar el mercado de la deuda española. La recesión económica y las medidas para hacerle frente, junto al aumento del gasto social, ha hecho que el Gobierno tenga que elevar la emisión de deuda y, por consiguiente, el margen de actuación de la Seguridad Social en este campo. Hay que tener en cuenta que la deuda pública estaba a finales de 2008 en el 36,2% del PIB, uno de los niveles más bajos de la UE, y lejos todavía del límite del 60% establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico europeo.
A finales de 2008, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social sumaba 60.000 millones de euros, y el objetivo del Gobierno para este ejercicio es el de llegar a los 65.000 millones de euros, el 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB), gracias al superávit previsto del 0,8% del PIB.
En todo caso, y en el presente escenario de recesión, y además de que la propia ley del Fondo de Reserva lo prohíbe taxativamente, el Gobierno descarta la utilización de la hucha de las pensiones para otros fines que no sean los de asegurar el pago de las pensiones en “situaciones estructurales de díéficitâ€. “Ni por supuesto, para apoyar a la banca, como han hecho en Irlandaâ€, dicen gráficamente los medios consultados. Según la ley, una “situación estructural†de díéficit en el sistema contributivo se produciría despuíés de año y medio –tres semestres consecutivos– en estas condiciones, con una diferencia entre ingresos y gastos superior al 3% del críédito destinado en ese tiempo al pago de las pensiones. Según las últimas previsiones, el Ejecutivo estima que hasta 2023 no será necesario utilizar el Fondo de Reserva.
Las condiciones
- La ‘hucha’ de las pensiones se centrará en la compra de deuda española para financiar al Estado como objetivo de política económica
- Con la nueva estrategia, los activos nacionales del Fondo de Reserva de la Seguridad Social pasarán este año de representar el 51% al 60%
- La rentabilidad acumulada por la ‘hucha’ de las pensiones públicas creció en el último año más del 4%
- La emisión de nueva deuda pública permitirá que la Seguridad Social ya no colapse el mercado
- El Gobierno quiere que el Fondo de Reserva llegue este año a los 65.000 millones de euros, el equivalente al 6,5% del Producto Interior Bruto